Usted está aquí: miércoles 2 de agosto de 2006 Política México, primer lugar de AL en agresiones a periodistas

En el sexenio ya fueron asesinados 22 comunicadores, denuncian diputados

México, primer lugar de AL en agresiones a periodistas

ELIZABETH VELASCO C.

Ampliar la imagen El Fisgón muestra un billete de la Lotería alusivo a la libertad de expresión Foto: Francisco Olvera

México ocupa el primer lugar de América Latina en agresiones a periodistas y medios de comunicación, pues de 2000 a la fecha han ocurrido 22 asesinatos, informó la coordinadora del grupo de trabajo de seguimiento a las agresiones a periodistas y medios de comunicación de la Cámara de Diputados, Beatriz Mojica Morga.

Este año -precisó- han muerto ya dos periodistas y uno está desaparecido. Pese a ello, no hay avances en las investigaciones de los casos. En cuanto al balance de los últimos seis años, dijo que arroja cuatro muertes de comunicadores por año.

Durante la presentación del billete de Lotería alusivo a la libertad de expresión, la perredista enfatizó que la mayoría de las agresiones a periodistas se ejercen desde el poder, y como ejemplo citó la demanda de Marta Sahagún de Fox contra el semanario Proceso. Esto -dijo- "da pie a que en muchos estados de la República, junto con las autoridades, sigan la misma línea".

Ante ello, sugirió que "desde el poder se sensibilice y avance en materia de agresiones, para salvaguardar la integridad de los periodistas". En ese contexto, dijo que la Procuraduría General de la República y las procuradurías de los estados deben trabajar por romper la "impunidad" que impera desde las cúpulas del poder.

Habló además del caso de Lydia Cacho, sobre el cual presentarán este miércoles un punto de acuerdo en la Comisión Permanente para que se reconsidere la demanda de la procuradora de Puebla contra la periodista, por ser "un exceso".

Al respecto, el caricaturista de La Jornada, Rafael Barajas, El Fisgón, señaló que el Estado debe intervenir para garantizar a los periodistas el ejercicio de su profesión, y que no se vean amenazados por los poderes fácticos, como "la delincuencia organizada o el narcotráfico".

Se refirió al caso de Lydia Cacho, al que consideró uno de los más graves de agresión a la libertad de expresión, por el complot fraguado contra ella por grupos delincuenciales vinculados con la pornografía infantil, el empresario textilero Kamel Nacif y el gobernador de Puebla, Mario Marín. "Hay pruebas claras que implican que se asociaron para montar a la periodista un juicio absolutamente inmoral, situación que es inaceptable".

 
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