Usted está aquí: viernes 11 de agosto de 2006 Mundo Detienen a tres ex torturadores de la Operación Cóndor en Argentina

Uno de ellos tuvo vínculos con la ex contra y la CIA

Detienen a tres ex torturadores de la Operación Cóndor en Argentina

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 10 de agosto. La detención del prófugo ex agente de inteligencia Raúl Antonio Guglielminetti, el coronel Rubén Visuara y el ex vicecomodoro Néstor Horacio Guillamondegui, todos ellos relacionados con crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención Automotores Orletti, la mayor sede local de la Operación Cóndor, causó conmoción aquí.

Especialmente por la historia de personajes como Guglielminetti (quien usaba el alias de mayor Guastavino), responsable de crímenes desde tiempos de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A, que actuó desde los finales de 1973 hasta 1975), y también en Centroamérica junto con los contras cuando la Agencia Central de Inteligencia (CIA) manejaba la guerra sucia contra Nicaragua sandinista.

Asimismo, Guglielminetti estuvo vinculado con secuestros extorsivos y la creación de una Secretaria de Inteligencia de Estado (Side) paralela a la oficial cuando se desempeñó como custodio del ex presidente Raúl Alfonsín, cuyo gobierno sucedió a la más cruenta dictadura militar que vivió el país entre 1976-1983.

El mayor Gustavino se integró a los grupos de tarea de la Side durante la dictadura, precisamente la que controlaba Orletti, donde fueron desaparecidos argentinos y extranjeros o entregados a varios países en el contexto de la Operación Cóndor.

El juez federal Daniel Rafecas ordenó la detención de 15 personas que actuaron en Orletti, entre ellos 10 son uruguayos. Seis están detenidos en el país oriental (José Nino Gavazzo, Ernesto Avelino Ramas Pereira, Jorge Alberto Silveira Quesada, Ricardo José Medina Blanco, Jorge Ricardo Arab Fernández y Gilberto Valentín Vázquez) en espera de ser extraditados a Argentina.

El magistrado también ordenó la captura internacional de los militares uruguayos Manuel Cordero, Luis Alfredo Maurente, Ernesto Soca y Ramón Díaz Olivera.

Guglielminetti, quien había sido beneficiado por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, fue capturado por la Interpol, que estará actuando en otros casos de prófugos, y fue descubierto con su familia en un barrio privado de Mercedes, provincia de Buenos Aires.

Había estado detenido en España y era muy conocido en Miami, donde estuvo junto con Leandro Sánchez Reisse; ambos trabajaron para la CIA en tiempo de la contra.

El reinicio de la investigación sobre los crímenes cometidos en el primer cuerpo de ejército gracias a la anulación de las leyes de impunidad llevó hacia Guglielminetti, quien no sólo actuó en Orletti sino que fue visto por sobrevivientes en los centros de detención Vesubio, Atlético, El Banco, Olimpo y otros lugares, y participó en la venta de bienes de desaparecidos.

El juez Rafecas recorrió el pasado 5 de julio el antiguo taller mecánico, ubicado en el barrio de Flores, para reconocer todos los lugares y la forma de funcionamiento, gracias a los testimonios de los que vivieron confinados allí, un infierno.

Entre ellos la uruguaya Sara Méndez, detenida en julio de 1976 y a quien le robaron su hijo Simón Riquelo de sólo 20 días, al que recuperó después de años, en 2002, de manos de un ex comisario de la Policía Federal en Buenos Aires.

Al revisar el lugar también hubo sorpresas porque en una pared creyó ver el agujero de un balazo y al introducir el dedo se dio cuenta de que estaba hueco y había papeles detrás. Eran parte de las listas que servían a los represores para seguir a sus víctimas desde los años de la Triple A.

Orletti funcionó entre mayo y noviembre de 1976. Desde allí se llevaron a la joven María Claudia de Gelman a Montevideo, además de varios uruguayos.

Allí fueron desaparecidos Marcelo Gelman y dos diplomáticos cubanos, entre otras víctimas. También pasaron por Orletti algunos de los terroristas cubanoestadunidenses de Miami, en función de interrogadores, como se conoce ahora.

Otro hombre clave de la Triple A, el ya fallecido Aníbal Gordon, tenía una oficina en Orletti bajo el nombre de Triple A, además del retrato de Adolfo Hitler.

Los testimonios sobre las torturas en Orletti figuran como una de las mayores historias del horror de esos tiempos. La uruguaya Sara Méndez reconocería mucho después, por fotografías, a Gordon, y dijo que fue el militar uruguayo Nino Gavazzo quien le robó el niño y le dijo: "donde vas no podés llevarlo. El va a estar bien".

Hasta ahora se han registrado 70 nombres de víctimas -entre ellas 35 uruguayos-, pero hay muchos más. Hoy, nuevamente Sara Méndez debió pasar por el infierno de los recuerdos, pero al menos es un paso muy fuerte para la justicia, tanto aquí como en su país, Uruguay.

 
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