Usted está aquí: jueves 17 de agosto de 2006 Política Aumentan presiones para que se autorice la siembra de maíz transgénico

Empresas trasnacionales redoblan campaña para que Fox les dé luz verde

Aumentan presiones para que se autorice la siembra de maíz transgénico

Greenpeace subraya que se debe reinstalar la moratoria al cultivo en campo abierto de la semilla modificada genéticamente

El grano generará graves daños: ecologistas

A pesar de que las autorizaciones para el cultivo de maíz transgénico exigen requisitos que no han sido cumplidos por las autoridades, el presidente Vicente Fox podría dar instrucciones a funcionarios federales para que se eliminen los impedimentos y se apruebe a la brevedad el cultivo de este grano, sin importar los impactos ambientales y económicos ni las advertencias de científicos, señaló Greenpeace.

Para que se realicen los cultivos comerciales del grano, primero se tendrán que seguir varios procedimientos, entre ellos el establecimiento del régimen especial de maíz, el cual fue plasmado en un documento, enviado el 26 de mayo de este año y que la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) rechazó; la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) informó que no tiene previsto mandar ningún nuevo documento aunque la Secretaría de Agricultura podría hacerlo.

Por su parte, Greenpeace informó que a pesar de que la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados está incompleta, ya que falta el establecimiento del régimen especial de maíz, las empresas Monsanto, Pioneer y Dow Agrosciences buscan que el Ejecutivo dé el visto bueno para sembrar y comercializar sus semillas transgénicas antes de que finalice este año.

El coordinador de la campaña de transgénicos, Gustavo Ampugnani, aseveró que está en juego el futuro del campo mexicano, por lo que pidió "no avalar la ilegalidad en aras de favorecer a un puñado de empresas. México necesita un régimen especial para la protección del maíz y este régimen aún no ha sido elaborado. Con este vacío legal no es posible bajo ninguna circunstancia permitir las siembras transgénicas".

Recordó que ese régimen es obligatorio, porque deben establecerse las zonas en las que quede prohibida la liberación de aquellos cultivos transgénicos de los cuales México sea centro de origen. "A través del régimen se debe cerrar cualquier posibilidad a la siembra de maíz transgénico, pues nuestro país no necesita esa tecnología", agregó.

Mencionó que en julio pasado un pequeño sector de productores de maíz y autoridades estatales, con el apoyo de la asociación civil AgroBio, en la que están integradas las empresas productoras de transgénicos, manifestaron su interés para que el gobierno federal emita los permisos de siembra antes de que termine 2006, a pesar de que aún la Ley de Bioseguridad no esta reglamentada, el régimen especial de protección de maíz no exista y la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem) opera con deficiencia.

Consideró que en forma equivocada algunos productores creen que el maíz transgénico se traducirá en mayores rendimientos o menores aplicaciones de pesticidas tóxicos, cuando se ha comprobado que esta tecnología en realidad significa la contaminación de variedades criollas, el envenenamiento de suelos y cuerpos de agua y pérdida de potenciales mercados.

Agregó que académicos, científicos, organizaciones de productores y ambientalistas han considerado que México debe reinstalar la moratoria al cultivo en campo abierto de maíz transgénico, ya que no existen las condiciones adecuadas que garanticen que no ocurrirá la contaminación de la diversidad de maíz que hay en México.

Angélica Enciso

 
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