Usted está aquí: miércoles 26 de abril de 2006 Cultura La ley del libro ''no fomenta la lectura, sino la competencia entre editoriales y librerías''

Forjar lectores es una labor del Estado, la familia y la sociedad, insisten expertos

La ley del libro ''no fomenta la lectura, sino la competencia entre editoriales y librerías''

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

La Ley de Fomento al Libro y la Lectura no promueve la creación de lectores, ''más bien es de competencias entre editoriales y librerías. De fomento a la lectura sólo lleva el nombre", señaló Isabel Aguirre, vicepresidenta de la Asociación Mexicana de Fomento a la Lectura, en el contexto del segundo Encuentro Bibliotecario que comenzó este martes dentro del Festival de la Palabra.

Aguirre manifestó que es necesario esperar para ver los resultados de esta nueva legislación, sin embargo reiteró que ''como promotores de lectura no creemos que fomente ese hábito" en el país, donde los principales problemas para acercar a la población a los libros ''son básicamente el rezago educativo y el analfabetismo funcional".

Para la investigadora y escritora cubana Emilia Gallego Alfonso, las leyes de este tipo ''pueden funcionar en dependencia de cómo se conciban y la estructuración que adopten; de la participación que en esa política tengan todos los factores de la sociedad que están interesados, desde una asociación de escritores hasta los ilustradores, los editores".

El fomento a la lectura es, añadió, ''tratar de propiciar por todos los medios al alcance de la sociedad, con un Estado responsable que propicie en la sociedad una conciencia de la importancia de que leer implica una toma de conciencia de sí mismo, de los demás, del espacio en el que se vive, de la sociedad en la que se vive, de lo que uno representa, de la visibilidad y de la responsabilidad que se tiene como ser pensante, único, social, consciente, como ciudadano. Un ciudadano en toda la extensión de la palabra.

''La lectura puede desempeñar en eso un papel importante, pero no mediante estrategias de medidas mecánicas, de consignas; es un problema que debe solucionarse desde la casa, la familia, de todas las instancias de la sociedad, pasar por la escuela", añadió la organizadora del Congreso de Lectura 2007, que se realizará el próximo año en Cuba.

Elsa Ramírez, investigadora del Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), subrayó que la ley del libro podría ayudar a fomentar la lectura, ''pero no hay que pensar que por esa ley todo mundo se volverá lector, porque volvemos a pensar en cosas románticas en relación con la lectura y no va por ahí. Ayudaría para abrir más librerías, porque la gente tiene más acceso a los libros, sobre todo en provincia, siempre y cuando vaya acompañada de políticas de fomento a la lectura, que forme lectores, pero no nada más para la lectura utilitaria, para memorizar, sino que realmente la escuela y las bibliotecas se unan con toda la industria editorial para formar una política integral".

En el fomento a la lectura ''hay que hacer una revolución: modificar todas las concepciones que tenemos ya anquilosadas de que la lectura se da como consecuencia de la educación".

La jefa del departamento de suscripciones de la red general de bibliotecas de la UNAM, Aurelia Orozco, expresó que en la creación de lectores uno de los principales problemas es la injerencia creciente de los medios de comunicación en la vida de los niños, así como la desvinculación entre la escuela y las bibliotecas, pues los menores consultan libros para hacer la tarea, no para leer.

 
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