Usted está aquí: martes 24 de octubre de 2006 Cultura Hay muchos temas que quisiera escribir, pero sólo algunos se llevan a cabo: Rossi

El Fondo de Cultura Económica le editó Edén: vida imaginada, su primera novela

Hay muchos temas que quisiera escribir, pero sólo algunos se llevan a cabo: Rossi

Es una historia de incertidumbre que termina donde las demás empiezan, comenta el escritor

Aunque en el libro hay mucho de su propia vida, el autor niega que sea autobiográfico

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Ampliar la imagen En la intimidad de su hogar y rodeado de libros, el escritor asegura sentirse orgulloso de haber nacido en Florencia, ciudad a la que considera de las más creativas de la historia de Occidente Foto: José Carlo González

En la celebrada bibliografía de Alejandro Rossi hasta ahora no había una novela. El Fondo de Cultura Económica le acaba de publicar la primera, Edén: vida imaginada, donde el cuentista, filósofo y ensayista narra una "historia de incertidumbre", la de un adolescente que busca su lugar entre dos patrias, dos lenguas, dos culturas.

-¿Cómo llega usted a la novela o cómo llega la novela a usted y por qué?

-A lo largo de la vida uno tiene una serie de temas que quisiera llegar a escribir. Si hay suerte, algunos se llevan a cabo, siempre menos de los que se habían planeado o previsto. El asunto de este libro en realidad comenzó como la idea de hacer un relato que no era novela pero tampoco era un cuento, lo que antiguamente en francés se llamaba nouvelle y en italiano novelle, y para el que en español no tenemos una palabra exacta. Decimos novela corta o cuento largo. Pensaba que sería un relato de unas 60 o 70 páginas. Cuando empecé a escribirla sentí de inmediato que el asunto se alargaría, que necesitaba ampliar el espectro del libro y agregarle otros materiales. Fueron las exigencias literarias del relato las que me llevaron a ampliarlo.

Amigo de los diccionarios

El protagonista y el autor de la novela tienen mucho en común: ambos se llaman Alejandro Rossi; son hijos de madre venezolana y padre italiano; están orgullosos de haber nacido en Florencia; son cultos y cosmopolitas, criados en el seno de una familia aristocrática lanzada por la guerra al nomadismo.

Hay mucho de la propia vida de Rossi en Edén: vida imaginaria, pero advierte que de ningún modo se trata de una novela autobiográfica: "No olvide una cosa: un asunto son los materiales de la vida y otro los materiales literarios. Un libro que se refiere a elementos de la vida o de la realidad es la construcción de esos elementos en otra cosa, en un mundo diverso que se compone de palabras que crean una realidad literaria. Pero son cosas muy distintas. Hay puentes y hay trasvases, faltaba más, pero no hay que distinguirlos, no subsumir el libro en la vida porque entonces se deja de lado el hecho creativo que es un libro, se pierde el elemento de artificialidad que hay en un libro".

-Hay en la novela un pasaje muy emotivo que es cuando Alex, el protagonista, descubre el diccionario. A propósito, quisiera que reflexionara sobre la relación de usted con los diccionarios.

-Vaya cosa que me pide. Pues sí, he sido siempre un amigo de los diccionarios, son amores infantiles que han persistido. Recuerdo el gusto que sentía en los colegios por esos libros y cómo me perdía en su lectura. Sobre todo por los diccionarios manuales, pero a la vez enciclopédicos, que traían noticias variadísimas de esto y de aquello. Porque no sólo eran para la búsqueda de palabras complicadas, difíciles o de acepciones desconocidas; lo que también me atraía era su parte informativa. Eran una fuente de curiosidad muy grande. Ya de mayor siempre me ha gustado tener lo que en términos bibliotecarios se llama libros de referencia, que no sólo son diccionarios en sentido estricto, sino libros de información sectorial o más especializada.

-¿Acepta que Edén... también sea vista como una reflexión sobre el lenguaje, sobre el idioma en que se escribe y la multiculturalidad?

