Usted está aquí: domingo 5 de marzo de 2006 Política BAJO LA LUPA

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife Rahme

¿Nucleariza EU a India para cercar a China?

Ampliar la imagen Chiítas expresan su rechazo a Estados Unidos e Israel durante la manifestación de ayer en Karachi, la ciudad más poblada de Pakistán, contra la visita de George W. Bush al país islámico FOTOReuters

LOS MULTIMEDIA DE Estados Unidos (EU) exultan el acuerdo histórico nuclear con India, país milenario que admira Bajo la Lupa, lo cual no obsta para señalar que ha sido un proliferador consuetudinario en la clandestinidad para producir armas atómicas al abrigo de las leyes internacionales, la ausencia de vigilancia de la Agencia Internacional de Energía Atómica, y la bendición tácita de "Occidente", exhibido por su doble lenguaje fariseo y su aplicación selectiva de las leyes con dos pesas y mil medidas.

BABY BUSH NI siquiera respetó las formas, cuando al mismo tiempo su tóxico embajador en la Organización de las Naciones Unidas, John Bolton, quien también opera en la clandestinidad por no haber sido aprobado aún por su Congreso, exige asestar sanciones militares a Irán y a Norcorea con base en su interpretación unilateral del Tratado de No Proliferación (TNP) de armas nucleares, que han eludido obscenamente India, Pakistán e Israel.

EU SEPULTA DE facto al TNP, eviscerado de todo su contenido semántico al perder su aplicación universal, para avanzar su agenda facciosa unilateral que transporta la tecnología nuclear del bushismo bélico a los 3 mil 380 kilómetros transfronterizos de India con China, que incluyen primordialmente las cumbres del Himalaya.

LA FRONTERA DE India con Pakistán, también dotada de armas nucleares y donde supuestamente opera el inasible Osama Bin Laden, es menor a la que tiene con China, mientras la frontera de India con Bangladesh, con pletóricas reservas gaseras, es mayor a las que comparte con China y Pakistán.

DETRAS DE INDONESIA (217 millones de islámicos), tanto Pakistán (159 millones de islámicos, repartidos entre 77 por ciento de sunitas y 20 por ciento de chiítas) como India (más de 134 millones de islámicos: 13 por ciento del total de su población, según el censo obsoleto de hace cinco años) constituyen el segundo y tercer lugares respectivamente de países mahometanos más poblados del planeta. Bangladesh (más de 119 millones de islámicos y 19 millones de hindúes) representa el cuarto lugar.

LOS 412 MILLONES de islámicos de Pakistán, India y Bangladesh, constituyen alrededor de la tercera parte de todos los mahometanos del planeta, así como el doble de sus correligionarios de Indonesia. Esta es la etnodemografía donde opera ya el manual nuclearizado de Huntington que lleva la implícita "guerra demográfica" de Baby Bush en su periplo al subcontinente indio: la región más densamente poblada del planeta.

LA VISITA DEL hombre más odiado del mundo, Baby Bush, a India y Pakistán desató la violencia intercomunitaria y atizó la hoguera entre las dos potencias nucleares medianas. En India, las tensiones crecieron en forma peligrosa entre islámicos e hindúes (80 por ciento de la población). El primer ministro indio, Manmohan Singh, cofirmante con Baby Bush, pertenece a la secta sikh (3 por ciento de la población) que puede salir perjudicada con la balcanización del laico Partido del Congreso.

EL ACUERDO HISTORICO en teoría (falta la aprobación del Congreso de EU en franca rebeldía frente a la conducta criminal de Baby Bush), cimbró todas las fronteras de India: Bangladesh, Pakistán, Bután, Nepal y Myanmar, y sus confines marítimos en el mar Arábigo y la bahía de Bengala en el océano Indico, así como a sus respectivas periferias incandescentes de Asia Central y el Medio Oriente. Pero en ningún sitio fue percibido como en China, que ha guardado un estruendoso silencio sepulcral y ha preferido jugar a la efectividad de sus reservas monetarias y a su acuerdo gasero con Irán.

EU, CON LA tácita anuencia de la Unión Europea y la "neutralidad" de Rusia, no le deja otra opción a China que intensificar la nuclearización de Pakistán (y quizá de Irán) para contener a su vez a India. Las jugadas en el tablero de ajedrez mundial se volvieron doblemente energéticas: tanto nucleares como gaseras.

