Usted está aquí: lunes 3 de octubre de 2005 Economía La sobrerregulación en Wall Street ahuyenta a las empresas mexicanas

Pueden concentrar sus operaciones en el mercado local, que luce "muy atractivo": BMV

La sobrerregulación en Wall Street ahuyenta a las empresas mexicanas

NOTIMEX

Hace algunos años cotizar en Wall Street era un objetivo y un sueño para las empresas mexicanas; hoy la sobrerregulación y los altos costos han propiciado la salida de más de 30 por ciento, aunque muchas de éstas podrían regresar a Nueva York.

A raíz de los escándalos financieros de corporativos como Enron o WorldCom, el mercado bursátil de Estados Unidos se encareció por las exigencias de la Ley Sarbanes-Oxley, creada precisamente para combatir este tipo de delitos.

Cotizar en el New York Stock Exchange (NYSE) cuesta más de 100 mil dólares al año, aunado a los pagos que realizan las compañías a los abogados, auditores y personal interno para elaborar el detallado y extenso formulario 20F que exige la Securities and Exchange Commission (SEC).

Para el presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Ricardo Ancona Sánchez, las 25 empresas mexicanas que cotizan en el NYSE están saliendo porque es un mercado muy regulado que ha caído en extremos.

Explica que a raíz de los fraudes corporativos se ha venido "un rebote", y con ello las medidas y la regulación se hacen extremadamente duras y fuertes, lo que resulta costoso para las empresas que no tienen un volumen de cotización tan importante como las grandes corporaciones estadunidenses.

Por ello, las compañías que hoy piensan dejar el mercado de valores del vecino país lo hacen porque les cuesta demasiado en relación con el volumen que operan en la vida real, abundó Ancona Sánchez.

Interceramic fue la primera en salir de Wall Street en septiembre de 2004, luego de 10 años de cotizar en el NYSE; a finales de ese mismo año Grupo Desc deslistó su American Depositary Receips (ADR) y eliminó el registro ante la SEC, porque el costo de mantener la empresa registrada en ese país y listada en el mercado de Nueva York era bastante oneroso (entre 3 y 4 millones de dólares al año).

Además, el volumen de las acciones que se operaban en el mercado de Estados Unidos era muy poco, lo que no justificaba y no había un costo-beneficio en mantener la empresa listada, y no había un plan inmediato de acceder a los mercados de capitales en ese país.

Le siguió Grupo Imsa, que el 6 de abril del año en curso anunció formalmente que la SEC aprobó el desliste de sus American Depositary Shares (ADSs) del NYSE.

La compañía había anunciado que el propósito principal de deslistarse del mercado de Nueva York fue concentrar sus acciones en un solo mercado -la Bolsa Mexicana de Valores (BMV)- y así incrementar su bursatilidad.

En su oportunidad, directivos de Imsa dejaron en claro su compromiso de transparencia como empresa pública, y aseguraron que la firma seguiría cumpliendo con sus obligaciones informativas y su esfuerzo de relaciones con inversionistas en los ámbitos nacional e internacional con información de calidad.

Pero el recibimiento que tuvieron en México tanto Imsa como Desc fue singular, pues coincidió con que la BMV modificó la canasta de emisoras que integran al Indice de Precios y Cotizaciones (IPC), como ocurre cada año, y las consideró en ella.

En el mismo tenor, tres empresas pertenecientes a Grupo Salinas cancelaron el 18 de julio sus programas de ADR y GDS en Wall Street, con lo cual Tv Azteca, Iusacell y Elektra dejaron el NYSE.

El caso más reciente es el de Grupo Industrial Maseca (Gimsa), el principal productor de harina de maíz del mundo, que el 30 de septiembre propuso a su asamblea de accionistas terminar de manera voluntaria su programa de ADR.

Por su parte, Gruma, la sociedad tenedora de Grupo Industrial Maseca, anunció que mantendrá sus ADR listados en el NYSE, aunque la administración considera que los beneficios económicos ya no son mayores a los costos de su mantenimiento.

Las exigencias en la reglamentación y normatividad que se está exigiendo a través de la Ley Sarbanes-Oxley en Nueva York es una posición de rebote, afirma el presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas.

Sin embargo, se mostró seguro de que ahora se sufre la sobrerregulación, pero el mercado va a regresar a la normalidad, "en el futuro las empresas mexicanas regresarán a los mercados internacionales", una vez que pase la fiebre de las exigencias.

Sánchez Ancona destaca que estas salidas del NYSE han fortalecido a la BMV, ya que las empresas han decidido concentrar sus operaciones en México, en un mercado que no está sobreregulado y en espera de una nueva Ley del Mercado de Valores, para fortalecerlo.

Pero por ahora, señalan algunos operadores del mercado, cumplir con los requerimientos de la regulación estadunidense podría alcanzar un costo de hasta cuatro millones de dólares, lo cual dependerá del tamaño de la compañía, aunque disminuirá en los siguientes años.

En su momento, el director adjunto de la Bolsa Mexicana de Valores, Pedro Zorrilla, aseveró que como más de 47.0 por ciento del valor de capitalización de la BMV está en manos de inversionistas extranjeros, no tiene mucho sentido que las empresas mexicanas vayan a buscar a esos mismos financistas fuera del país.

En este contexto, las compañías mexicanas tendrán la disyuntiva de salirse de Wall Street y concentrar sus operaciones en el mercado local, que luce más atractivo, o regresar a Nueva York, cuando pase la fiebre de sobrerregulaciones.

 
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