Usted está aquí: lunes 5 de junio de 2006 Cultura Escribo para que los niños observen el mundo, señala Rosanela Alvarez

En su cuento Los botones de Ana ofrece una visión diferente de lo cotidiano

Escribo para que los niños observen el mundo, señala Rosanela Alvarez

El país debe volcarse a fomentar la lectura desde la infancia, considera

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Ampliar la imagen Los botones tienen vida propia en la historia de Rosanela Alvarez Foto: Archivo

''Escribir para niños es un reto enorme, pero lleno de satisfacciones." Rosanela Alvarez sabe de lo que habla, luego de haber escrito Los botones de Ana, su primer cuento publicado.

Desde hace 27 años ha estado relacionada con la literatura para niños, principalmente como editora. Egresada de la carrera de letras hispánicas, "muy chavita" entró a trabajar en la dirección de publicaciones de la Secretaría de Educación Pública.

Ahí se inició en la colección Clásicos de la Literatura: "No sólo aprendí el oficio de edición, sino que me di cuenta de lo que era el mundo de la literatura infantil. Ahora, después de muchos años, incursiono en la escritura para niños, que me parece un oficio bonito y necesario".

Los botones de Ana -libro que publica la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), ilustrado por Miguel Marín- surge del gusto personal de la autora por "esos pequeños objetos en apariencia insignificantes, pero que son parte de nuestra vida. Tuve una abuela costurera y crecí viéndola coser entre telas, botones, hilos. En mi casa siempre hubo un bote de botones".

En el cuento de Rosanela Alvarez, los botones del vestido de una niña cobran vida, se comunican, observan. A través de ellos el lector puede asomarse a la vida cotidiana desde una perspectiva inusual.

Los editores resumen en la contraportada: "Ana quedó muy sorprendida, pues descubrió que su botón le decía cosas, que esos pequeños objetos eran capaces de comunicarse con sus dueños, claro, si éstos eran observadores y atentos a lo que los botones querían decir con sus caritas".

La historia no se elabora a partir de una idea prestablecida, "fue un acto de inspiración" y, aunque tampoco hay un propósito predeterminado, uno de los efectos del libro en sus pequeños lectores es "que rencuentren el mundo y lo observen. Creo que la literatura es un camino para que ellos observen el mundo, entiendan, sean más sensibles".

Por lo anterior, la escritora considera que el país entero "debería estar volcado en el fomento a la lectura desde la infancia. Si todos leyéramos veríamos la vida de otra manera. Por eso para mí es muy importante que los niños lean y mi labor ha sido ésa, no sólo al editar sino al escribir para ellos".

Antes de Los botones de Ana, Rosanela Alvarez publicó un par de libros didácticos sobre los árboles, con fotografías, publicados por Ediciones Castillo: Arboles por todas partes y Arboles: sus inquilinos y sus visitantes.

Los botones de Ana pertenece a una serie de historias con esos objetos como personajes. El próximo libro llevará el título tentativo de Los sueños de un botón.

La escritora ya ha tenido ocasión de leer su cuento ante un público infantil. La experiencia fue gratificante: "Los niños tienen los oídos y los ojos muy bien puestos, tienen esa maravillosa capacidad de ver y oír las cosas; son muy generosos y atentos cuando algo les interesa".

 
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