Usted está aquí: lunes 24 de julio de 2006 Política Defiende Rivera Carrera derecho a manifestarse

Los demonios amenazan con salirse de control: Arizmendi

Defiende Rivera Carrera derecho a manifestarse

ALMA E. MUÑOZ

El cardenal Norberto Rivera Carrera defendió ayer el derecho de manifestación de quienes impugnaron la elección presidencial, siempre y cuando no se incite a la violencia ni se afecte a terceros. En un caso remoto, aseguró, la jerarquía católica está dispuesta a servir de intermediaria en el conflicto poselectoral, si se lo piden, una vez que se agoten las instancias legales correspondientes y no se vislumbre una solución.

Asimismo, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, descartó sumarse a la petición del recuento voto por voto, y alertó que "los demonios amenazan con salirse de control", porque las acusaciones y desconfianzas no cesan entre los partidarios de la coalición por el Bien de Todos y los del PAN.

Consideró además que las movilizaciones sociales "descomponen la paz social" y generan un "clima de crispación que puede provocar incidentes violentos".

En la capital del país, Rivera Carrera pidió a las autoridades actuar con justicia, como ya expresaron, dijo, las diversas iglesias en el país a través del Consejo Interreligioso que preside. Sin embargó, aclaró en relación con la petición de la coalición Por el Bien de Todos sobre el recuento voto por voto, que los obispos "no podemos meternos en las cuestiones jurídicas de decidir si procede tal impugnación".

Aunque en el periódico de la curia, Desde la Fe, se expresa que los números de la elección presidencial, hasta ahora dados a conocer, "han sido tan justos que se ha dificultado desde los primeros momentos dar un resultado final", al término de su homilía en la Catedral Metropolitana, el cardenal sostuvo que en México la justicia "tiene que remitirse a instituciones y leyes concretas". Resaltó el derecho de todo ciudadano y organización a manifestarse públicamente, sin limitaciones, en "aquello que cree que se le ha violado". Pero, agregó, "no se admite cuando se va en contra de terceros y cuando se está invitando a la violencia".

Se le preguntó si un representante de la iglesia católica podría actuar como intermediario en el conflicto poselectoral y respondió: "Podría, pero nadie lo ha pedido, y nosotros no nos estamos ofreciendo".

-¿Y si se lo piden?

-Hay otras muchas opciones en México, antes de que algún jerarca sea intermediario. Para eso están las mesas de diálogo, para eso están los distintos partidos y los grupos parlamentarios. Eso sería un recurso no inmediato.

El cardenal Rivera Carrera reiteró su invitación a todos los involucrados en el conflicto por la Presidencia de la República para que "permanezcamos unidos, a pesar de nuestras diferencias, y sobre todo nos preocupemos por México y no por nuestros propios intereses o por nuestro propio partido".

Antes, durante la ceremonia religiosa, se invitó a participar en la jornada mundial de oración, a la cual convocó el Vaticano, para alcanzar la paz en Líbano, por el respeto a las instituciones mexicanas y porque se privilegia el diálogo por encima de intereses personales o de partido.

Por cierto, a la Catedral se presentó poco después de las 12 horas un hombre con una cartulina donde se leía "Voto por voto, casilla por casilla", mismo que fue invitado a salir del recinto por personal de la oficina de prensa del arzobispo.

Mientras, en San Cristóbal de las Casas, el obispo Arizmendi se preguntó si una vez que el mapa nacional se pintó de azul hacia el norte y de amarillo hacia el sur, con sus excepciones, al "evidenciarse varios Méxicos podemos decir que hay uno más rico, desarrollado y conservador, y otro más pobre, con más analfabetismo y con más ansias de cambio social".

Consideró que hoy el odio "parece crear barreras infranqueables entre quienes votaron por partidos distintos", pues "cada quien defiende con tal pasión su postura, que ve al otro como enemigo a vencer, sin excluir argucias con apariencia de verdad". Admitió que, como en toda obra humana, "pudo haber errores en la contabilidad de los votos, pero decir que todo fue un fraude y una manipulación nos ofende a la mayoría de los mexicanos".

Defendió el derecho de los religiosos a evitar posturas que dividan más. "No nos interesa quedar bien con alguien, por un interés mezquino de privilegios y canonjías, sino destruir las barreras de odio y de mentiras, que tanto afectan a todos, en particular a los pobres".

 
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