Usted está aquí: jueves 28 de septiembre de 2006 Política Nada de malo que una católica dirija el Inmujeres, afirma Patricia Espinosa

La defensa de los derechos del sector no está peleada con las creencias, asegura

Nada de malo que una católica dirija el Inmujeres, afirma Patricia Espinosa

"Indignante que candidatas que ganan un puesto renuncien para dejárselo al marido"

ROSA ELVIRA VARGAS

La defensa, difusión y promoción de los derechos de las mujeres no están reñidas con las posiciones y creencias ideológicas y religiosas, defendió ayer Patricia Espinosa, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), al ser interrogada sobre las posibilidades de que llegue a la titularidad de ese organismo María Eugenia Díaz Ortiz, integrante destacada de la Unión Mundial de Organizaciones Católicas Femeninas.

"Yo también soy católica, no podemos ser católicas vergonzantes", expresó Espinosa, y ubicó a su eventual sucesora como "una persona abierta, consciente del trabajo que se tiene que hacer" desde la secretaría de Inmujeres.

Ahí mismo, sin embargo, la funcionaria calificó de "lamentable" e "indignante" que aquellas mujeres que obtienen puestos de representación popular renuncien al cargo para dejarlo en manos de hombres, porque de ese modo "están engañando a la ciudadanía", pues, argumentó, se luchó mucho para lograr el cumplimiento de la obligación de establecer la proporción mínima de 30 por ciento que marca la Organización de Naciones Unidas (ONU) como parte de las candidaturas que debieran llevar los partidos políticos.

Incluso se pronunció por "hacer una revisión de estas acciones" en la legislación electoral y colocar los candados que impidan tales acciones, y al mismo tiempo, "invitar a las mujeres a que no se presten a esas negociaciones de 'cubro la cuota, pero después dejo a mi hijo o a mi novio, o al compromiso' partidista".

Patricia Espinosa se presentó ayer en Los Pinos para ofrecer una conferencia de prensa durante la cual, una vez más, criticó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación por endurecer los requisitos para autorizar el divorcio por violencia familiar.

Esa decisión soslaya que existe también la violencia sicológica, la cual se da de muchas formas y no deja secuelas físicas, es sistemática, poco a poco deteriora la autoestima de las mujeres, y no puede demostrarse fácilmente, consideró la funcionaria.

Frente a ello, dijo, continúa el diálogo con los ministros para lograr una revisión de su criterio sobre el tema y tomar en cuenta las circunstancias en torno al delito que representa la violencia dentro de la familia.

 
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