Usted está aquí: sábado 29 de octubre de 2005 Política El programa Oportunidades no sirve: Boltvinik

No combate la pobreza

El programa Oportunidades no sirve: Boltvinik

ERIKA DUARTE

El programa Oportunidades, implementado por Vicente Fox, "tiene el mismo papel asistencialista que los proyectos priístas y es obsoleto para combatir el problema de la pobreza en México", afirmó el economista Julio Boltvinik, quien señaló que éste contiene las mismas características de los planes Progresa, de Ernesto Zedillo, y Solidaridad, de Carlos Salinas.

"Los programas populistas, creados por gobiernos priístas, no resolvieron las condiciones de pobreza y pobreza extrema en que viven más de 40 millones de mexicanos, por lo que tampoco se puede esperar que el instrumentado por el actual gobierno tenga resultados positivos. Los proyectos federales para combatir la miseria han sido y son obsoletos", afirmó durante el primer seminario Pobreza y marginación, un reto permanente, realizado en la Casa de la Cultura de la delegación Azcapotzalco.

Boltvinik consideró que, en materia social, la propuesta del precandidato del PRD a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, "es apenas la primera etapa para satisfacer las necesidades de la población".

El siguiente paso, dijo, sería abarcar las aspiraciones estéticas, de seguridad y cognoscitivas de la gente, como cultura, recreación y esparcimiento, entre otros elementos básicos, para la supervivencia del ser humano. En su intervención, titulada Indicadores de la pobreza, aseveró que el gobierno "se ha desentendido de los pobres y sólo interviene cuando la situación le es adversa, en momentos de crisis".

El economista reiteró que en tanto no se cambie el modelo económico neoliberal, en México no se lograrán abatir los problemas de pobreza y desigualdad social, pues más que un modelo de desarrollo "se trata de uno de subordinación global que obedece los designios de Washington".

Mientras los países industrializados continúan avanzando en su desarrollo, en México nos hemos convertido en un país maquilador. "Desde la estructura educativa se fomenta la obediencia. La sabiduría y los conocimientos se quedan en los libros, sin que se aliente una actitud crítica o de investigación, lo que reproduce los valores y las actitudes de callar, escuchar y obedecer", sentenció.

 
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