Usted está aquí: viernes 30 de septiembre de 2005 Política Seria amenaza del narco en AL, alerta el Celam

La "alarmante corrupción" favorece la impunidad, dice

Seria amenaza del narco en AL, alerta el Celam

Lamenta el órgano católico la escasa consolidación democrática

ALMA E. MUÑOZ

El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) advirtió que en su zona de influencia existe "grave deterioro" a causa del narcotráfico, lo que constituye una "seria amenaza" para las estructuras sociales de las naciones, en tanto la corrupción pública y privada aumentan en la región de "manera alarmante", favoreciendo la impunidad, el enriquecimiento de unos cuantos y la falta de confianza en las instituciones e inversiones públicas, la administración de justicia y, en general, en quienes tienen poder y dinero.

En un documento que pone a disposición de las conferencias episcopales que lo integran, camino a su quinta Conferencia general, a realizarse en 2007, el organismo externa preocupación porque las luchas y violencia heredadas del siglo XX "puedan radicalizarse y convertirse en terrorismo de Estado, provocando más inseguridad, sufrimiento y muerte".

Considera que en el área hay escasa consolidación de los procesos democráticos y de las instituciones, y lamenta los "síntomas graves de ingobernabilidad en numerosos países", mientras continúan los problemas de pobreza, desigualdad, debilidad de las redes de la sociedad civil, desconcierto ante las necesidades de los pueblos indígenas y "ante la frecuente aparición de caudillismos y políticas populistas".

Mencionó que América Latina y el Caribe son desafiados con fuerza por los cambios religiosos, éticos y culturales que "marcan dolores de parto de una nueva época". Al inicio del tercer milenio, sostiene el Celam, "la sociedad ha abierto los ojos y descubierto postergaciones, discriminaciones y amenazas reales que antes no percibía". La globalización, por ejemplo, va acompañada de "tensiones" por las asimetrías propias de los procesos de integración e interdependencia entre pueblos, especialmente cuando no están "equilibrados por un gran respeto hacia los más débiles y por medidas solidarias".

Definió a esta zona como una de las "menos equitativas en el mundo", porque el mercado laboral está subvaluado y deprimido; existe progresiva y amenazante degradación del medio ambiente; la brecha entre ricos y pobres se amplía en lugar de disminuir, y los esfuerzos por contrarrestar la pobreza "casi siempre son insuficientes o inadecuados".

La evidencia empírica, afirma, "permite asegurar que en América Latina se mantiene una grave injusticia social, que frena el posible desarrollo humano de millones de habitantes. Y para escándalo de muchos -subraya-, todo esto sucede en un continente de bautizados".

Insiste en que es creciente la movilidad humana, tanto interna como internacional, pero las personas "no logran desplazarse como los capitales y los bienes, debido a la incoherencia de las políticas económicas que persiguen la liberación de los movimientos del capital, pero no el de las fuerzas de trabajo". En tanto, denuncia, "algunos países ven las inmigraciones como amenaza o pérdida de su seguridad y adoptan políticas y leyes muy restrictivas para su control".

Es claro, apunta, que en la región "sigue siendo escandalosa la persistencia de la pobreza, la miseria y el desempleo, males que golpean principalmente a millones de mujeres, de indígenas y de afroamericanos, mientras su superación se ve amenazada por el tipo de globalización que se extiende y por los tratados que se suscriben entre países muy desiguales en el campo de la información, la educación y la tecnología".

Respecto a los Estados, subraya que su función "resulta gravemente afectada" por numerosas razones: experimenta dificultades en realizar su compromiso con el bien común, particularmente con lo más marginados y excluidos; con frecuencia son presionados por los sistemas financieros y las corporaciones trasnacionales, además de que después de los gobiernos autoritarios o dictatoriales la valoración de la democracia posee ambivalencias importantes.

Por un lado, indica, es común encontrar mayor aprecio por alcanzarla de manera formal y, por otro, este fenómeno "convive con una deficiente penetración en nuestras sociedades e instituciones". En este contexto, denuncia que la gente se cansa con la debilidad de sus gobernantes, por lo cual se constata una "creciente tendencia a aplaudir el surgimiento de líderes mesiánicos o caudillos de corte populista".

El organismo católico latinoamericano considera muy notoria "la decadencia y atomización de los partidos políticos, cuyas identidades programáticas parecen diluirse ante su pragmatismo para obtener votos. En medio de esta crisis, la confianza se desplaza de los partidos a las personas, de los programas a la capacidad de empatía de los candidatos y, con menor frecuencia, a los méritos de su historial como servidores públicos".

 
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