Usted está aquí: domingo 30 de abril de 2006 Espectáculos Sucumbió la Plaza Fundadores al ritmo africano de Salif Keita

El artista se presentó ante 10 mil asistentes dentro del sexto Festival San Luis Potosí

Sucumbió la Plaza Fundadores al ritmo africano de Salif Keita

Este encuentro llegará a ser uno de los mejores, aseguró la directora, María González

Una manta de protesta contra el gobernador Marcelo de los Santos se alzó mientras inauguraba el acto

ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO

Ampliar la imagen Salif Keita, durante su presentación en San Luis Potosí Foto: Fernando López/ SCSLP

San Luis Potosí, SLP., sabado 29 de abril. El músico africano Salif Keita fue el encargado de abrir las actividades artísticas del sexto Festival San Luis Potosí, el pasado viernes, en la Plaza Fundadores, donde se reunieron unas 10 mil personas, entre ellas el gobernador Marcelo de los Santos, de extracción panista, y la escritora Elena Poniatowska, quien ayer ofreció una conferencia de prensa sobre su más reciente libro, titulado El tren pasa primero.

Poniatowska dijo no sentirse muy atraída por "ese tipo de música", del originario de Mali, sino por algo "más de... raíz". No obstante, aseguró que "en gustos se rompen géneros". Permaneció en su asiento de primera fila durante todo el recital, que comenzó a las 20:55, luego de que el mandatario estatal declarara inaugurada la fiesta. A su izquierda, un grupo de personas elevaban una manta con la queja: "Tres años de PAN y CIRCO (festivales), y el problema del laicismo, ¿cuándo? ¿Gobernador precioso?", misma que fue retirada después de una hora.

Llegó Keita vestido de blanco, con una gorra del mismo color. Dos hermosas bailarinas y coristas negras, Mary y Marie-Line, caminaron con tranquilidad. Un ritmo lento de percusiones se escuchó. Fue tomando velocidad. Los cuerpos de las mujeres comenzaron a contonearse, y algunos se levantaron de su asiento, pero fueron sentados por algunos intolerantes.

Eso, que se quedaran sentados, desconcertó a Keita, quien hincado pidió que bailaran, que se expresaran. Era la canción Mama, que fue seguida por Laban. Los cantos africanos inundaron la plaza. Para miles, era la primera vez que escuchaban ese tipo de música, y guardaban silencio. Luego Ladji y Mambo, emotiva y que elevó la música del continente negro a world music, aunque a Keita no le gusta la acepción. Es modesto. Koukou, donde el percusionista Souleymane Doumbia hizo bailar a una pareja, ignorando las quejas de una persona cercana a la tercera edad. Otros se levantaron. La belleza de la melodía invitaba a bailar.

Con Kamonikie no fue la excepción, y Harouna Samake, quien toca el laúd africano (n goni), una especie de calabaza con un largo palo y una cuerda que al vibrar hacen eco, mostró su destreza. Se escucha como contrabajo, pero más seco. Bobo, maravillosa. Como el respetable se sentó otra vez, Salif se volvió a hincar para pedir que se movieran. La gloriosa M Bemba, unas de las más conocidas, de las que colocaron a Salif Keita como el rey entre los africanos; él, quien proviene de reyes. Madam y la rítmica Mandjou, larga, con la que hizo subir a varios jóvenes para que bailaran en el escenario.

Al final, la plaza había sucumbido. Salif la había tomado a fuerza de su canto. Triunfó el poder negro en San Luis Potosí.

Un festival singular

La directora general del festival, María González, dijo en entrevista que este encuentro se distingue de sus similares porque antes sólo era de la capital y ahora ya adquirió carácter estatal. "Antes era sólo una muestra de folclor, pero creció, y ahora es multidisciplinario y de carácter internacional.

"Salif Keita llegó aquí gracias a la complicidad de Discos Corason. Un espectáculo que valdrá la pena ver es Sotavento, un árbol que tendrá una instalación cibernética que lo mantendrá conectado con otro de Florencia. Es arte composición de vida orgánica."

Aseguró que más que limitantes existen ventajas, pues hay gente comprometida con la cultura. "San Luis Potosí tiene muchos retos. En el país hay muchos festivales y nosotros somos muy jóvenes, pero con logros. Esta vez no pudimos traer La Celestina, de Robert Depash, por razones de agenda. Ojalá la podamos traer en otra ocasión. Su producción es muy grande, pero ese es uno de los pendientes para los siguientes años. Influye que éste es de elecciones".

González señaló que es importante el presupuesto para hacer un buen festival. "Este año tuvimos 8 millones de pesos. La Iniciativa Privada aporta 3 millones. Esto muestra el interés. Aquí tenemos mucha industria, y destacan las alemanas. Lo que importa es aprovechar bien el dinero y que se iguale lo que aportan el gobierno y los empresarios.

"No busco un festival grandote, sino un buen festival. Ultimamente los festivales se están midiendo por la cantidad de actividades, pero no se trata de eso, sino de si hay propuesta, calidad. En el festival de San Luis Potosí lo comercial este año lo representa Fobia. Es una fórmula para que se acerquen los jóvenes. Hay algunos que escuchan 'cultura' y piensan en aburrimiento. Son los de 18 años de edad. Cada año ponemos al principio un grupo pop o comercial. Se vale todo. Es un espacio de discusión, para correr riesgos."

Este año regresará la ópera a San Luis Potosí con El barbero de Sevilla, de Gioachino Rossini, bajo la dirección de Enrique Patrón de Rueda. "Hacía mucho que no había esta manifestación artística. Apostamos a lo más innovador". Confía en que este festival seguirá consolidándose hasta lograr ser uno de los mejores. Vamos a impactar a otros sectores de la población nacional. De eso estoy segura", finalizó.

 
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