-No es que me lo proponga ni lo llevo a cabo en el sentido de preguntarme en la propia novela sobre el lenguaje en un sentido vagamente teórico; en mi vida sí he reflexionado sobre cuestiones lingüísticas, pero éste no es el sitio para hacerlo. En este libro lo que hay es la presencia del lenguaje no sólo en el sentido trivial de la escritura, sino en la constitución personal de ese muchacho que transita de un idioma a otro. En ese sentido, el lenguaje es fundamental, uno de los rasgos presentes en el desarrollo del muchacho.

"Porque el libro habla de un tránsito no sólo geográfico, de un continente a otro; no sólo cultural, de una civilización a otra; también de un idioma a otro, del italiano al castellano, lo cual supone un cambio bastante fuerte. De tal manera que todo el libro es, en buena medida, el acto del muchacho de estar en esa precariedad del cambio."

Orgullo por Florencia

-En un momento de la novela, Alex dice con mucho orgullo que es de Florencia. ¿Alejandro Rossi comparte ese orgullo?

-Sí, a vela tendida. Es de las cosas indiscutibles de mi vida haber nacido en Florencia, ciudad que me llena de orgullo.

-¿Puede abundar sobre las razones de ese orgullo, aunque parezcan obvias?

-Lo resumiría así: porque es una de las ciudades más creativas de la historia de Occidente y, si me apura, podría decir del mundo. No digo la más ni la única, digo una de las más importantes de la cultura occidental. Los productos de esa creatividad van desde el arte hasta la ciencia. Es una ciudad de extraordinarios pintores y también de extraordinarios científicos, poetas, arquitectos. No deja de asombrar que una ciudad tan pequeña haya podido crear condiciones de trabajo y de vida, de ideales, de propósitos, de impulso y de fuerza, como para llevar a cabo esas hazañas de carácter artístico, intelectual, literario. Cómo no voy a estar orgulloso de sumarme como una pequeña hormiga a esa larguísima fila, a esa lista de gente.

-Hay una parte muy divertida donde Alex y su hermano dialogan con un maestro de historia en Caracas, de donde parece desprenderse una crítica a la historia y la política.

-No quiero meterme en un tema tan enrevesado como ése. Hay un elemento de broma y de ganas de fastidiar de estos muchachos, pero también de situarse. Son chicos que llegan a otro país, a otra ciudad, a otra historia y tratan de situarse, no es sólo hacer la broma. Hay una búsqueda: dónde estoy, en qué sitio me coloco. Son descendientes directos del general José Antonio Páez, personaje muy fuerte en la historia venezolana. Fue el primer presidente de la república y un guerrero que da con Bolívar la última batalla por la independencia. En la novela se recogen viejas polémicas, viejas opiniones, pero todo motivado por ese afán de los chicos de saber quiénes son. Están muy afectados por esa historia y esa épica familiar. En el libro está en plan de cierta broma, pero sólo aparente; es la punta del iceberg: en el fondo hay muchas cosas, polémicas reales que reflejaban movimientos que hubo en la historia del país.

-La historia familiar de ellos, las circunstancias geopolíticas los sitúan por momentos en lo que podría llamarse una posición "políticamente incorrecta", concretamente frente al fascismo italiano.

-No, ellos no eran fascistas.

-Pero había ahí una duda, ¿no?

-No, lo que había era un sentimiento patriótico, otra cosa distinta es la adhesión al fascismo. Un país en guerra es un país en guerra y mi familia estaba preocupada por los destinos del país, tenía un sentimiento patriótico que no debe confundirse con una adhesión al fascismo o a un gobierno fascista. Mi familia no fue fascista. Los chicos vivían una cotidianidad donde el gobierno era fascista y la realidad diaria estaba impregnada de esos símbolos, pero de ahí a convertir eso en una adhesión viva al fascismo, no. Seguramente dentro de cierta burguesía del momento hubo simpatías hacia el fascismo, pero hubo otros que nunca la tuvieron y que, al contrario, fueron luchadores antifascistas muy importantes. No se puede hablar de una clase social que fuera toda fascista. Y mi padre en particular era un hombre apolítico, para bien o para mal, pero lo era.

-La novela termina donde empieza una historia de amor, que es donde suelen empezar muchas novelas.

-Yo veo que es el final adecuado: se inicia una historia de amor, casi del primer amor, y termina una historia de incertidumbre.

 
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