Usted está aquí: miércoles 24 de agosto de 2005 Mundo Confabulación contra el obispo Maccarone en provincia argentina

Su renuncia, por una "venganza política": arzobispado

Confabulación contra el obispo Maccarone en provincia argentina

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 23 de agosto. Grupos ligados al empresario Néstor Ick, de la provincia de Santiago del Estero, quien se ve beneficiado por su sociedad con el ex gobernador y caudillo justicialista, Carlos Juárez, se habrían confabulado contra el obispo Juan Carlos Maccarone, quien se caracteriza por sus posiciones en favor de los más pobres y la justicia. La Iglesia argentina no descarta una venganza política contra él.

El obispo renunció después de que el Vaticano recibió un video enviado anónimamente que presuntamente mostraba al religioso en una relación homosexual. Anteriormente, Maccarone había sido intimidado y amenazado repetidamente.

Juárez y su esposa Nina han instaurado una dictadura provincial, y aunque Santiago del Estero terminó siendo intervenida por el Estado, sigue imperando una suerte de mandato mafioso en la provincia.

El obispo había denunciado que lo estaban espiando. "Desde que tomé posición de la diócesis advertí que era vigilado por personal policial. Ellos mismos se identificaban, indicándome que tenían órdenes de seguirme y controlar mis actividades pastorales", declaró Maccarone ante la Justicia Federal cuando se presentó una causa judicial.

El obispo tuvo una destacada actuación durante la crisis de diciembre de 2001, en la construcción del llamado Diálogo Argentino que impulsó la Iglesia Católica, buscando alternativas a la situación en el país. También enfrentaba a los Juárez y a su dictadura provincial.

La causa en que declaró Maccarone, tiene más de 40 mil carpetas en su expediente, donde estaban archivadas las órdenes de seguimientos e informes sobre los políticos, organizaciones y sobre la vida privada de los opositores al gobierno provincial.

Durante las varias décadas en que Juárez gobernó esa provincia, los seguimientos, persecución, espionajes telefónicos y de todo tipo fueron moneda corriente.

Recientemente, cuando comenzaron a aparecer los casos de corrupción que involucraban al empresario Ick, hubo pronunciamientos en contra de Maccarone por personajes del gobierno del ex presidente Carlos Menem, del que el obispo fue un fuerte crítico.

Está el ejemplo de Juan José Laprovita, ex secretario de Culto durante el gobierno de Menem, quien dijo que el obispo "era amigo de los enemigos de la Iglesia, de aquellos que estaban con el ateísmo y con el aborto".

Todo esto se ligó además con el hecho de que este año el presidente Néstor Kirchner, por primera vez, recordó la fecha patria del 25 de mayo en Santiago del Estero y Maccarone ofició la misa conmemorativa.

La intervención federal dispuesta por Kirchner en Santiago del Estero puso fin a la tiranía provincial del matrimonio Juárez, pero aún no pudo desarticular a las mafias enquistadas en el poder durante años. Los Juárez tenían una estructura monopólica de negocios, en los cuales Néstor Ick era muy importante.

En 2004 se presentó una denuncia penal contra este empresario por la Oficina Anticorrupción de Santiago del Estero, dentro de lo que los analistas llaman una alianza entre el poder político-económico y el delito, que se mantuvo durante las décadas en que esa provincia fue tierra de los Juárez y donde los asesinatos políticos y sociales fueron moneda corriente.

El vocero del arzobispado porteño, Guillermo Marcó, admitió hoy que la renuncia de Maccarone pudo ser fruto de una "venganza política" y fundamentó su sospecha en el hecho de que el obispo siempre luchó en favor de los más necesitados en una provincia "con una impunidad y un nivel de corrupción que mantuvo a la gente en la pobreza más extrema".

 
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