Usted está aquí: lunes 23 de enero de 2006 Política Fracasan negociaciones para dar plena autonomía al Cisen

Se buscaba que ya no dependiera de Gobernación y que su titular fuera el Presidente

Fracasan negociaciones para dar plena autonomía al Cisen

Jaloneo entre autoridades civiles y militares impide llegar a un acuerdo

Críticas y desconfianza de la Secretaría de la Defensa ante el actual manejo del centro de inteligencia

GUSTAVO CASTILLO Y JESUS ARANDA

Fracasaron las negociaciones entre las secretarías de Gobernación (Segob), Defensa Nacional (Sedena), Seguridad Pública federal (SSP), Marina (Semar) y la Procuraduría General de la República (PGR) con las que se pretendía dotar de mayores facultades al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), que incluían convertirlo en órgano desconcentrado que dictara los lineamientos a seguir por todas las áreas de inteligencia que operan en México.

Ante la imposibilidad de llegar a acuerdos para dotar de plena autonomía al Cisen -lo que requiere reformas a la Ley de Seguridad Nacional-, se prevé la próxima publicación del reglamento de la Ley de Seguridad Nacional, la cual se ha pospuesto por la falta de consensos.

Encuentros de alto nivel con asesores nacionales y extranjeros

En ese contexto, fuentes gubernamentales revelaron a La Jornada que durante varias semanas se realizaron encuentros entre funcionarios de alto nivel de las dependencias antes mencionadas, así como de grupos de asesores mexicanos y extranjeros en materia de seguridad nacional, a fin de que se alcanzara un proyecto legislativo que reformara la legislación en la materia que dotara de total autonomía al Cisen. Es decir, que dejara de depender de la Secretaría de Gobernación y que su titular dependiera directamente del Presidente de la República.

Esta postura no fue apoyada inicialmente por los representantes de la Secretaría de la Defensa Nacional, quienes se opusieron -de acuerdo con versiones recabadas por La Jornada- a que inteligencia militar quedara sujeta indirectamente a un mando civil. Sin embargo, dotar de plena autonomía al Centro de Investigación y Seguridad Nacional, lo cual va más allá de su esquema actual, que es de plena independencia financiera pero depende de la Secretaría de Gobernación, requiere de una reforma legal que difícilmente sería consensuada en razón de los tiempos políticos que se viven.

Por lo anterior, trascendió, el jaloneo entre los encargados pasó al terreno práctico respecto de quién debe presidir el mencionado centro, que es el órgano encargado de elaborar la agenda de riesgos y de ''coordinar'' los organismos de inteligencia del país: los militares consideraron que dada la importancia del caso debe ser un representante del Ejército el que lo presida, mientras el ''ala civil'' planteó que lo más apropiado es que quede en manos de un civil para mantener un equilibrio de fuerzas entre las partes involucradas.

En este debate se alegó que los reportes de inteligencia de la milicia mexicana son confiables en más de 90 por ciento; que es la única institución en la que no se deja espacio para intereses personales, y con ello se evitaría el uso, venta o filtración de información sensible para el Estado mexicano.

De acuerdo con la información obtenida, la sección segunda del estado mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional (sección Inteligencia Militar) puso de manifiesto durante las negociaciones su desconfianza en el manejo y labor que desarrolla actualmente el Cisen, debido a que se considera que a lo largo de esta administración se desmantelaron áreas sensibles del organismo y se descuidaron aspectos sociales y políticos, concentrando su actividad tan sólo en cuestiones financieras y económicas.

Disputa interna por el manejo del organismo

Además, fuentes castrenses indicaron que dentro del Centro de Investigación y Seguridad Nacional existe una disputa por el manejo del organismo entre sus mandos, pues algunos que laboraron en la ahora extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS) no están de acuerdo con la operación que actualmente se tiene y demandan que el mencionado organismo se mantenga como un área exclusiva de carácter civil, ya que la mayor parte de los órganos de inteligencia que operan en las distintas dependencias son dirigidos por militares.

De esta manera, indicaron las fuentes consultadas, se pretendía que el Cisen se convirtiera de facto en el máximo órgano de inteligencia en el país y, aunque dirigido por un integrante de las fuerzas armadas, fuese el que integrara la agenda de riesgos para la seguridad nacional, que irían desde acciones de grupos extranjeros hasta actividades del narcotráfico.

Asimismo, se informó que durante las negociaciones se llegó a mencionar la posibilidad de crear una policía nacional y constituir una secretaría del interior que no tenga el control del órgano de inteligencia.

Los funcionarios entrevistados revelaron que parte de las negociaciones se llevaron a cabo en suites ejecutivas de distintos hoteles de la ciudad de México, con el objeto de evitar filtraciones de información.

 
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