Usted está aquí: viernes 10 de febrero de 2006 Política Un fundamentalismo, la crítica de Monsiváis

Entrevista a CARLOS MARIA ABASCAL CARRANZA, SECRETARIO DE GOBERNACION

Un fundamentalismo, la crítica de Monsiváis

FOX "NO HACE TRABAJO CONSTANTEMENTE" EN FAVOR DE UN CANDIDATO

El funcionario llama a la tolerancia y al respeto en la polémica desatada por sus insistentes alusiones públicas a la fe religiosa. Sin embargo, descarta que el país avance a un Estado confesional

FABIOLA MARTINEZ

Ampliar la imagen El ex titular del Trabajo cuestionó esquemas de doble vida durante la entrevista con este diario Foto: José Carlo González

El secretario de Gobernación, Carlos María Abascal Carranza, defiende su posición: "no tengo la intención, ni remotamente, de hacer de México un Estado confesional, pero tampoco cambiaré mis convicciones". De hecho, asegura que mantendrá el concepto de religión en sus discursos y reta a los críticos: "Construyamos un país liberal en el mejor sentido de la expresión".

Aunque también defiende a su "jefe", el presidente Vicente Fox Quesada, acepta que los recientes discursos del mandatario pueden afectar la civilidad en la competencia electoral o los acuerdos con los tres niveles de gobierno, que podrían ser firmados en un par de semanas, para respetar el resultado del 2 de julio próximo.

El responsable de la política interna, envuelto recientemente en varias polémicas debido a sus expresiones religiosas públicas, habla con La Jornada:

-El director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Diego Valadés, advirtió en fechas recientes sobre el riesgo de avanzar hacia un Estado confesional. ¿Usted qué opina?

-No hay tal riesgo de avanzar hacia un Estado confesional ni hacia la legitimización de normas religiosas como normas civiles. No está ahí el punto. Lo que yo expresé el domingo de marras (el 29 de enero, durante su participación en el Foro Etico Mundial) es que en la formación ética de los ciudadanos urge contar con todas las fuerzas del Estado: la familia, la escuela, la empresa, los liderazgos políticos y las iglesias como fuentes de formación ética. Se trata de una realidad sociológica que incide en la vida de la comunidad de manera natural todos los días.

-¿Por qué incluye en sus discursos el concepto de religión, si usted debería ser un garante, justamente, de la separación entre los credos y el Estado? ¿Dónde deja usted a los que no creen?

-Las normas éticas no son originalmente normas religiosas y éstas las promovemos el Estado, las familias, los líderes y también las religiones; no por ser normas éticas promovidas por las religiones se convierten en religiosas.

-¿Volvería a emitir un discurso similar al del domingo 29 de enero, pese a las críticas que ha recibido?

-Mis convicciones son mis convicciones. Lo que importa es que yo no viole los preceptos básicos de la separación entre Estado e iglesias. Que conste que estoy hablando de todas las iglesias y, por supuesto, en esa definición incluyo el respeto irrestricto a quien no tenga ninguna fe. Estas convicciones son profundas. No convertiré la norma religiosa en norma civil y no voy a clericarizar el ejercicio de la política. No tengo, ni remotamente, la intención de hacer un Estado confesional, por ningún motivo, porque el país retrocedería de manera dramática y se comprometería no sólo la vida civil, sino también la vida religiosa; curiosamente se echan a perder las dos cosas.

-En la historia de México ha habido choques severos justamente por esta división. La Constitución de 1857 y la de 1917 nos señalan que hay conceptos que ya ganaron. ¿No está provocando un choque entre grupos alentados por su postura?

-¿Aquí se trata de que los ganadores avasallen a los perdedores? No, es exactamente al revés, se trata de conciliarnos con lo que somos en nuestra historia: indígenas y españoles, católicos y no católicos, liberales y conservadores, revolucionarios y antirrevolucionarios. Hoy tenemos el reto de entendernos a partir de una virtud democrática que es la tolerancia para construir el futuro sobre lo que somos, sin adoptar posturas irreconciliables, porque el país es lo que es: Cuauhtémoc y Cortés, Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide, Benito Juárez y Miguel Miramón, don Francisco I. Madero y Victoriano Huerta. Por más que la figura de Huerta me merezca la reprobación más profunda, México necesita superar esos rencores para construir un país liberal en el mejor sentido de la expresión.

-¿Cuál es "el mejor sentido" de ser liberal?

-Respetar la libertad de todos.

-Y si usted está llamando a la reconciliación, ¿por qué seguir metiendo ruido con esos temas?

-Porque para reconciliarnos necesitamos identificar en qué no estamos conciliados.

