Usted está aquí: viernes 11 de agosto de 2006 Política Calderón festeja con la cúpula panista su "segura" declaración como presidente

"Profunda satisfacción" porque el recuento no ha modificado sustancialmente cifras

Calderón festeja con la cúpula panista su "segura" declaración como presidente

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

Ampliar la imagen Al centro, Felipe Calderón, a quien acompañan representantes del Consejo Nacional Empresarial Turístico, con quienes el panista se reunió ayer Foto: Yazmín Ortega Cortés

En pleno recuento de la votación presidencial, Felipe Calderón festejó con la cúpula panista, legisladores de su partido y funcionarios gubernamentales su "segura" declaración como presidente electo, y antes expresó su "profunda satisfacción" con el proceso de conteo, porque no ha arrojado una variación significativa en los resultados.

Con empresarios del sector turístico, el michoacano aludió a la sentencia bíblica: "Por sus frutos los conoceréis", y señaló que el daño que se hace a los mexicanos con los plantones en la ciudad de México demuestra que los ciudadanos no sólo contaron bien los votos, sino también decidieron bien el 2 de julio quién debe ser presidente de México.

Fue un día de algarabía para la familia panista. En el hotel Camino Real del aeropuerto capitalino, el candidato, senadores, diputados, la cúpula del partido y funcionarios como José Luis Luege, Ana Rosa Payán y el gobernador yucateco, Patricio Patrón, celebraron con un banquete el fin de esta legislatura y se mostraron seguros de repetir en la presidencial.

Sólo faltó el dirigente nacional del blanquiazul, Manuel Espino, que había viajado a Chiapas para anunciar la declinación de su partido en favor del candidato a gobernador del PRI, José Antonio Aguilar Bodegas. Tampoco se vio a Santiago Creel.

Alegres, los panistas minimizaban los resultados del recuento y las manifestaciones perredistas. Federico Döring, diputado y futuro senador, declaraba: "La verdad es que Andrés Manuel es un sujeto que no fue tema hoy, no mereció ser aludido".

Calderón primero se reunió con un centenar de empresarios turísticos y aprovechó las quejas de este sector sobre las pérdidas ocasionadas por las movilizaciones perredistas (350 millones de pesos en el sector restaurantero), para acusar a quienes por razones políticas se han negado a cumplir la ley.

Con una referencia sentimental, expresó: "me duele que las reservaciones hechas desde fuera para viajar a la ciudad de México se hayan caído hasta en 80 por ciento en tan sólo una semana, poniendo en riesgo miles de empleos".

En su balance numérico, aseguró que tan sólo un hotel de Paseo de la Reforma ha tenido que cancelar más de 2 mil noches de reservación en los pasados días y consideró injusto que por una "ambición personal" se hayan visto afectados los ingresos de empleados, meseros y camareros.

Simpatizante tilda a AMLO de "loco"

Mientras el abanderado pronunciaba su discurso, un simpatizante panista pasó sin problemas los retenes del Estado Mayor Presidencial y extendió en pleno acto una pancarta en contra de López Obrador.

De poco importaron las fuertes medidas de seguridad que impiden inclusive la cercanía de la prensa con el candidato. El hombre, que dijo llamarse Roberto Hernández, mostró durante varios minutos una pancarta azul que decía: "Mano firme para defender esta elección. 42 millones de mexicanos votamos y más de 15 millones decidimos quién gobernará la nación. No permitamos que un renegado loco, perverso, eche a perder esta decisión de un pueblo con hambre de justicia, de trabajo".

Sin que los elementos de seguridad intervinieran, el hombre se dedicó a dar entrevistas a los medios de comunicación para pedir que se frene a este "renegado", como llamó al candidato de la coalición.

-¿A qué se dedica? -se le preguntó.

-Soy un ciudadano más. Yo me dedico a mis propias cosas -respondió.

-¿Cuáles son sus propias cosas?

-El trabajo. No quiero abundar de todo esto.

-¿Cómo lo dejaron entrar?

-Nadie me obstaculizó. Yo pasé normal.

Luego se supo que el hombre era integrante de Sociedad en Movimiento, una organización de corte conservador respaldada por la Coparmex, que en ese momento anunciaba -en otro salón del World Trade Center- medidas para apoyar a Calderón.

A las tres de la tarde, el candidato comió con el círculo de poder panista. Ahí estaban legisladores, funcionarios del gabinete e integrantes del equipo del michoacano como respuesta a una convocatoria de la cúpula panista.

A puerta cerrada, los líderes de las bancadas del PAN en la Cámara de Diputados y en el Senado, José González Morfín y Héctor Larios, respectivamente, hicieron un balance de los "exitos" de la legislatura.

En este cierre de filas reaparecieran panistas que habían caído en el olvido, como Rubén Mendoza Ayala, perdedor de la elección en el estado de México.

El secretario de Medio Ambiente lo definió como un encuentro de "amistad, de unidad y de gratitud"

-¿Usted viene en horas de trabajo?

-Nooooo, tengo mi hora de comida. También como.

Y dio a conocer el menú que se sirvió en las 45 mesas: ensalada de la casa, crema de chipotle, pechugas rellenas o filete mignon en salsa de huitlacoche, y pastel de chocolate. Brindaron con vino tinto Marqués de Cáceres.

Según Döring, Calderón fue el invitado "de lujo". Y como iba con Margarita Zavala, su esposa y diputada, bromeó con los legisladores: "Yo soy uno de ustedes, porque soy un diputado consorte y con suerte".

Recién nombrado cooordinador de los diputados electos, Larios insistió en que lo electoral no fue tema. "Está totalmente subsanado, máxime cuando los datos reales indican que no hay modificación significativa ni infrasignificativa en los resultados que se están obteniendo en el recuento. Todo mundo reconoce que Felipe Calderón ganó la Presidencia de la República y el recuento seguramente también lo va a reconocer".

El próximo senador González Morfín quiso matizar, al declarar su respeto a los tiempos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pero después agregó: "estamos contentos porque Felipe ganó la elección".

Döring lo llamó "un evento social" que significó la primera oportunidad para festejar con Calderón el resultado del 2 de julio.

-¿No hubo mensaje político?

-No fue político. Fue ciento por ciento emocional, es más, yo diría que fue muy panista, muy espiritual, muy místico. Fue como un apapacho de despedida"

-¿O sea, que ya están celebrando?

-Pues los que van de salida están satisfechos y los que estamos en metamorfosis estamos pensando en lo que viene. No en Andrés; Andrés ya es cosa del pasado.

 
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