Usted está aquí: domingo 30 de abril de 2006 Cultura Aflora el humorismo de Paco Ignacio Taibo II en su nuevo libro de cuentos

lo tu sombra fatal, conjunto de relatos concebidos por y para el placer

Aflora el humorismo de Paco Ignacio Taibo II en su nuevo libro de cuentos

JAIME AVILES

Hay cambios en la industria editorial, y éstos no se refieren solamente a la ley del precio único de los libros que aprobó el pasado martes el Congreso de la Unión. No: el ex guerrillero Jesús Anaya Rosique ha dejado de ser el gran timonel de la trasnacional Planeta, sucursal México, y Paco Ignacio Taibo II publica, en estos días, una deliciosa recopilación de cuentos y novelas cortas en Ediciones B.

He tenido el privilegio de leerla viajando a lo largo de una ruta que debía conducirme a la mesa donde el volumen fue presentado al público del Distrito Federal hace algunas cuantas noches. Pude mezclar, en consecuencia, el placer de los desplazamientos por el sureste mexicano con el de las situaciones recogidas en el libro que, poco a poco, insinúan la existencia de una estructura interna, sugiriendo que las historias independientes e inconexas en el fondo responden a una voluntad unitaria.

Sólo tu sombra fatal recupera trozos dispersos, pero bien concatenados,de la prolífica imaginación del autor de la obra más vasta y leída en la literatura popular mexicana contemporánea. Cuentos que en algunos casos parecen chistes de cantina relatados con la maestría, el desenfado y la habitual capacidad de generar sorpresas donde -valga la redundancia- nadie se lo esperaba, se entretejen con construcciones verbales que intentan demostrar, como si de un teorema se tratara, que el material del suspenso, el horror, los bajos fondos y todo eso que le da razón de ser a la llamada novela negra pueden ser también ingredientes de la literatura de más altos vuelos.

Y ésta llega, en este libro, en un cuento breve, escrito en segunda persona y titulado, simplemente, Retorno, acerca de una mujer que recorre algunos puntos de Europa con una honda aunque inescrutable pena en el alma. Desde la primera línea, Taibo II atrapa a quien caiga en esa página, la 139, del volumen: "Moviste la cabeza tercamente ante la brisa, para que las briznas de pelo no te impidieran ver las olas irritadas de aquel mar violento. El viento te derrotó de nuevo arrojándote la melena sobre los ojos. El Cantábrico atacaba en olas verdes y espumosas sobre el muro, lanzando al aire espumarajos y chorros de agua finamente pulverizada que flotaban en la atmósfera. El mar se estaba comiendo la playa en cada embate..."

Además, Taibo II se permite otros placeres, como el de jugar a ser Dashiel Hammet, por ejemplo, o Philippe Marlowe, el héroe de las intrigas de Raymond Chandler, o fantasear con el robo del monolito de Tláloc, en un relato dedicado, por cierto, a David Brooks, corresponsal de La Jornada en Nueva York, o idear el apocalipsis de la ciudad de México, encarcelar bajo custodia de soldados al "presidente electo Cuauhtémoc Cárdenas" e incluso olvidar un carro blindado, vamos, un tanque del Ejército Mexicano en pleno Paseo de la Reforma.

Sólo tu sombra fatal es, en pocas palabras, un libro concebido por y para el placer, que entrega lo mejor de Taibo II en uno de sus aspectos menos conocidos: el del humorismo.

 
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