Usted está aquí: lunes 16 de octubre de 2006 Economía La seguridad en la frontera con EU provoca retrasos y costos caros a exportadores mexicanos

Insta el Comce a ver opciones con la contraparte para recuperar agilidad y eficiencia

La seguridad en la frontera con EU provoca retrasos y costos caros a exportadores mexicanos

MIRIAM POSADA GARCIA

Las medidas de seguridad impuestas por Estados Unidos en la frontera con México se han convertido en un problema para el comercio exterior, porque retrasan el cruce y encarecen los costos de los exportadores, aseguró el director técnico de Comercio Exterior del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce), Fernando Ruiz Huarte.

Detalló que la ley contra el bioterrorismo ''sin que se haya convertido en una barrera'', sí ha representado para los mexicanos un incremento en sus costos y procesos, porque deben cumplir con todas las certificaciones que les demandan y porque los transportistas mexicanos tienen más problemas para hacer sus entregas.

La situación hace urgente encontrar alternativas con las contrapartes estadunidenses para recuperar agilidad y eficiencia, advirtió Ruiz Huarte.

Aseguró que si bien el comercio exterior mexicano ha reportado crecimiento, ha sido insuficiente debido a que los empresarios nacionales han perdido competitividad, al igual que otros sectores del país por la falta de reformas estructurales.

Sin embargo, a 12 años de haberse iniciado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), reconoció que para el sector privado nacional fue muy compleja la transición de un esquema económico proteccionista a uno de libre comercio, pues ''no estábamos listos en materia de competitividad''.

El especialista en negociaciones comerciales internacionales del Comce aseguró que aún cuando México tiene una importante red de tratados comerciales, los temas pendientes en la agenda son muchos, encabezados por las medidas de seguridad en la frontera norte, además de competitividad, reformas estructurales y la relación con América Latina.

Detalló que si bien es cierto Estados Unidos es el principal mercado para los empresarios mexicanos, también es verdad que después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 la relación comercial se vio modificada por las medidas de seguridad establecidas por los estadunidenses, encabezadas por la ley contra el bioterrorismo.

Dichas medidas ''no se han convertido en una barrera no arancelaria'', precisó, pero han encarecido los costos de los exportadores en todo sentido, ya que deben trabajar con empresas certificadas que den fe de que sus productos no buscan dañar a la población estadunidense; además se ha incrementado el tiempo de cruce fronterizo, hay supervisión más intensiva y los camioneros mexicanos tienen más obstáculos.

Sin embargo, el Comce no tiene estimaciones sobre el porcentaje de encarecimiento de costos, pérdidas o daños económicos para sectores específicos, debido a que cada uno de los cruces fronterizos presenta una problemática particular.

Lo que es claro, dijo Ruiz Huarte, es que entre empresarios y autoridades de ambos lados de la frontera deben trabajar de manera coordinada para resolver el problema en que se han convertido las medidas de seguridad impuestas por Estados Unidos.

Los empresarios mexicanos ''tienen que incrementar sus exportaciones, y si no las aumentan deben trabajar para darles mayor valor agregado, producir cada vez con más contenidos nacionales para integrar las cadenas productivas y generar más empleos''.

Aunado a esto, señaló, es indispensable que el país y los empresarios mexicanos sean más competitivos, lo que se conseguiría en parte si hubiera una mejora regulatoria más profunda, y también si se aprobaran las reformas estructurales.

Puntualizó que en ambos renglones ha habido avances, pero no suficientes como para hacer del país el más competitivo y atractivo para la inversión. Señaló que las reformas estructurales no se reducen al sector energético, que es uno de los más importantes debido a la necesidad de tener combustibles más baratos. En esas reformas, dijo, está también la laboral donde los sindicatos seguirán siendo importantes, pero en otras condiciones; la reforma fiscal y la jurídica.

 
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