Usted está aquí: sábado 8 de julio de 2006 Política Evalúan prensa y analistas de EU la necesidad del recuento

George W. Bush felicitó a Felipe Calderón y a Fox

Evalúan prensa y analistas de EU la necesidad del recuento

Aseguraría estabilidad del nuevo gobierno, advierten

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Nueva York, 7 de julio. El presidente George W. Bush felicitó hoy a Felipe Calderón por ganar las elecciones, mientras que editorialistas y analistas estadunidenses continúan evaluando si el resultado final será ratificado, y algunos expresan la necesidad de un recuento para evitar mayores conflictos y asegurar la estabilidad de un nuevo gobierno.

El vocero de la Casa Blanca, Tony Snow, informó que Bush se comunicó desde el Air Force One con Calderón para felicitarlo. También habló con el presidente Vicente Fox en una conversación donde destacó su "legado como líder de México", y le expresó su deseo de reunirse con él antes de que el mexicano concluya su periodo. Snow señaló que ambas llamadas fueron "muy breves", cuando el presidente volaba de Illinois a Washington, esta tarde.

Vale recordar que el presidente Fox no se comunicó con el entonces candidato George W. Bush sino hasta un mes después de las elecciones estadunidenses en 2000, cuando la Suprema Corte de Estados Unidos lo nombró ganador de los comicios más controvertidos en la historia moderna del país. Las elecciones estadunidenses se realizaron el 7 de noviembre de 2000, y durante más de un mes fueron disputadas por los candidatos Al Gore y Bush, y no fue sino hasta el 12 de diciembre que la Suprema Corte falló en favor del actual presidente, después de que sus abogados lograron frenar el recuento de los votos.

La entonces vocera de Fox, Marta Sahagún, anunció el 14 de diciembre que el presidente Fox llamó a Bush para felicitarlo por su triunfo, y elogió "la manera en que el pueblo y las instituciones de Estados Unidos superaron un proceso postelectoral complejo", según versión oficial de Presidencia.

A pesar de que los resultados de las elecciones presidenciales estadunidenses de 2000 jamás han sido confirmados por un recuento, y se anuló el principio supuestamente sagrado de "una persona, un voto", Gore decidió ceder y con ello desilusionó a millones de sus simpatizantes. La diferencia en el voto en esa elección fue de aproximadamente 500 mil sufragios.

Hasta esta tarde, el gobierno de Bush y la cúpula política estadunidense habían guardado silencio diplomático sobre el resultado de la elección en el país vecino, aunque hoy el primer político estadunidense en romperlo fue el representante conservador Dan Burton. El legislador, tal vez mejor conocido como uno de los patrocinadores de la famosa Ley Helms-Burton que endureció el embargo contra Cuba, extendió "una mano amiga" a Calderón. El también presidente del subcomité sobre el Hemisferio Occidental, declaró: "espero que el presidente electo Calderón continué con las exitosas políticas de su predecesor".

Un modelo para Estados Unidos

Pero mientras algunos se atrevieron a pronunciarse sobre la elección, otros esperan una confirmación oficial del triunfador, lo cual, según recordaron varios medios aquí, sólo le corresponde al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

En un editorial, el New York Times opinó que "hay suficientes problemas para ameritar un recuento completo" de la votación en México, y considera que Calderón "no debería oponerse a un recuento", ya que la prioridad es "asegurar a los votantes que el conteo fue imparcial".

Editoriales en Boston Globe, Houston Chronicle y Los Angeles Times registran el derecho de López Obrador de cuestionar el conteo, pero advierten al perredista que mantenga el conflicto dentro de las vías legales. Los Angeles Times advierte que López Obrador "debe pensar dos veces antes de instar a sus simpatizantes a tomar las calles para denunciar preventivamente el resultado final (...) Si López Obrador no es respetuoso de las reglas de la democracia, corre el riesgo (el perredista) de convertirse en el fraude más grande de esta elección".

Por su parte, el Houston Chronicle elogia el sistema electoral mexicano, que es "un modelo para Estados Unidos", dadas las experiencias de las dos elecciones recientes en este país. "Pero eso no significa que el sistema de México es 100 por ciento inmune al fraude", advierte en su editorial publicado ayer. "Ahora le corresponde a mexicanos de todo partido -y especialmente a López Obrador- optar por el régimen de ley sobre el deseo político. Hasta ahora, ellos han demostrado una madurez notable".

Mientras tanto, los corresponsales de los principales rotativos estadunidenses informan de maniobras políticas en torno a la disputa, incluyendo los intentos de negociación de Calderón para consolidar su posición como ganador del conteo oficial. El Wall Street Journal reportó hoy que Calderón, "consciente de los límites que enfrenta", ha buscado establecer relaciones con sus opositores, tanto en el PRI como en el PRD. Como ejemplo, cita a fuentes según las cuales Calderón habló por teléfono con Lázaro Cárdenas Batel, gobernador de Michoacán, la misma noche de la elección, y recuerda que se reunió con Cuauhtémoc Cárdenas durante su campaña.

López Obrador, señala el Journal, podría obtener una audiencia positiva al presentar su caso ante el TEPJF, citando casos previos en donde esa instancia ha anulado elecciones. Informa que algunos analistas consideran como algo positivo proceder con un recuento completo.

Wall Street: felicidad cuatelosa

En Wall Street se continúa observando muy cuidadosamente el desenlace del conflicto electoral, en general, sin gran alarmismo. La agencia de ratings Fitch consideró hoy que las bases fundamentales de la economía mexicana son suficientemente fuertes para aguantar cualquier incertidumbre y volatilidad que podría surgir de los resultados de la elección presidencial, reportó la agencia Reuters, la cual espera que cualquier reto de la elección por López Obrador "será resuelto constitucionalmente y sin afectar la gobernabilidad, a pesar de crecientes tensiones sociales".

Pero tal vez lo más notable es que estrategas del sector financiero expresan escepticismo sobre las posibilidades de que un gobierno de Calderón pueda lograr avanzar en la promoción de las reformas económicas que desean, dada la polarización y la profunda división registrada por la elección. Aunque hay un aparente consenso de que México es lo suficientemente fuerte como para aguantar "una tormenta política", se expresan reservas acerca de si un gobierno que surja de este proceso puede tener la capacidad de lograr instrumentar y llevar a cabo políticas económicas que Wall Street considera como necesarias.

Por su parte, analistas políticos observan detenidamente el desarrollo de la crisis electoral mexicana, aconsejando a los mexicanos cómo deberían resolver el problema de su proceso democrático.

Aunque algunos señalan que en ciertos aspectos esta crisis electoral en México se parece a la experiencia estadunidense en las elecciones de 2000 y de 2004, cuando se revelaron serias irregularidades, a pocos se les ocurre elogiar las acciones populares y el compromiso demostrado por algunos sectores de la ciudadanía mexicana con la transparencia como algo que también podría servir de modelo a Estados Unidos, donde la ciudadanía aceptó la imposición de un resultado electoral cuestionado sin defender el principio de que cada voto cuenta.

 
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