El TDAH, primera causa de consulta externa en los servicios de salud mental en México

Millón y medio de niños, hiperactivos

Apenas 8% de los casos, diagnosticado, pero suele medicarse erróneamente a menores que no lo padecen

ANGELES CRUZ MARTINEZ

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es la primera causa de consulta externa en los servicios de salud mental de México. Lo padece un millón y medio de niños, de los cuales apenas 8 por ciento ha sido diagnosticado, debido a la desinformación y a la carencia de personal médico especializado, afirmó Eduardo Barragán Pérez, miembro de la Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que haya un paidosiquiatra por cada 10 mil infantes, pero en nuestro país sólo existe uno por cada 142 mil menores; es decir, comentó el experto, habrá alrededor de 350 siquiatras infantiles y unos 220 neurólogos pediatras, la mayoría concentrados en la ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.

Este fenómeno es consecuencia, a su vez, del reducido número de plazas para la formación de recursos humanos. Cada año, egresan de las instituciones educativas 80 siquiatras, 40 neurólogos, 10 neuropediatras y cinco paidosiquiatras, comentó la Fundación Cultural Federico Hoth, con base en datos de los servicios de salud mental.

Lo anterior, aunado a la desinformación de maestros y padres de familia, favorece los sobrediagnósticos en niños que pudieran estar afectados por algún otro trastorno, pero por su bajo rendimiento escolar son presionados para que ingieran medicamentos que controlan el TDAH, comentó Barragán Pérez.

Los maestros y directivos de las escuelas, principalmente particulares, carentes de información verídica sobre los trastornos mentales que pueden afectar a la infancia, y sin entrenamiento para detectar al menos algunos de ellos, se limitan a "sugerir" -en algunos casos obligar- a los padres de familia que su hijo tome algún fármaco que supuestamente le ayudaría a mejorar su conducta y aprendizaje.

Sin embargo, advirtió el especialista, adscrito al Departamento de Neurología Pediátrica del Hospital Infantil de México Federico Gómez, el riesgo de este tipo de acciones es que el niño padezca, por ejemplo, epilepsia de ausencia, la cual se caracteriza porque el paciente es inatento y distraído, y al profesor o profesora se le ocurre que tiene TDAH y así se lo comunica a los padres.

El principal problema para ese niño es que si sus progenitores aceptan como cierto el "diagnóstico" del maestro y la "sugerencia" para medicarlo sin acudir con un especialista, se retrasara la solución de su verdadera enfermedad.

Todavía más grave es el subdiagnóstico, es decir, la cantidad de niños que nunca son diagnosticados y llegan a la adolescencia con toda una problemática personal, familiar y escolar. Esos jóvenes están más expuestos que el resto a padecer depresión, ansiedad, y a caer en el consumo y abuso de alcohol, tabaco y drogas, señaló.

Y es que más de 70 por ciento de los individuos que no son tratados por un especialista se mantienen con los síntomas del TDAH hasta la edad adulta.

El trastorno es de origen neurobiológico, cuyos síntomas principales son hiperactividad, impulsividad e inatención. La evaluación integral del paciente debe estar a cargo de un especialista.

Con la finalidad de ampliar la información respecto del padecimiento, la Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil realizará del 24 al 28 de abril la primera Semana Nacional sobre el TDAH. Durante esos días difundirá información científica actualizada a la sociedad en general y a la comunidad médica, sobre el diagnóstico y tratamiento de ese trastorno.

Barragán comentó que también se distribuirá una guía de apoyo para los médicos generales, quienes tienen el primer contacto con los pacientes y, por lo tanto, deben tener la mejor información sobre lo que pueden hacer o adónde pueden referir a los niños que pudieran tener TDAH o algún otro padecimiento mental.

La asociación también promueve la aprobación de una reforma a la ley que garantice el derecho de los padres de familia a la información, así como a los servicios de salud, y que sean ellos los únicos facultados para decidir sobre la forma y el lugar donde sus hijos deben ser tratados.

Dicho proyecto, actualmente en discusión en la Cámara de Diputados, plantea la obligación para las escuelas y los maestros de informar a los padres de familia sobre cualquier anomalía que observen en los alumnos, así como lo hacen cuando se dan cuenta que los niños no alcanzan a ver el pizarrón. Eso es lo que les toca, pero de ninguna manera forzar o presionar para que tomen medicinas sin la vigilancia de un médico especialista, concluyó Barragán Pérez.