Usted está aquí: lunes 8 de mayo de 2006 Espectáculos Homenaje al ferrocarril y sus "susurros" en SLP

Concierto De máquinas y rieles, sinfonía vapor

Homenaje al ferrocarril y sus "susurros" en SLP

ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO

Ampliar la imagen Coreografía que acompañó al concierto en la Nueva Estación de Ferrocarril, al que acudieron trabajadores jubilados de Ferronales

San Luis Potosí, 7 de mayo. La Nueva Estación de Ferrocarril de esta ciudad fue acondicionada la noche del sábado para el concierto De máquinas y rieles, sinfonía vapor, en el que la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí, bajo la batuta de José Luis Castillo en calidad de director huésped, ejecutó obras cuyo tema central son los trenes y sus sonidos.

A la cita acudieron cientos de ciudadanos potosinos y unos 30 trabajadores jubilados de la desmantelada empresa Ferrocarriles Nacional de México.

Para el recital se remozaron paredes, se utilizaron nopales para ambientar el lugar y se rrellenaron de grabilla las vías; sin embargo, la escenografía principal, la que dejó a todos boquiabiertos, fueron dos máquinas, una de vapor, que generaron alegría y nostalgia entre los asistentes.

Los invitados especiales, los viejos ferrocarrileros, llegaron ataviados con su indumentaria clásica de mezclilla azul y pañuelo rojo al cuello.

La primera pieza ejecutada fue Máquina férrea, de Leonardo Coral, tocata ganadora del concurso Melesio Morales 2005, que emocionó a más de uno, cuando uno de los ferrocarriles avanzó algunos centímetros.

El concierto siguió con Pacific 231 (1923), de Arthur Honegger, en la que el sonido rememoró la velocidad que alcanzaban esas bestias de acero, símbolo de fuga, de vida y de libertad, según ha dicho Joaquín Sabina.

De Arturo Márquez se estrenó Las cuatro estaciones, integrada por los segmentos Puebla, Veracruz, Aguascalientes y San Luis Potosí, otrora las terminales más importantes de la región, que comunicaban entre sí a Nuevo Laredo, Tampico y el Distrito Federal.

De Carlos Chávez se ejecutó Caballos de vapor, sinfonía de baile (1926), aunque sólo la parte titulada El trópico: huapango y sandunga. Luego vino Música para charlar (1938), de Silvestre Revueltas, y finalizó Sinfonía vapor (1869), del orgullo musical del estado, Melesio Morales. Aquí también se escuchó el pitido de la poderosa máquina de vapor.

Vuelta a los tiempos idos

Para José Luis Meza López, ex ferrocarrilero, el concierto "fue motivo para volver a los tiempos idos. Fue como si hubiera regresado a la niñez. Volví a sentir como cuando trabajábamos de siete a 15 horas.

"Los trenes se acabaron, como se acaba todo. Termina un ciclo y comienzan otros. Ojalá el ferrocarril vuelva a ser lo que fue en lo que se refiere a transporte de pasajeros, porque en carga sigue siendo la espina de México."

Meza forma parte de una familia de cuatro generaciones de ferrocarrileros. "Nosotros veíamos al tren como una cosa normal, ligado a la Revolución, a los soldados, a los levantados.

"En San Luis Potosí habemos 5 mil 100 jubilados, pero en todo México somos más de 150 mil. Ojalá esto reviva. Fue hermoso ver estas máquinas volver a moverse", señala.

Maximino Sánchez Reina, ex soldador, indicó que los jubilados se reúnen cada semana para recordar otros tiempos. "Hay cierto coraje entre nosotros porque acabaron con los ferrocarriles. No lo hubiera hecho el gobierno, pues era un transporte para gente pobre".

Para José Luis Castillo, director de la orquesta, "el recital fue una reflexión sobre el maquinismo, más allá de un mero concierto; una reflexión sobre el tren y su importancia para la Revolución".

Indicó que la obra de Melesio Morales es prototípica de ese periodo histórico. "Es una marcha de época, con ritmos de esos días, ideal para una orquesta militar. Además, no conozco un antecedente de música en vivo con un tren presente."

Los ferrocarriles están, poéticamente, asociados a los vagabundos, a la huida, a la aventura. El maestro Castillo confiesa no haber sido un vago en su juventud, "pero los trenes sí forman parte de mi vida. Todos mis estudios en Europa implicaron viajes por este medio", señaló.

El concierto concluyó con nuevos pitidos de la poderosa máquina. ¡Vááááámonos... se va el tren! Y el tren se fue.

 
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