Usted está aquí: lunes 6 de febrero de 2006 Cultura Permanece sin estrenar más de 60% de óperas de compositores nacionales

Se ha optado por el éxito seguro del repertorio mundial, dice el investigador Octavio Sosa

Permanece sin estrenar más de 60% de óperas de compositores nacionales

ANGEL VARGAS

La ópera mexicana es una veta muy amplia por ser descubierta. De ello rinden testimonio las cifras proporcionadas por el investigador Octavio Sosa, las cuales indican que más de 60 por ciento de los títulos realizados por compositores nacionales permanece aún sin estrenar.

Traducido esto a números concretos, significa que en tal condición se encuentran cuando menos 121 de las 202 obras que el especialista ha catalogado -varias incluso descubierto-, cuya escritura se remonta desde el siglo xviii hasta hoy.

Autor del Diccionario de la ópera mexicana, presentado el martes pasado en el Palacio de Bellas Artes, Sosa considera que en tan desventajoso panorama ha tenido mucho que ver la imposibilidad del público para juzgar el repertorio creado en el país.

Impedimento, explica, que en mucho se debe a los programadores, que históricamente han optado por el éxito seguro de los grandes títulos del repertorio internacional y arriesgan muy poco con el montaje de algún título de procedencia nacional.

"Si se hace un balance, la gente prefiere sólo las grandes obras del repertorio. Esto es por desconocimiento de la ópera que se ha hecho y hace en el país. Debe darse al público la oportunidad de decidir si le gusta o no", agrega.

"Hay óperas italianas que no merecen la pena y seguramente lo mismo sucederá con algunas mexicanas; sin embargo, para saber, primero debe vérseles en escena."

No obstante lo anterior, el especialista sostiene que la ópera mexicana goza mejor suerte hoy que en décadas anteriores, inclusive que en los años 40 y 50 del siglo xx, cuando se vivió la época de oro de este género en el país.

"Todo es esporádico, de repente se presentaban varios títulos en un año y luego pasaba casi una década, como la de los 70, en la que se hacían unos cuantos estrenos. Incluso cuando se vive el gran auge de la ópera en México, a mediados del siglo pasado, los títulos nacionales son casi inexistentes", dice.

"Lo mismo pasa en el Metropolitan Opera House de Nueva York, donde no se programan óperas gringas, sino también sólo las grandes obras del repertorio. No es, empero, disculpa para lo que pasa en México."

Acerca del Diccionario de la ópera mexicana -libro que viene a sumarse a otros que ha elaborado sobre el tema, entre ellos Opera en Bellas Artes y 70 años de ópera en el Palacio de Bellas Artes- el investigador comenta que la idea principal fue compilar la información operística de creación nacional.

Esto, dice, porque es una información que se hallaba dispersa y no había muchos detalles sobre ella, incluso de varios títulos se desconocía su existencia o de otras se ignoraba si habían sido o no estrenadas.

Editado por la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el volumen recoge información sobre 202 obras realizadas por 99 autores nacionales, desde El Rodrigo, escrita en 1708 por Manuel de Sumaya, hasta las compuestas en 2005.

Está ordenado de manera alfabética y cuando existen más datos se hace la descripción detallada del título: su dotación, duración, personajes, tesituras, sinopsis y, "en el caso de las pocas estrenadas", la reseña de prensa.

Convencido de que existen más óperas por descubrir, Octavio Sosa destaca que esta investigación ha sacado a la luz un dato triste y preocupante: más de 60 por ciento de las partituras operísticas no han sido estrenadas.

Pero "también ha arrojado sorpresas", agrega, como que muchos compositores netamente sinfonistas también se adentraron en el género operístico, entre ellos Julián Carrillo, Rodolfo Halffter y Manuel María Ponce, así como el director de orquesta Eduardo Mata.

El especialista afirma que la segunda parte de este diccionario "será pugnar por el montaje" de algunos de las obras que permanecen sin estrenar, proyecto que espera ver concretado antes de concluir el actual sexenio.

Algunas "no requieren forzosamente ser montadas en sala grande; son de cámara, y lo que importa es darlas a conocer y preservar el material", concluye.

 
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