Usted está aquí: viernes 11 de agosto de 2006 Cultura La sargento Alvarez impugna tapujos y abusos en contra de las mujeres

De poli a diva... y de regreso cumple cinco años ininterrumpidos en cartelera

La sargento Alvarez impugna tapujos y abusos en contra de las mujeres

Con ese monólogo promueve la defensa de los derechos humanos del género femenino

''Debajo del uniforme hay sangre, cerebro y sentimientos'', aclara la policía y actriz

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen La sargento Alejandra Alvarez al principio y al final del monólogo que escenificó la noche del miércoles en el Teatro del Centro Cultural Helénico Foto: Yazmín Ortega Cortés

Ampliar la imagen La sargento Alejandra Alvarez al principio y al final del monólogo que escenificó la noche del miércoles en el Teatro del Centro Cultural Helénico Foto: Yazmín Ortega Cortés

La historia de Alejandra Alvarez se ha escrito en las calles y el escenario. Sus vivencias transitan entre dos facetas: policía de día y artista de noche.

La primera responde a un ideal de vida: demostrar que las mujeres son capaces de emprender cualquier trabajo que hace el hombre y que se puede ''ejercer el oficio de policía de manera honrada y con vocación de servicio".

Así, cuenta ya con 30 años en el agrupamiento femenil de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal y recientemente fue ascendida al grado de sargento.

La segunda, en tanto, llegó por casualidad a su vida; aunque lo de actriz se le da de manera muy natural, más que tablas, con carisma y desfachatez en su quehacer, como lo definiera la también actriz Alma Muriel.

Como no queriendo la cosa, ha logrado mantenerse en cartelera durante cinco años ininterrumpidos con el espectáculo unipersonal De poli a diva... y de regreso.

Ejemplo de tenacidad

Fue precisamente la celebración del quinto aniversario de esa obra, escrita y dirigida por Arturo Morell, que la sargento Alvarez volvió a cobrar presencia en medios de comunicación y hacer de su historia ''un ejemplo de lucha y tenacidad no sólo para las mujeres, sino para cualquier persona", según dijo la dramaturga Sabina Berman, durante la develación de la placa alusiva.

La ceremonia tuvo lugar la noche del miércoles, al término de la función del monólogo, en el Teatro del Centro Cultural Helénico, y en el acto, además de Berman, la policía y actriz, el dramaturgo y director y demás elementos del staff, estuvieron presentes Alma Muriel, la senadora por Tlaxcala, Mari Carmen Ramírez y una asistente de la gobernadora de Zacatecas, Amalia García, quien, se explicó, por causas de fuerza mayor no le fue posible llegar.

Madre de cuatro hijos y abuela de dos nietos, la oficial Alvarez da cuenta de una innata y envidiable capacidad histriónica durante los cerca de 90 minutos que tiene de duración De poli a diva... y de regreso, obra de tipo tragicómico mediante la que se busca promover una cultura de los derechos humanos y laborales de las mujeres.

Recorrido de tipo cronológico por la vida de una mujer, que tiene su punto de arranque en la adolescencia, con las calenturas propias de la hormona y por quererse ya sentir de mundo; que transcurre por los recuerdos del primer amor y la manera tan abrupta ''como éste apendeja"; el matrimonio como vehículo para librarse del yugo familiar y la desilusión de encontrarse que es sólo un espejismo; el abandono de la pareja y la situación de vulnerabilidad en que se queda; y que concluye de manera favorable, gracias a la preparación y deseos de salir adelante.

En medio de un mar de chistes con moraleja, la policía y actriz hace evidente la serie de tapujos morales y sociales, así como los tantos abusos que prevalecen en México contra la mujer en los ámbitos familiar, escolar y laboral: ''¿para qué estudias, si te vas a casar y te van a mantener?", ''mi jefe hablaba japonés o algo parecido, porque decía que si quería avanzar, pues tenía que poner las nagahs aquí (señalando las piernas)".

Interacción con el público

Imitaciones de las cantantes Lupita D'Alessio y Paquita la del Barrio; haciendo strip tease o encuerando a un hombre del público; vestida de colegiala, de modelo, de diablesa, de novia, las risas estallan entre el butaquerío ante la ocurrencia de la sargento, quien hace gala de su habilidad para improvisar e interactuar con el público.

También se presenta espacio para la reflexión y no a pocos se les hace un nudo en la garganta cuando se hace referencia a la situación por la que atraviesa una mujer casada y con hijos que es abandonada -''es como un árbol caído del que todos buscan hacer leña"-, y recita un poema de profundo contenido humano al respecto.

Ya para el final, aparece caracterizando su situación real como policía y contando que se hizo ''artista por accidente", luego de haber sido nombrada mejor actriz del séptimo Festival Hispanoamericano de Pastorelas, en el que participó con un grupo integrado por sus compañeras del agrupamiento femenil.

Fue cuando captó el interés de Arturo Morell, quien le propuso ser la protagonista del mencionado monólogo. Y de allí para el real, han sido cinco años de presentarse en escenarios tan diversos como escuelas, sindicatos, agrupaciones sociales, agrupamientos de policía, así como teatros de todo el país.

''Antes de actriz: policía; antes de policía: trabajadora; antes de trabajadora: madre... antes de madre: mujer", así concluye Alejandra Alvarez su actuación, no sin antes admitir que en el país existe un concepto general del mal policía y que, con su faceta como actriz, ''no trato de borrar ninguna imagen, simplemente doy la propia. Quiero dejar claro que debajo del uniforme hay sangre, cerebro y sentimientos".

 
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