Usted está aquí: viernes 9 de septiembre de 2005 Sociedad y Justicia Sedena oculta estudios médicos a soldados con VIH, acusan afectados

La estrategia tiene como objetivo despojarlos de la asistencia de salud

Sedena oculta estudios médicos a soldados con VIH, acusan afectados

La secretaría pone en riesgo a nuestras familias, afirman efectivos dados de baja

JESUS ARANDA

Ampliar la imagen Los soldados infectados con VIH pueden pasar de una a tres semanas sin saber su padecimiento, mientras la Sedena ya toma sus providencias, como iniciar los tr�tes para el procedimiento de retiro. En la imagen, clausura de cursos en el Colegio Militar FOTO Jos�ntonio L� Foto: Jos�ntonio L�

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La violación a los derechos humanos de los soldados contagiados con el VIH/sida no sólo ocurre cuando el militar es dado de baja sin obtener pensión y se le priva de la atención médica, sino desde el momento en que el alto mando detecta la existencia de una posible enfermedad o infección -de entre los 200 padecimientos por los que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ordena el despido de quien contraiga el mal- y ordena la realización de exámenes médicos para confirmar su diagnóstico, sin consultar ni dar aviso al soldado involucrado.

En el caso de soldados contagiados de sida, los médicos militares actúan "irresponsablemente", ya que no ponen sobre aviso al soldado que dio positivo en alguna prueba clínica; en lugar de ello lo cambian de unidad, le ordenan nuevos exámenes y lo mandan a su casa "bajo custodia familiar" y así lo mantienen, en tanto se llevan a cabo los trámites legales necesarios para que al momento de confirmar oficialmente la enfermedad, el soldado reciba en una sola exhibición su finiquito, pero ya sin tener derecho a atención médica.

En el Ejército, únicamente los que cuenten con una antigüedad mínima de 20 años de servicio pueden aspirar a una pensión y seguir recibiendo atención médica.

Lo anterior lo revelaron a este diario soldados infectados de sida, quienes sufrieron precisamente de esa falta de información y de atención con el visto bueno del alto mando de la Sedena.

En entrevista, los informantes explicaron también que cuando les ofrecieron un finiquito a pagar en una sola exhibición -en algunos casos se ofrecen 25 mil pesos por ocho años de servicio activo- no se incluyó el fondo de ahorro al que tenían derecho, y el cual se les descuenta desde que son dados de alta en la dependencia.

Inclusive, la ley en la materia sólo prevé que para calcular la cifra a pagar cuando un soldado es considerado "no apto para el ejercicio de las armas" por contraer sida, cáncer, diabetes, mutilación de alguno de sus órganos o alguna enfermedad congénita, la indemnización no hace referencia alguna al fondo de ahorro.

Los entrevistados señalan que de entrada, la actitud del Ejército de darlos de baja por motivos de salud constituye una "discriminación", porque se les declara "inútiles" sin tomar en cuenta su capacidad o preparación profesional, y pese a que muchos de ellos son portadores de VIH, pueden realizar actividades "como cualquier otro soldado o civil".

En lugar de ello, ponen en riesgo la salud de familiares o de la población en general, toda vez que cuando se llevan a cabo exámenes médicos de rutina o cuando un militar acude al médico y le detectan padecimientos que están relacionados con enfermedades como sida o cáncer, en lugar de avisar al enfermo sobre esa posibilidad, le ocultan información y únicamente lo canalizan para que se realice más exámenes médicos que confirmen el diagnóstico.

"¿Pero qué pasa si uno de nosotros ya tiene sida y no lo sabe y continúa con su vida normal, incluida la sexual, sin saber que puede infectar a otras personas'", cuestiona uno de ellos.

"A mí sólo me dijeron que tenía sida después de varios días de que me habían enviado de mi destacamento a la ciudad de México, de que me hicieron exámenes en el Hospital Central Militar y de que me enviaron a "bajo custodia familiar, y sólo me informaron después de que les exigí que me dijeran qué estaba pasando.

"Antes de que esto sucediera me habían enviado con el sicólogo, quien me habló sobre qué pensaría en caso de tener una enfermedad incurable o qué haría si estuviera en esa situación, lo cual me parece que es una burla", comentó.

Los soldados infectados de sida pueden pasar de una a tres semanas sin saber de su padecimiento, mientras que la Sedena ya toma sus providencias, como iniciar los trámites para el procedimiento de retiro -en el que por cierto el soldado tiene 15 días hábiles para corregir sus datos personales, de grado o antigüedad- para que se contabilice correctamente su indemnización, aunque dicho trámite no permite que el militar se inconforme por su inminente baja.

Si el soldado no tiene más de 20 años de servicio, será dado de baja con base en la Ley del ISSFAM, que contiene la llamada "categoría de tablas", que enlista más de 200 padecimientos en tres categorías y que son razón suficiente para dar de baja a quien los padezca.

Recientemente la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió enviar a pleno un amparo promovido por un militar, quien objetó la constitucionalidad de dichas "tablas", porque violenta la normatividad al ser discriminatoria, además de que va en contra de las leyes federales del Trabajo y de Salud, así como una serie de tratados internacionales en los que el gobierno mexicano se compromete a garantizar la salud de la población.

 
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