Número 121 | Jueves 3 de agosto de 2006
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus

El VIH por transmisión de madres a hijos se puede prevenir Atención durante el embarazo, la clave

Iniciar el tratamiento antirretroviral lo antes posible es la clave para reducir al mínimo el riesgo de que una mujer infectada con VIH/sida transmita el virus a su hijo ya sea durante el embarazo, el parto o la lactancia.

Por ello, las mujeres que cuenten con factores de riesgo como: múltiples transfusiones sanguíneas, uso de drogas intravenosas y diversas parejas sexuales, y además están embarazadas, deben acudir cuanto antes a ser atendidas para que les realicen los estudios de VIH.

Esta idea pusieron en relieve los doctores Javier V. Noyola Gómez y Josué Hernández Jerónimo, especialistas de la Clínica para la Atención y Control de Mujeres embarazadas con VIH/sida, establecida en 1999 en el Hospital de Infectología del Centro Médico Nacional La Raza del IMSS, a fin de brindar una atención especializada y multidisciplinaria, ya que el embarazo en este tipo de pacientes es de alto riesgo.

La Clínica ha funcionado con tal eficiencia que el riesgo de transmisión perinatal es actualmente de 1.8 por cada cien mujeres atendidas y la meta es llegar a cero, para lo cual se requiere que las mujeres que se saben expuestas a factores de riesgo se atiendan oportunamente.

Esta Clínica está integrada con personal de diferentes especialidades y sub especialidades médicas, tales como ginecología, pediatría, medicina interna, infectología, psiquiatría, cirugía y nutrición.

Los especialistas señalaron lo anterior y explicaron que el control prenatal se inicia con una historia clínica, estudios de laboratorio y gabinete (biometría hemática, química sanguínea, cuenta de linfocitos CD4, carga viral, cultivo cérvico vaginal, tinción de Gram vaginal, ultrasonido obstétrico, citología cervical, y colposcopía).
Añadieron que una vez integrado el estadio clínico y precisadas las semanas de gestación, se realiza la intervención gineco obstétrica con el apoyo de estudios de laboratorio y gabinete.

La indicación del tratamiento antirretroviral está sujeto a la valoración del servicio de infectología. El control prenatal se realiza mensualmente con estudios paraclínicos trimestralmente y ultrasonido obstétrico mensual para vigilar curva de crecimiento y detectar posibles malformaciones.

Precisaron que la aparición de lesiones premalignas debe cuidarse con mucha atención, pues tienen una evolución más rápida que en mujeres no infectadas con VIH, por lo que se realizan estudios para su detección citológica cervical y colposcopía, y si éstos resultan positivos se proporciona tratamiento específico. De ser negativos se repiten los estudios seis meses después.

Si el cultivo de secreciones cérvico vaginales es positivo para algún patógeno se indica el tratamiento con antibióticos hasta negativizarlo. Se valora intervención nutricional para considerar aporte de multivitamínicos y proteínas de alto peso molecular si la paciente lo amerita.

Indicaron que independientemente del tratamiento aplicado a las madres, todos los recién nacidos recibieron tratamiento profiláctico antirretroviral en las primeras 72 horas de su nacimiento, con el resultado ya señalado.

Los doctores Noyola González y Hernández Jerónimo dijeron que durante la gestación lo más conveniente es iniciar el tratamiento en el segundo trimestre y lo mejor es evitar llegar al trabajo de parto sin tratamiento ya que esto incrementa los riesgos de infección para el recién nacido.

El tratamiento, añadieron, con frecuencia debe ser tanto para la madre como para el recién nacido; esto está determinado por la etapa del embarazo en la que se hace el diagnóstico de infección por VIH.

Hicieron notar que en nuestro país la población femenina en edad reproductiva, o sea entre 15 y 39 años, es de más de 18 millones que están expuestas al peligro de contraer este virus dado que la pandemia por VIH afecta a los hombres heterosexuales.

Por ello, precisaron, más vale prevenir que remediar, y para esto si se ha incurrido en relaciones con los conocidos factores de riesgo, lo mejor es acudir al médico cuanto antes y hablarle con toda franqueza.

Cabe recordar que el VIH se transmite por contacto sexual no protegido al intercambiar líquidos corporales -como sangre, semen y secreciones vaginales- con una persona infectada.

También se transmite por vía sanguínea, cuando se realizan transfusiones con derivados de sangre contaminada o al compartir jeringas, como acontece entre los usuarios de drogas intravenosas.

Otra vía de transmisión es la perinatal, de una madre infectada a su hijo, ya sea durante el embarazo, el parto o bien durante la lactancia por medio de la leche materna.

Una vez que el virus se introduce en el organismo se reproduce durante meses y años sin causar ningún síntoma; es en este momento cuando se dice que la persona es seropositiva, es decir, que está infectada por tener el virus y ha respondido a éste produciendo anticuerpos, pero aún no se ha desarrollado la enfermedad.

Poco a poco los virus atacan a las células de defensa del organismo hasta destruirlas y dejan expuesta a la persona a enfermedades e infecciones que pueden causarle la muerte.

A más de medio siglo de su fundación, el Hospital de Infectología del Centro Médico Nacional La Raza del IMSS cuenta entre sus fortalezas con personal altamente capacitado en los diferentes padecimientos infecciosos.