Número 111 | Jueves 6 de octubre de 2005
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus

Detener la epidemia de VIH/sida es una prioridad global. Una infección que requiere un esfuerzo concertado y enérgico, si es que se desea detener los estragos que causa entre la población pobre, sin acceso a medicación, y aminorar el enorme gasto que representa el tratamiento. México viene realizando, de unos pocos años para acá, un esfuerzo económico importante para enfrentar la pandemia. Esfuerzo que no siempre ha estado a la altura de las necesidades, pero que también tiene momentos importantes, como la cobertura universal de medicación antirretroviral a personas con VIH sin seguridad social. En el rubro de la atención, el problema, más que de falta de recursos, es de coordinación, aquejada por una política errática y desarticulada del combate a la pandemia.

Existe poca claridad en el manejo de los recursos destinados a atención médica. Recursos etiquetados para VIH/sida dedicados a otros fines, partidas subejercidas y distribución poco equitativa entre las instituciones que prestan ese tipo de servicios favorece que los esfuerzos para contener y detener la epidemia pierdan parte de su efectividad.

Asimismo, en los presupuestos para VIH se ha olvidado poner énfasis en la prevención, la única manera de revertir la curva ascendente de infecciones y de requerimientos crecientes de recursos. Los presupuestos destinados a ese fin por Censida en los últimos no sólo no han aumentado, sino que, incluso, son inferiores a los gastos administrativos de la institución. Aunque en la propuesta de presupuesto para 2006 se registra un crecimiento importante, aún se está lejos del mínimo necesario para construir una estrategia integral de prevención. Es urgente revertir esa tendencia. La Cámara de Diputados está a tiempo de hacerlo.