Usted está aquí: lunes 6 de marzo de 2006 Deportes Habrá cambios en la Feria de Texcoco

Habrá cambios en la Feria de Texcoco

LUMBRERA CHICO

Tal como anticipó esta página el lunes pasado, pero más rápido de lo que se tenía previsto, la Monumental Plaza Muerta (antes México) dio ayer por terminada la temporada "un poco menos chica" 2005-2006, para preparar el espectáculo de las motocicletas voladoras -patrocinado por la empresa Red Bull del gobernador nazi de California, Arnold Schwarzenegger-, que volverán al ruedo de Mixcoac a finales del mes en curso.

Así, a partir de ahora los taurinos del Distrito Federal depositarán sus expectativas en la inminente Feria de Texcoco y en lo que en abril dispongan las empresas de las placitas mexiquenses, hidalguenses, poblanas y tlaxcaltecas aledañas a la capital del país, hasta que se reanuden las actividades en el pozo de Insurgentes, según rumores, a mediados de mayo, bajo la batuta de Curro Leal y otros prestanombres del cacique Rafael Herrerías, quien no tiene pensado abandonar su feudo sino tomarse unas vacaciones.

La buena noticia es que, luego de años bajo la nefasta dirección del propio Herrerías, que a su vez contaba con el apoyo de Ocesa --firma organizadora de conciertos masivos pero no de fiestas bravas-, la plaza de toros, y toda la Feria de Texcoco, han quedado, como en los tiempos del alcalde Silverio Pérez, en manos del ayuntamiento local. Esto quiere decir que en el diseño de los carteles ya no participarán los villamelones de las ediciones anteriores -y bien mirado, ¿hay un villamelón más grande y repugnante que Herrerías?-, sino que serán los taurinos del rumbo (ganaderos, aficionados, empresarios asentados en la región) los que contribuirán a montar la feria y tratarán de devolverle su antiguo y perdido prestigio.

De lo que suceda en Texcoco bien pueden desprenderse lecciones que estimulen a los gobiernos municipales de las ciudades con mayor tradición de tauromaquia en nuestro país, donde las plazas de toros están supeditadas al control de ese otro pésimo "promotor" de la fiesta que es el magnate Alberto Bailleres.

Este maneja embudos tan importantes como los de Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Ciudad Juárez, Acapulco, Aguascalientes, Irapuato y varios más, donde no sólo el público habitual ha dejado de asistir a las pachangas sino también los turistas, escandalizados por los abusos de que Bailleres los hace víctimas.

La Feria de Texcoco arrancará al parejo de la Semana Santa, un lapso en el que todos los mexicanos descansaremos de las sandeces que repiten con asombrosa frecuencia casi todos los candidatos a la Presidencia de la República, exceptuando a dos, que por supuesto no son los del PRIAN. Y en esa burbuja de silencio demagógico se darán las corridas y las novilladas sobre la arena del ruedo texcocano. Si las cosas salen bien o por el contrario fracasan, hay que señalarlo, eso no será determinante para el futuro del experimento empresarial, toda vez que antes del inicio de la feria entrará en juego otro factor decisivo: el de las elecciones de presidentes municipales del estado de México, que se llevarán a cabo el domingo próximo. Ya veremos.

 
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