Usted está aquí: miércoles 24 de mayo de 2006 Política Fox traslada a EU su campaña con fines proselitistas al reunirse con empresarios

Promueve los programas de educación a distancia y plan de becas a connacionales

Fox traslada a EU su campaña con fines proselitistas al reunirse con empresarios

El mandatario ofreció no actuar conchudamente en la recta final de su sexenio

FABIOLA MARTINEZ Y ROSA E. VARGAS ENVIADA Y REPORTERA

Salt Lake City, Utah, 23 de mayo. En el primer día de tregua electoral, el presidente Vicente Fox vino aquí a presentar a México como un país exitoso, en el que -luego de los comicios de 2000- "los riesgos del pasado (en materia política y económica) ya han quedado en la historia", señaló.

No repitió las frases a las que la oposición adjudica un abierto tinte proselitista o parte de una "elección de Estado", pero sí afirmó que en los pasados cinco años "hemos estado consolidando la democracia" y que "la época de un régimen presidencial exacerbado se ha vencido.

"México ya no es y jamás será un país gobernado por un solo hombre sino por instituciones sólidas y de acuerdo con la voluntad del pueblo".

Nuestro país -agregó- tendrá el 2 de julio elecciones "libres, transparentes y legítimas".

El Presidente zorro

Primero ante prominentes empresarios y banqueros de la región y más tarde ante la comunidad mexicana radicada en Utah, el mandatario deslizó discretamente los resultados de algunos programas gubernamentales -como la educación a distancia y la entrega de becas a connacionales-, pero no necesitó esforzarse más de la cuenta.

El procurador general de Utah, Mark Shurtleff, se encargó de cerrar con broche de oro el mensaje político del mexicano, cercado por la tregua. Como si fuera un sketch cómico, el funcionario estadunidense -del Partido Republicano- tomó el micrófono para hablar bien de los mexicanos, pero sobre todo del presidente Vicente Fox, a quien comparó con el protagonista de La leyenda del Zorro: el "soldado luchando contra la corrupción y por la justicia, la libertad y la seguridad de los mexicanos".

Por si fuera poca la analogía, le endosó más galanura que Antonio Banderas, el protagonista de la historia llevada al cine, y más bravura que "un hombre cabrón".

También dijo que el español es el idioma de "los ángeles" e identificó al presidente mexicano con el camino democrático, el que deja atrás el autoritarismo y el populismo. Clamó por el apoyo de los migrantes: ¡los necesitamos! Nada valemos solos; juntos, mexicanos y estadunidenses, ¡sí se puede!, expresó.

Fue en el salón Great Hall, en West Valley, donde aguardaron pacientemente cientos de paisanos en un impecable orden, quizá porque es la primera vez que un presidente de la República visita esta ciudad, en el corazón de las montañas Rocallosas, donde los indocumentados sí pueden tener una licencia para conducir o pagar estudios universitarios.

En punto de las cinco y media de la tarde, el mandatario llegó acompañado por su esposa Marta Sahagún. Desde entonces y hasta el final de la visita ninguno de los dos perdió la sonrisa; tampoco dejaron de aplaudir los bailes folklóricos interpretados por el grupo infantil Comunidades Unidas.

El Ejecutivo movía la cabeza al ritmo del Jarabe Tapatío y el Son de la Negra. Feliz, trataba de acompañar con las palmas las canciones típicas, con la misma alegría que por la mañana recibió de los empresarios unas espuelas de plata y unas chaparreras de cuero. Los paisanos y el gobierno local le dieron un cuadro de George Washington, posando al lado de su caballo.

Fue entonces cuando llegó el procurador Shurtleff a dar al Presidente una lista de halagos que, en plena tregua electoral, resultó música para los oídos del mandatario: "Me llamo Mark Shurtleff, pero en español mi apellido es muy difícil, entonces, mis amigos me llaman chuleta. Hablando de nombres, señor Presidente, a mí me gusta su nombre mejor en español, Zorro, si conocen ustedes la leyenda de Zorro y han seguido la Presidencia de Vicente Fox reconocerán que son muy similares.

"Estamos dejando atrás el autoritarismo y el populismo para construir un México con un mejor futuro para nuestros hijos", dijo el procurador chuleta.

Ante esa cascada de piropos, el presidente Fox no necesitó más. Luego del camino allanado por el procurador, el mandatario recibió varias tandas de aplausos, en especial cuando dijo que la relación entre México y Utah entrará a una nueva y más fructífera etapa cuando se resuelva el tema migratorio.

Queremos una solución de fondo, México quiere ser parte de la solución, no del problema. No es con muros -agregó- como se remediará la situación, no es con vallas como se resolverá el problema, sino con puentes de entendimiento y colaboración, expresó.

¡Viva México!, gritó la concurrencia. Y, al fondo del salón, en una expresión perdida en el bullicio y en un español poco claro, un hombre -al parecer estadunidense- soltó un confuso "¡Viva Atenco!"

Horas antes de partir hacia Estados Unidos en una gira a la que algunos sectores han calificado de inoportuna, el presidente Vicente Fox ofreció que apoyará e impulsará la aprobación global a una reforma migratoria en el Senado de aquel país. Y con la confianza de tener en el bolsillo ese acuerdo, ofreció que no actuará "conchudamente'' para hacer a un lado sus compromisos para impulsar la creación de empleos en México.

Al reunirse con los integrantes de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, el mandatario anticipó que en sus reuniones con los paisanos radicados en Utah, Washington y California tendrá un mensaje de ánimo. No se trata sólo de "hacer presencia'', dijo, sino de reiterar su interés por velar por el respeto a la dignidad y los derechos laborales y humanos de los connacionales.

 
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