-Sus comentarios caen muy mal entre quienes consideran que la religión no debe ser nicho de formación de valores ético-cívicos, como usted lo ha definido...

-Mi respeto para ellos. Ese es su punto de vista totalmente respetable. Hay millones de personas que piensan de otra manera; entonces se puede construir el país con ese respeto recíproco.

-Con su actitud, en su papel de secretario de Estado, ¿está provocando anticlericalismo?

-Invito a todos a que seamos tolerantes, es lo único que pido. Estos temas no se imponen, se comparten.

-En tanto concluye el sexenio, ¿no le tocaría reservar esas convicciones en su más profundo espacio privado?

-En ese caso, ¿se trataría de seguir conservando esquemas de doble vida, de doble conducta? No, yo creo cada vez más en un ejercicio de la libertad amplia, en el marco del estado de derecho y en el del respeto al Estado laico.

-El escritor Carlos Monsiváis lo criticó por difundir, desde su investidura como secretario de Gobernación, las ventajas de la fe. El escritor nunca lo acusó de fundamentalista y usted a él sí. ¿Por qué?

-No. Usé una expresión en el sentido de que me parece que urge respetar el pensamiento de todos. Es decir, la crítica que se hace al secretario de Gobernación, con unas u otras palabras, es que (es) un fundamentalista de su fe; bueno, yo creo que eso (la crítica citada) es un fundamentalismo. Al final, ningún fundamentalismo es apropiado para construir el país.

-¿Por qué la dependencia a su cargo emitió sólo un exhorto al obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, por su injerencia en asuntos de campañas políticas? Otros ministros han sido apercibidos por menos.

-La conclusión de los funcionarios especializados de Gobernación es que lo que procedía era ese exhorto.

-O sea, ¿Cepeda violó la ley tantito?

-La ley no se viola tantito o mucho, se viola o no se viola. Y cuando se viola la ley prevé desde un día de prisión hasta 40 años. Entonces, una violación a la ley en materia de cultos puede ameritar o un mero exhorto o multa o cierre. Las sanciones son graduales.

-¿Es usted un secretario protector en este tipo de casos dado su respeto a la jerarquía de la Iglesia católica?

-No le voy a contestar con ironía, porque merece usted respeto. Es grande el esfuerzo que hemos hecho para que la Iglesia, en particular la católica, se abstenga de participar en la promoción de cualquier candidato o partido político. No tenemos duda, en lo más mínimo, de que cuando se tenga que aplicar una sanción, así ocurrirá. No está en juego el hígado o los afectos del secretario Abascal, sino la aplicación de la ley. Que me demuestren que he afectado a alguien por sus creencias, y (sólo así) podría acusarse a Abascal de discriminación o lo que proceda.

-En otro tema, el presidente Vicente Fox es cuestionado por favorecer directa e indirectamente al PAN y a su candidato, Felipe Calderón, en especial por el contenido de sus mensajes en medios electrónicos.

-Es una discusión que se está desarrollando en este momento. Confío en que expresiones que puedan interpretarse como proselitistas vayan siendo omitidas, porque eso sin duda introduciría una mayor civilidad en la competencia electoral.

-En los mensajes del Presidente hay propaganda velada y a veces explícita...

-Lo que se le ha imputado al señor Presidente tiene que ver con discurso, declaraciones o con espots, pero el Presidente no está haciendo trabajo constantemente en favor de un candidato. Nadie puede imputar hoy al Presidente de la República haber desviado un centavo o un programa en favor de un candidato.

-¿Los mensajes del gobierno federal serán retirados un mes antes del 2 de julio?

-Este compromiso no se ha asumido aún porque esperamos hacerlo junto con los señores gobernadores y los presidentes municipales. Confío en que pronto tengamos el acuerdo, porque sería injusto que sólo el Ejecutivo federal o sólo los gobernadores tuvieran ese compromiso político.

-¿De parte de ustedes hay esa propuesta?

-De parte de nosotros hay esa disposición de llegar a un acuerdo. Por supuesto que sí.

-¿Qué opinión le merece que el Presidente haya exonerado a los hijos de su esposa (señalados por una comisión legislativa como presuntos responsables de tráfico de influencias) antes del veredicto de un juez?

-Yo no juzgo a mi jefe, el presidente Fox. Yo le digo a él personalmente lo que pienso, como consejero y colaborador. Yo me remitiría a las actuaciones que está haciendo hoy el propio acusado para defender su causa. Serán los jueces y la Comisión Nacional de Derechos Humanos las instancias que juzguen. Gobernación no se introduce en este tema.

 
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