Usted está aquí: lunes 8 de mayo de 2006 Economía MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Públicamente, Hacienda se une a la guerra contra el Peje

Según sus cifras, el crecimiento nacional aumenta, pero el del DF se contrae

LA SECRETARIA DE Hacienda se incorpora (públicamente, porque bajo el agua de tiempo atrás tiene las manos hasta adentro) a la guerra en contra del Peje y todo lo que huela a un cambio (cuando menos en el intento) real.

SIN IMPORTARLE, COMO al inquilino de Los Pinos, que por ley debe abstenerse de participar en las campañas políticas, por los altavoces de la Secretaría de Hacienda, encabezada por Francisco Gil Díaz (el del "tesoro" macroeconómico y el de la frase célebre "hínquense profanos para que la tecnocracia no se vaya") se escucha a todo volumen: con el gobierno yunquista la economía mexicana se ha convertido en la octava maravilla; el país avanza como nunca, la oferta de empleo crece como la espuma, todo funciona como relojería suiza... pero en el Distrito Federal de plano no dan una y cae en picada.

EN SU INFORME semanal divulgado ayer, la institución que bajo el agua entrega información confidencial a ciertos candidatos para que encueren fiscalmente a otros en lo que algunos llamaron ''debate", se felicita a sí misma por los grandiosos resultados económicos del "cambio" (en los hechos son los peores desde Miguel de la Madrid, con la menor generación de empleo formal en décadas) y la "increíble capacidad de recuperación" reportada... menos en el Distrito Federal, casualmente en los tiempos del Peje gobierno.

DE LAS OCHO menciones -obviamente negativas- que el informe semanal de Hacienda dedica a los resultados económicos del candidato a vencer destacan: "la situación económica a nivel nacional ha mejorado en los últimos años. El crecimiento de la economía mexicana pasó de 0.0 por ciento en 2001 (lo cierto es que ese año registró una caída de 0.3 por ciento) a 4.2 por ciento en 2004 y 3 por ciento en 2005. En el primer trimestre de este año se estima que el valor real del PIB podría haber registrado un crecimiento anual de más de 5 por ciento. Por entidad federativa, se observa que la mayoría desaceleró su crecimiento en 2001 y 2002, pero nuevamente aceleraron el paso a partir de 2003, con excepción del Distrito Federal, que en cuatro años contrajo su actividad económica en 1.7 por ciento".

EL DESEMPEÑO DE la actividad económica, el empleo y la inversión ''no es equitativo a lo largo y ancho del país", precisa. "Mientras algunos estados aceleraron su crecimiento (...), otros lo desaceleraron e incluso registraron crecimiento negativo como el Distrito Federal. Se espera que conforme se vaya consolidando el desarrollo económico nacional, el desarrollo regional vaya siendo más homogéneo.

"LA EXPANSION productiva amplió las oportunidades de empleo en el sector formal de la economía: en los cinco años el empleo creció 2.5 por ciento. Por estado, Quintana Roo, Campeche y Baja California Sur reportaron un crecimiento del empleo de 35, 32.1 y 20.31 por ciento, en ese orden, mientras el Distrito Federal y Baja California registraron el menor incremento (0.2 y 0.5 por ciento, respectivamente)".

DE ACUERDO CON la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, señala, "la tasa de desocupación a nivel nacional pasó de 2.6 por ciento en 2000 a 3.6 por ciento en 2005. Por entidad federativa, el Distrito Federal reportó la mayor tasa con 3.5 por ciento en 2000 y 5.6 por ciento en 2005..."

EN CUANTO A INVERSION extranjera directa (...) "mientras que el Distrito Federal tenía una captación de 48 por ciento en 2000, ésta bajó a 46.6 por ciento en 2005...".

NINGUNO DE LOS resultados económicos (federales o estatales, Distrito Federal incluido) de los últimos seis años es para presumir. Los registrados distan mucho de lo que los mexicanos requieren en términos de bienestar. Lo que diga Hacienda, o el desbocado jinete sin cabeza, sobre el recuento económico de la capital de la República no justifica, ni de lejos, el raquítico balance del gobierno foxista en este renglón, y sólo forma parte de la descarada intervención en el proceso electoral.

POR EL CONTRARIO, tales resultados (los federales y los estatales) invitan a reflexionar sobre la conveniencia o no de mantener el modelo económico que a capa y espada defienden los mismos (tricolores o bicolores) de siempre, tras 25 años de sonados fracasos económicos y sociales. Muy sobado está el pretexto de la "falta de reformas estructurales" para justificar la ausencia de resultados concretos, en un país que lleva cinco lustros al hilo "reformando" y "reformando" y los únicos dos renglones que crecen son la concentración del ingreso y la pobreza.

LA SECRETARIA DE Hacienda se descara, porque de acuerdo con el INEGI el Distrito Federal conserva el primer lugar nacional en captación de inversión extranjera directa: 78.66 por ciento del total (14 mil de 17 mil 800 millones de dólares). De igual forma, retiene el primer lugar nacional en producto interno bruto y en PIB per cápita, la misma posición que en 2000.

LA DEPENDENCIA A cargo de Gil Díaz presume que "en los cinco años (del "cambio") el empleo creció 2.5 por ciento", pero las estadísticas de la Secretaría del Trabajo y del IMSS documentan que el "incremento" neto de la ocupación permanente en la economía formal ha sido de un vergonzoso 0.14 por ciento (15 mil 965 plazas en poco más de cinco años, o lo que es lo mismo 8.2 empleos diarios en promedio, 0.002 por ciento de lo prometido por Fox en su campaña electoral).

CON EL "CAMBIO", la tasa de ocupación en el sector informal de la economía se ha incrementado en cerca de 5 puntos porcentuales (más de 2 millones de personas) y al cierre sexenal la expulsión de mano de obra, principalmente a Estados Unidos, se aproximará a los 2.5 millones de mexicanos.

LA TASA DE DESEMPLEO abierto en el Distrito Federal pasó de 2.8 a 4.9 por ciento (no 5.6 por ciento como asegura Hacienda) de 2000 a 2005; a nivel nacional creció de 1.5 (no 2.6 como dice Hacienda) a 3.6 por ciento en el mismo periodo (información del INEGI). En el primer caso el aumento fue de 75 por ciento; en el segundo de 140 por ciento, con respecto al inicio de sexenio. ¿Cuál de los dos resultados es para contonearse?

Las rebanadas del pastel:

ENTONCES: ¿PUEDE presumir Hacienda los resultados del "cambio"? Desde luego que no. ¿Puede el IFE fingir demencia ante la descarada propaganda de tal secretaría, y de tantas otras, a favor del Jelipollas? Desde luego que sí.

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