Usted está aquí: miércoles 26 de abril de 2006 Política López Obrador pasó "la verificación" con la Iglesia, dice el obispo Alvarado

Señala que de ganar, la jerarquía católica estará incluida en el acuerdo nacional

López Obrador pasó "la verificación" con la Iglesia, dice el obispo Alvarado

Eutanasia, píldora del día siguiente y aborto, temas que irán a consulta, aclara

ALMA E. MUÑOZ

Lago de Guadalupe, Mex. 25 de abril. "Vamos a ver si pasa la verificación", advirtió a manera de broma el presidente del Departamento de Relaciones Iglesia-Estado de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Abelardo Alvarado, al candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, minutos antes de que comenzara la primera reunión oficial en la historia del organismo católico con un aspirante presidencial.

La frase no cortó la sonrisa del perredista a la entrada de la sede de la CEM. Por el contrario, así salió del encuentro, donde aseveró que no es un "dictador como muchos me pintan, sino un demócrata que hace política a ras del suelo".

Frente a más de 100 jerarcas católicos se comprometió a respetar el triunfo de quien gane en las elecciones del 2 de julio próximo. Aseguró que se manifestará en favor del diálogo, por ser una persona que respeta las decisiones populares, y rechazó ser partidario de la violencia. No obstante, defendió que continúa arriba en las encuestas, sin que mediara pregunta de los obispos. Expresó que de ganar convocará a un acuerdo nacional para la gobernabilidad, en el que considera incluir a la jerarquía católica.

A la cita, 16:30 horas, llegó acompañado por su asesor en política exterior, José María Pérez Gay, y su coordinador de prensa, César Yáñez, quienes compartieron la mesa central del auditorio principal de la CEM con López Obrador al centro e intercalados con parte de los integrantes de la presidencia del episcopado -que encabeza el obispo José Guadalupe Martín Rábago-, entre otros el nuncio apostólico en México, Giuseppe Bertello.

En el encuentro, a puerta cerrada, el obispo de León, Martín Rábago, fue quien presentó a López Obrador y agradeció su asistencia. El perredista -informaron de manera extraoficial varios asistentes- presentó su propuesta de campaña y dijo no ser como lo pintan. Se dijo católico, al igual que su familia, y aseguró que lo malinterpretan al considerarlo sólo cristiano, porque hace referencias a Cristo, de quien admira su vida y obra.

En la mañana, los más de 100 obispos presentes escribieron los cuestionamientos que harían al candidato. Estos fueron agrupados en diversos temas: vida, trabajo, diálogo con diversos sectores, educación y reformas estructurales. Así lo plantearon a López Obrador, quien sólo dejó sin responder los últimos dos bloques en la hora y media de encuentro. Ello pese a que esos asuntos son los que más han enfatizado los prelados en diferentes momentos, al considerar que realizar esos cambios reportaría beneficios al país.

Como se había anunciado, las primeras preguntas tuvieron que ver con aborto, eutanasia, la píldora del día siguiente y la familia. Al respecto, el candidato dijo que de llegar a la Presidencia de la República los someterá a consulta, porque en una nación democrática así deben abordarse. Puso al margen la llamada pastilla de emergencia, pues recordó que la incorporación de ésta en el cuadro básico había sido una decisión de la Secretaría de Salud.

Eso provocó el único reclamo de un obispo fuera del protocolo establecido, el de Cuernavaca, Florencio Olvera, quien le cuestionó que la ley natural es primero y no puede someterse a consulta.

En su respuesta, el aspirante a la primera magistratura del país no modificó su posición: hay que escuchar a la gente sobre esos temas, como corresponde a un gobierno democrático. También habló sobre libertad religiosa. A los prelados les externó su disposición a respetar las creencias de todos los grupos, pero no se comprometió en ningún momento a otorgar libertad plena, como en otros ámbitos han demandado los purpurados: educación, medios de comunicación y atención en hospitales, entre otros.

Todo concluyó a las 18 horas. López Obrador fue despedido con aplausos y acompañado a la salida por los obispos Carlos Aguiar, secretario general de la CEM, Abelardo Alvarado y el nuncio apostólico.

Aunque el obispo Alvarado corrigió su expresión sobre "la verificación", al decir que ésta la harán los ciudadanos, antes de que López Obrador se despidiera le dijo que la había pasado. Lo mismo opinó más tarde el prelado de Saltillo, Raúl Vera.

Desde que llegó a la CEM, el aspirante a la Presidencia planteó que no haría comentarios sobre el encuentro. Por la mañana, tras una reunión con su equipo de campaña, mencionó que este miércoles se referirá al debate que sostuvieron ayer sus cuatro contrincantes.

 
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