Usted está aquí: viernes 7 de octubre de 2005 Mundo Optimismo "cauteloso" en EU sobre una posible reforma migratoria

A fin de año una iniciativa de la Casa Blanca podría pasar a debate en el Legislativo

Optimismo "cauteloso" en EU sobre una posible reforma migratoria

También dependerá del esfuerzo que haga el gobierno de México: líderes pro inmigrantes

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Nueva York, 6 de octubre. Promotores de una reforma migratoria amplia y comprensiva expresan un optimismo cauteloso ante la posibilidad de impulsar iniciativas en los próximos meses, aunque mucho dependerá de la voluntad política del presidente George W. Bush y, por otra parte, de las aportaciones del gobierno de México al debate.

Líderes de agrupaciones pro inmigrantes, sindicales, empresariales y religiosos señalan que esta coyuntura ofrece un "creciente optimismo" de que el Congreso abordará la reforma migratoria en los próximos meses. La Casa Blanca, afirman, ha estado realizando al respecto consultas con legisladores, encabezadas por Karl Rove, el estratega político de Bush, en el Senado ya se presentaron iniciativas y el tema podría pasar al centro del debate en los próximos dos meses o a principios de 2006.

Sin embargo, las perspectivas para una reforma comprensiva son menos claras en la Cámara baja, donde las divisiones entre los legisladores al respecto impiden hacer un pronóstico. Algunos legisladores republicanos en puestos de poder, como James Sensenbrenner, presidente del Comité Judicial, han dicho que no se abordará el tema próximamente, mientras sus colegas, como el presidente de la cámara, Dennis Hastert, han afirmado que el asunto es de "alta prioridad" en esta sesión legislativa.

Por lo tanto, concluyen, mucho dependerá de la voluntad política del propio presidente y del monto de capital político que esté dispuesto a invertir para promover una reforma amplia en los próximos meses.

En conferencia de prensa patrocinada por el Foro Nacional de Inmigración, Frank Sharry, director ejecutivo de esta coalición nacional pro inmigrante, señaló que la mejor propuesta sobre la mesa es la promovida por los senadores John McCain y Edward Kennedy en el Senado, y por Jeff Flake y Jim Kolbe en la Cámara de Representantes, ya que combina medidas legales para regularizar la presencia de los indocumentados en este país con reglas para implementar un sistema de seguridad más efectivo y riguroso. Advirtió que aquellos legisladores y agrupaciones que sólo buscan promover el incremento de la seguridad continuarán lo que en los hechos es una política migratoria que ha fracasado en los últimos 25 años.

Sharry señaló que se calcula que ingresan 500 mil trabajadores indocumentados cada año a Estados Unidos para ocupar la demanda de empleo, mientras que el gobierno ofrece 5 mil visas para trabajadores de servicio al año, y que en ese canal legal hay una lista de espera de 10 años.

John Gay, vicepresidente de la Coalición de Inmigración de Trabajadores Esenciales, coalición empresarial nacional favorable a una reforma migratoria amplia, señaló que se puede percibir un "ímpetu creciente en el Congreso por las presiones de las bases para hacer algo... hay un consenso de que algo se necesita para reparar un sistema de inmigración descompuesto". Para los empresarios, afirmó Gay, es necesario promover una reforma que logre facilitar la contratación de trabajadores inmigrantes y que permita alguna manera de obtener la legalización de los que ya se encuentran aquí.

Imponer medidas que sólo se enfocan a deportar o prevenir la presencia de estos trabajadores "es devastador" para empresas, ya que estas son sus fuerzas laborales, sus clientes y hasta sus socios, añadió Gay. "Por lo tanto, es importante mantener a los 11 millones de indocumentados aquí, y no obligarlos a regresar a casa... La necesidad de trabajadores está creciendo en este país, no se está reduciendo, y no puede ser satisfecha sólo por un nuevo programa de trabajadores huésped. Por eso se tienen que arreglar las leyes para que reflejen la realidad económica aquí".

Tom Snyder, director político nacional del sindicato nacional Unite/Here dijo que por culpa de una política migratoria fracasada, "millones de trabajadores son obligado a vivir en el mercado negro migratorio, sujetos a abusos de traficantes, mueren al cruzar el desierto, y son vulnerables a la explotación en el trabajo ya que no gozan de derechos". Por ello, sindicatos como el suyo desean una reforma que no sólo permita que estos trabajadores "ingresen a la familia nacional", sino que tengan voz en sus trabajos.

Para Kevin Appleby, director de política sobre migración y refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, el team es a la vez moral y socioeconómico. Los obispos, dijo, desean buscar la forma de unificar familias y lograr que los inmigrantes gocen de derechos básicos de acceso a salud, educación, vivienda y vida digna. "Jesús nos llama a dar la bienvenida al extranjero", indicó, y agregó que Jesucristo fue un refugiado. "Los inmigrantes son la cara de Jesús", afirmó.

Señaló que la Iglesia católica de Estados Unidos enfrenta los problemas de un "sistema migratorio descompuesto" todos los días entre sus fieles en sus iglesias, escuelas, hospitales y centros comunitarios, y por lo tanto los obispos insisten en una reforma que incluya un mecanismo de legalización de los indocumentados y medidas para unificar familias, y otorgar derechos legales dentro de este sistema que se beneficia de estos inmigrantes.

Esta inusual coalición considera que esta coyuntura es prometedora para lograr avanzar una reforma amplia y comprensiva, pero señala que depende en gran medida de la voluntad política de Bush. Algunos dicen que el hecho de que Rove esté realizando consultas con varios legisladores indica que el presidente desea avanzar sobre el tema.

Pero los opositores no están esperando, y tienen pruebas de que han logrado más que triunfos retóricos. Aceptando la misma premisa que los promotores de una reforma integral de que el sistema migratorio no funciona y que hay una creciente demanda popular para hacer algo al respecto, estas fuerzas tanto en el Capitolio como en varios estados han impulsado medidas que sólo enfatizan el lado de la seguridad pública. Por lo tanto, medidas antinmigrantes florecen en Arizona, Nuevo México y California a nivel local o estatal, mientras que cada vez hay más presión para "asegurar la frontera".

Legisladores como Tom Tancredo y Sensenbrenner dicen que sólo están dispuestos a abordar el tema de seguridad antes de considerar cualquier propuesta de reforma para los indocumentados. Promueven soluciones como la militarización de la frontera y mayores penas contra patrones que contraten indocumentados.

Tancredo reiteró que luchará contra cualquier medida que legalice la estancia de los indocumentados, algo que él y sus aliados consideran "amnistía".

Esta división continúa estancando cualquier avance de propuestas de reforma integral en el Congreso, aceptan los promotores. Sin embargo, insisten en que para todos ha quedado claro que invertir más en agentes de patrulla fronteriza, bardas y otras medidas de seguridad no ha detenido los flujos migratorios y, en lugar de mejorar la seguridad nacional, dejan en las sombras a millones de migrantes.

Pero una reforma amplia también depende de México, señalan las fuerzas pro inmigrantes. Sharry indica que el gobierno mexicano podría apoyar a estas fuerzas y mejorar las perspectivas de una reforma migratoria amplia e integral si define y promueve medias para "reducir las presiones migratorias", y deja claro que está dispuesto a realizar sus propios esfuerzos para controlar las dimensiones de seguridad pública en torno al tema migratorio en su propio territorio.

 
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