Usted está aquí: lunes 8 de mayo de 2006 Política Las campañas, sólo para el lucimiento de candidatos; aíslan a los electores

Medidas "de seguridad" impiden la participación real de ciudadanos en los mítines

Las campañas, sólo para el lucimiento de candidatos; aíslan a los electores

Es impostergable modificar las estrategias para que los abanderados escuchen a votantes

ENRIQUE MENDEZ

Ampliar la imagen Andrés Manuel López Obrador Foto: Carlos Ramos

Ampliar la imagen Felipe Calderón Hinojosa Foto: María Luisa Severiano

Ampliar la imagen Roberto Madrazo Pintado Foto: José Carlo González

Diseñadas sólo para exponer las propuestas de gobierno, las campañas de los tres principales candidatos a la Presidencia de la República se han limitado a presentarlos a los electores, pero no a escucharlos. Si a caso, a recibir peticiones por escrito y conocer de manera fugaz, detrás de las vallas, las condiciones de pobreza de quienes asisten a los mítines.

El comienzo de las actividades proselitistas, el 19 de enero pasado, marcó el ritmo y esquema de la presencia de los abanderados.

En Metlatónoc, Guerrero, Andrés Manuel López Obrador, de la coalición Por el Bien de todos (PRD-PT-Convergencia), afianzó el esquema de seguridad ensayado en Tierra Caliente, en noviembre pasado, de llegar en su camioneta hasta las vallas metálicas, que sólo se abren para darle paso al templete, rodeado a su vez por otras cercas que lo separan de la multitud unos dos metros.

Ahí, por un escrito que recibió de la comunidad, conoció el estado social en la región: "nos alimentamos con totopos (...) y aprendemos a vivir con las enfermedades. Nos tenemos que resignar a los accidentes de trabajo e inclusive a perder un miembro del cuerpo".

López Obrador cuenta con un equipo que recibe demandas, las procesa y da respuesta. Es común que además de él, en ocasiones participen como oradores los líderes del PRD de la región.

Durante su recorrido por el país sólo se recuerda la participación de un ciudadano, Ezequiel Martínez, quien el 9 de diciembre pasado, en la explanada de la delegación Benito Juárez, lo increpó por haber firmado como jefe del Gobierno del Distrito Federal el bando que permite la construcción de edificios, lo cual, argumentó, redujo el suministro de agua.

No obstante, la intervención de Martínez se dio porque le gritaba "¡no seas hipócrita!", y López Obrador dijo a sus simpatizantes, quienes pretendían callar al inconforme, "déjenlo, déjenlo. Ven, habla acá. Vente, vente", y lo invitó al templete.

El único acercamiento que la ciudadanía tiene con él es desde atrás del esquema de seguridad, mientras con los militantes es posible en las sesiones de trabajo de las redes ciudadanas, que son de carácter privado y a las que el acceso es restringido.

En la campaña de Felipe Calderón, candidato del PAN, se ha ensayado la participación de estudiantes en las universidades privadas, pero las protestas de los jóvenes llevaron a tomar dos medidas: filtrar el acceso a las reuniones y pedir preguntas por escrito, que son seleccionadas para que el panista sólo responda las que son "a modo".

Una de las primeras protestas fue el 16 de febrero, cuando en el auditorio de la Universidad Tecnológica de México, campus Cuitláhuac, una joven le mostró un cartel en el que se leía: "cómplice del Fobaproa". Antes de su llegada al centro educativo, funcionarios del plantel decomisaron otros cartelones, inclusive los de apoyo, y después, en la sesión de preguntas y respuestas, otro joven le preguntó: "¿usted es cachorro del imperio o va a hacer algo contra Estados Unidos?"

Al final de ese encuentro, todavía un estudiante le entregó una hoja de papel que Calderón arrugó y tiró cuando supo que la pregunta que le querían hacer se refería a los hijos de Marta Sahagún.

El filtro para los universitarios se reforzó el 5 de abril en la Universidad Iberoamericana, donde no sólo los estudiantes fueron seleccionados en la prueba "para evitar problemas", sino que una vez más las preguntas fueron elegidas. Lo mismo ocurre en los mítines, donde el jilguero (animador) decide qué cuestionamientos pasar al candidato, aun cuando éstos provengan de simpatizantes o militantes.

Su campaña, al igual que la de Roberto Madrazo Pintado, candidato de la Alianza por México (PRI-PVEM), se inició sin fuerza, porque los acarreados en Iztapalapa y el Toreo, así como en Toluca, se desesperaron y estaban más preocupados por las tortas y camisetas que se iban a regalar.

En la primera etapa de su campaña, Madrazo puso a prueba la fórmula que no funcionó en 2000 a Francisco Labastida Ochoa de instalar el templete en el centro de las plazas, para que pudiera verse desde todos los ángulos.

Sin embargo, en esta semana y cuando faltan dos meses para las elecciones, el candidato priísta dio un giro y -como afirmó en Compostela, Nayarit, el martes- fuera de protocolo comenzó a ceder el micrófono a sus simpatizantes para que expresaran sus comentarios y demandas.

Al día siguiente, en Bahía de Banderas, tras el éxito de esa práctica, participaron cuatro personas intercaladas en el discurso de Madrazo: un comerciante, un pescador, una anciana y una maestra. El primero afirmó que las importaciones chinas "nos están dando en la torre"; el segundo se quejó de que los pescadores "estamos acabados"; la anciana lamentó que el gobierno de Vicente Fox no haya cumplido con dar la pensión que ofreció: "hasta ahorita, naranjas divinas", y la profesora preguntó por su propuesta para los mentores.

Los cuatro temas dieron pie a Madrazo para esbozar una oferta para cada sector y encarrerado preguntó, metido entre la gente, "¿cómo anda la tarifa de la luz? ¿Cómo anda el precio del gas? ¿Y cómo andan el precio de la gasolina y los salarios? ¿Cómo anda el empleo? ¡Por eso nos están ganando los chinos!"

 
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