Usted está aquí: jueves 22 de septiembre de 2005 Política Carambola política cambió los planes de Fox para Ramón Martín Huerta

Lo había colocado en una subsecretaría de Gobernación para sustituir a Creel

Carambola política cambió los planes de Fox para Ramón Martín Huerta

Ampliar la imagen Ram�art�Huerta. Imagen de archivo FOTO Francisco Olvera Foto: Francisco Olvera

Hombre clave del gabinetazo foxista, y uno de los amigos más cercanos de la pareja presidencial, Ramón Martín Huerta llegó al cargo que lo hizo responsable de la seguridad pública del país, y al control operativo de la lucha contra el crimen organizado, por una carambola política que lo desvió del plan que para él había trazado su jefe, Vicente Fox, quien lo había colocado en la subsecretaría de Gobernación para que sustituyera al titular, Santiago Creel, cuando éste renunciara para iniciar su carrera a la candidatura presidencial del Partido Acción Nacional (PAN).

Cuando la Secretaría de Seguridad Pública quedó vacante por la renuncia del anterior titular, Alejandro Gertz Manero, el mandatario pensó en uno de sus hombres de mayor confianza -quizá en quien más confiaba- para subsanar el peligroso vacío que había dejado esta dimisión en su equipo de seguridad. Político ligado desde su juventud con la militancia ultraconservadora, en particular con la clandestina cofradía de El Yunque, hombre que forjó su carrera política en Guanajuato y a quien se atribuye haber invitado al empresario Fox a incorporarse al PAN y ''entrarle'' a la política, Martín Huerta condujo la SSP durante los últimos 13 meses, periodo turbulento que arrancó con los linchamientos de dos agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP) en Tláhuac, en noviembre del año pasado; que en enero tuvo que enfrentar la sublevación de capos del narcotráfico en La Palma, y que en las últimas semanas se debatió entre violentos y prolongados choques entre mafias en varios estados del norte del país.

Mal arranque

Al arrancar con el pie izquierdo como secretario de Seguridad Pública, con el caso Tláhuac, Martín Huerta quedó exhibido como un político que se sostuvo en el cargo únicamente por su amistad con Vicente Fox. Para salvar la cara por las numerosas omisiones que no lograron impedir los linchamientos, el Presidente destituyó al secretario de Seguridad Pública capitalino, Marcelo Ebrard, y al comisionado de la PFP, almirante José Luis Figueroa. De los funcionarios responsables sólo Martín Huerta salvó el empleo.

Ironías del destino, en el contexto de los hechos de Tláhuac el almirante Figueroa justificó la ausencia de elementos de la PFP en el lugar de los linchamientos, porque si los hubiera enviado en helicóptero ''la turba podría haberlo derribado a pedradas''.

En enero, Martín Huerta declara la ''guerra frontal'' contra los cárteles del narcotráfico, aunque es criticado porque todas las acciones que despliega van dirigidas contra las plazas de influencia de Osiel Cárdenas Guillén, jefe del cártel del Golfo. Este, desde Almoloya, en declaraciones al conductor televisivo Carlos Loret de Mola reta al Estado mexicano y amenazóaal responsable de la lucha contra el narcotráfico, el subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos. Pronto corren filtraciones sobre un plan de fuga de narcos de Almoloya. El penal de máxima seguridad es ocupado por Ejército y PFP, y varios capos son trasladados a los penales de Jalisco y Tamaulipas. En pocos días Martín Huerta declara ''la vuelta a la normalidad en La Palma'', al tiempo que el Ejército y la PFP sitian ciudades del norte del país en operativos que, según declaraciones del gobierno, golpean eficazmente intereses de las organizaciones criminales. El plan maestro de esta estrategia, México Seguro, se aplica en Tamaulipas, Sonora, Sinaloa, Veracruz, Guerrero, Michoacán y Baja California, entre otros estados. Estos operativos desencadenan una reacción que rebasa a todas las autoridades. Las guerras internas de las mafias, la lucha por ocupar espacios vacantes y las vendettas han dejado más de mil muertos en lo que va del año.

Pronto, Martín Huerta se convirtió en blanco de numerosas críticas internas y externas, sobre todo desde Estados Unidos, que hizo del clima de violencia fronteriza un factor de irritación permanente en la relación bilateral, pese a los esfuerzos de Fox para congraciarse con Washington.

La ola de asesinatos se enfiló en las últimas semanas contra esferas del gobierno. Primero fueron las amenazas que sicarios a sueldo del cártel del Golfo profirieron contra autoridades del estado de Guerrero, pero fue en Michoacán donde los amagos se concretaron el pasado 15 de septiembre, con el asesinato del jefe operativo de Seguridad Pública y enlace del programa México Seguro, Rogelio Zarazúa, una semana después de que su esposa, la subsecretaria de gobierno y vocera de dicho programa, Guadalupe Sánchez, rindiera un reporte sobre los resultados del mencionado plan en la región centro-occidente.

Martín Huerta nació en San Juan de los Lagos, Jalisco, el 24 de enero de 1957. Estudió administración de empresas en una universidad privada de León, Guanajuato. Inició su actividad política en la Asociación de Industriales del Estado de Guanajuato, para posteriormente, en 1988, incursionar en su primer cargo público de elección como diputado suplente por el tercer distrito de León. Deja viuda a María Esther Montes Hernández y le sobreviven sus tres hijos, Héctor Ramón, César Alejandro y Denisse.

Juan Manuel Venegas y Blanche Petrich

 
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