Usted está aquí: viernes 22 de septiembre de 2006 Sociedad y Justicia Países ricos restringen la bioética a clonación y reproducción asistida

El marco jurídico no debe imponer conceptos morales, precisa la UNESCO

Países ricos restringen la bioética a clonación y reproducción asistida

La participación de AL logró una declaración universal preocupada por los valores

LAURA POY SOLANO

En América Latina y el Caribe la noción de bioética trata la vida en un sentido amplio, no podemos aceptar de manera acrítica un concepto que fue creado en los países desarrollados sin adecuarlo a nuestra realidad y necesidades, aseguró Volnei Garrafa, presidente de la Red Latinoamericana y del Caribe de Bioética de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

No podemos admitir, insistió, que la bioética se restrinja "como quieren los países más ricos a temas como la clonación y la reproducción asistida, cuando nuestras naciones enfrentan problemas más serios para garantizar el acceso a los servicios de salud y enfrentar las condiciones de pobreza, marginación y desigualdad".

Tras participar en la inauguración de la Reunión Internacional de la Redbioética-UNESCO, en torno a la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, aprobada en octubre de 2005, afirmó que en la región se debe impulsar la creación de marcos jurídicos en torno a la bioética, "no restrictivos, sino afirmativos, que permitan a los ciudadanos tomar sus decisiones en una sociedad laica, respetuosa de las religiones, pero en la que no se pueden imponer conceptos morales de ningún tipo a los ciudadanos".

Aseguró que valores como la solidaridad y la dignidad humanas son los grandes aportes de los países latinoamericanos a la declaración universal sobre bioética, al "poner en el centro del debate el tema social y la salud ambiental del planeta, y no sólo aspectos de biomedicina como eje central de la discusión".

Gracias a la participación de la comunidad de naciones latinoamericanas, el texto final de la declaración, insistió, "aporta una visión más humana y flexible de la bioética, al reconocer problemas vinculados con la diversidad cultural y étnica, así como los problemas de discriminación y la necesidad de velar por la defensa de la dignidad humana".

Volnei Garrafa, presidente del consejo directivo de la Redbioética-UNESCO, advirtió que la participación del Estado es "prioritaria" para garantizar que la bioética no se limite a una "discusión contemplativa sobre el bien y el mal, cuando lo que se requiere es intervenir para proteger a las poblaciones más vulnerables".

Al respecto, Luis Tiburcio, representante de la UNESCO en México, aseguró que con la aprobación de una Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, "menos técnica y más preocupada por valores como la dignidad y la solidaridad, la comunidad da un mensaje de esperanza para 525 millones de personas en América Latina, y en general para la población mundial".

Destacó que tras una larga negociación se logró superar una visión "demasiado técnica que ponía el acento en los temas biomédicos y de biotecnología, soslayando aspectos como salud pública, pobreza y acceso a la información, cuando en realidad lo que se necesita es un concepto de bioética social, más incluyente y plural".

 
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