Usted está aquí: viernes 22 de septiembre de 2006 Sociedad y Justicia Retoma fuerza la usura con las casas de préstamo privadas

Monte de Piedad destaca la falta de normatividad

Retoma fuerza la usura con las casas de préstamo privadas

PATRICIA MUÑOZ RIOS

El Sindicato del Nacional Monte de Piedad alertó sobre la proliferación de negocios particulares de préstamo y empeño de valores, las cuales operan "por la libre", sin ninguna regulación por parte de las autoridades, bajo condiciones discrecionales en las que cobran intereses sumamente elevados, en detrimento del patrimonio de los trabajadores.

Un análisis elaborado por este sindicato, revela que ha retomado fuerza la usura en México, mediante empresas privadas que trabajan sin normatividad alguna, representan una competencia desleal para el Monte de Piedad y son inseguras ya que establecen garantías prendarias a su libre arbitrio.

El auge de estos negocios se debe en gran parte a la falta de financiamiento directo de los bancos y el exceso de trámites, señala el documento, y añade que es preciso que las autoridades financieras del país vulevan los ojos hacia estos negocios, los regulen y eviten que funcionen como una minibanca paralela, o cajas de ahorro y préstamo, sin serlo.

Además, se tiene que crear toda una estructura de supervisión y normatividad de esas casas de préstamo, ya que cuando los trabajadores son engañados y recurren por ejemplo a la Procuraduría Federal del Consumidor, no hay elementos para actuar contra ellas, ya que los contratos que hacen firmar a los interesados contienen cláusulas leoninas y otras que los eximen de toda responsabilidad.

Los intereses que cobran estos negocios particulares están por encima de los bancarios, y muy por arriba de los que ofrece el Nacional Monte de Piedad, sin embargo, recurren a ellos porque la mayoría se asientan en colonias particulares.

Los negocios son redituables además porque tienen muy poca infrastructura y bajo personal, ya que basta con un local comercial "barato", un anuncio espectacular y dos trabajadores para iniciar operaciones que buscan en todo momento la superplusvalía mediante intereses y comisiones, elevadas. Piden, además, facturas de automóviles y casa en prenda y cuando los créditos se vuelven impagables, retienen o incautan los bienes de los particulares, todo ello, sin que las autoridades hayan hecho algo al respecto.

 
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