EU APRIETA EL cerco a China tanto de su lado sudoccidental en las cumbres del Himalaya, como de su lado sudoriental, en el estrecho de Taiwán. Cuatro días antes del arribo de Baby Bush a India, el belicoso líder de Taiwán, Chen Shui-bian, marioneta de EU, desechó el Consejo de Unificación (Stratfor; 27-02-06), que incita a la secesión de la isla de su madre patria.

PAUL RICHTER, DE Los Angeles Times (4-03-06), asevera que "en su trato con India, Bush tiene a China en la mira" y "reduce la competencia por el petróleo en el mundo". Es cierto: la renuclearización del planeta por EU, juego muy arriesgado, devela implícitamente el "fin de la era del petróleo", título de un reciente editorial vibrante de The New York Times.

RICHTER ADUCE QUE una "India más próspera y mejor armada (sic) representa una protección frente a las ambiciones militares de China, cuyas intenciones son opacas (sic)".

EN LA MAS depurada geopolítica anglosajona, EU contrabalancea a China por medio de India, como refiere Jon Wolfsthal, anterior funcionario del Departamento de Energía (sic) ahora en el influyente Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Richter acepta que tanto la no proliferación como la limitación de las ambiciones nucleares de Irán, dos objetivos de EU, "han resultado heridos". ¿Qué tan herido saldrá, también, el acuerdo entre India y China de hace a penas tres años?

RICHTER AMARRA LAS clásicas navajas anglosajonas: "China ayuda a Pakistán a construir una base submarina en Gwadar, en la provincia de Baluchistán, donde Pakistán acusa a India de apoyar a los insurgentes (sic) para desestabilizar el área" y que puede llevar a la "confrontación entre China e India". También "India exhibe una frenética compra de armas, que incluye la expansión de sus fuerzas navales, lo cual podría llevar eventualmente a una competencia regional con China". Cita a la analista militar de Pakistán Ayesha Siddiqa-Agha, quien aduce que el "acuerdo socava el combate contra el terrorismo al debilitar a su aliado (sic), el presidente Pervez Musharraf".

EL COMERCIO ANUAL de EU con China es todavía 10 veces mayor al que tiene con India, pero pronto tenderá a empatarse con la suculenta venta de combustible nuclear así como de reactores atómicos. Como era de preverse desde el 11 de septiembre de 2001, EU abandona a su "aliado" Pakistán, cuya economía es similar a la de Bangladesh y tiene un producto interno bruto 9.5 menor, en términos de poder de paridad de compra, al de India. ¿Qué pasará con el contencioso volcánico de Cachemira, uno de los sensibles barómetros de la nueva correlación regional de fuerzas?

EU APROVECHA LA vulnerabilidad energética de India, que también saca partido de las urgentes necesidades económicas de EU, obligado a vender su combustible nuclear, lo cual posiciona a India como una de las grandes potencias mundiales. El acuerdo histórico traduce tácitamente el fin de la unipolaridad, que feneció en Irak, mientras el asentamiento gradual del nuevo orden multipolar es puesto a prueba en su bautizo por la crisis iraní.

CUANDO, DESDE UN enfoque civilizatorio y biosférico del tercer milenio, el mundo debería propugnar por la abolición de las armas de destrucción masiva -que pasa por la creación imperativa de una zona libre de armas nucleares para Medio Oriente- Baby Bush ha abierto la caja de Pandora de una carrera armamentista nuclear horizontal que obliga a otros países a dotarse de bombas atómicas en legítima defensa, lo cual temía Robert MacNamara, anterior mandamás del Pentágono, en su célebre artículo "Pronto, el Apocalipsis" del Foreign Policy (mayo-junio-05).

NO HAY QUE extrañarse de la conducta superbélica del texano Baby Bush de nuclearizar las cumbres del Himalaya, quien siempre ha seleccionado el camino necrófilo en el que es acompañado por sus controladores mentales: los neoconservadores straussianos, los nuevos moabitas veneradores de Moloch y creyentes fundamentalistas tanto del Armagedón como en la conducta irremediablemente bestial del género humano (según los preceptos de Thomas Hobbes: "el hombre es el lobo del hombre"), quienes, desde la cúpula del poder de la otrora superpotencia unipolar hoy en decadencia, no supieron crecer cerebralmente al ignorar el lado creativo, humanista y renacentista de sus congéneres que han escogido el trayecto biófilo de un planeta unitario e indiviso que reclama la abolición de las armas de destrucción masiva.

 
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