Usted está aquí: lunes 30 de octubre de 2006 Política El pueblo oaxaqueño se halla cercado, pero no está solo; lo apoyamos: Marcos

Pueblos indios convocan a la unidad para frenar la depredación que los aqueja

El pueblo oaxaqueño se halla cercado, pero no está solo; lo apoyamos: Marcos

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Sisoguichi, Chih., 29 de octubre. Hasta la sierra Tarahumara llegó hoy la defensa de Oaxaca. "Como hace muchos años, cuando la conquista, el pueblo está encerrado en esa ciudad. Las calles están tapadas por la policía. En el aire no vuelan los pájaros sino los aviones del Ejército. El pueblo está cercado y siente que está solo, y decimos aquí, desde la tierra del rarámuri, que no está solo, que lo vamos a apoyar". Así habló esta mañana el subcomandante Marcos ante centenares de indígenas, muchos ancianos principales de estas tierras ancestrales en su dolor y en sus resistencias.

"Hoy alzamos la voz por Oaxaca", prosiguió, al iniciar el recorrido por Chihuahua de la otra campaña. "Oaxaca tiene un mal gobierno. Ulises Ruiz se llama el malvado. El pueblo se organizó, se levantó para que caiga el malo y ahora el pueblo está rodeado por las fuerzas federales de (Vicente) Fox, que lo quiere atacar, lo quiere matar, lo quiere meter a la cárcel para que siga el mal gobernante que es Ulises Ruiz."

La entidad sureña ha salido al paso de la otra campaña en todo el noroeste. "Llegamos a Baja California y encontramos a Oaxaca", reconoció Marcos en el comerchi (lugar de reunión) del pueblo montañés de Sisoguichi. "La misma que habíamos visto. La lengua, la cultura y el color del triqui, lejos de su tierra, luchando, peleando, porque el rico lo explota, le quita lo que tiene."

En estos momentos, cuando todo México es Oaxaca, los pueblos indios invocan los caminos de la unidad para resistir y durar, para defender sus tierras e identidades, y poner un alto a la depredación que los aqueja. El Congreso Nacional Indígena y la otra campaña llegaron a la sierra para dar a conocer "la injusticia que hay acá, pero también cómo vive y cómo lucha el que resiste sin doblarse, el rarámuri", expresó el delegado Zero.

Historias hermanadas

Abundó: "Somos indígenas zapatistas de Chiapas, el último rincón de México. Nuestra historia se parece mucho a la del rarámuri. Vivíamos en las buenas tierras y llegó el español, nos aventó a las montañas y ahí nos olvidó. Parecía que el rico se había olvidado de nosotros, tenía la buena tierra y nosotros puras piedras, puro olvido, puro dolor, pura muerte. Pensamos que así vamos a estar siempre. Pero el rico no está contento con lo que tiene, ahora quiere también las montañas donde vivimos, quiere nuestra pobreza y la quiere hacer dinero. Antes el agua no se vendía, ni el árbol, ni el aire, y ahora son mercancía.

"El que hizo el mundo puso en cada parte un guardián, alguien que va a cuidar que el mundo viva y esté contento, y esos guardianes son los pueblos indios. Y hay pueblo indio en el mar, el río, el bosque, la montaña y el desierto, y nuestro trabajo es cuidarlo para que no muera. Cuando estamos los pueblos indios cuidando la Tierra, el mundo está contento. Está contento el aire y va a la montaña y baja hasta el mar, y está contenta el agua y da vida, y está contento el venado y corre de un lado a otro y a veces es bueno y se hace carne en nuestra mesa, y el árbol crece contento y a veces es leña en nuestra casa."

Ante una audiencia atenta, que escuchaba cada tanto la traducción al idioma rarámuri, Marcos señaló: "Ahora vemos que el agua está encerrada y la llave la tiene el rico; el indígena no tiene más el agua que tiene que cuidar. El árbol está triste porque lo mata el rico y se lo lleva lejos para hacerlo dinero. En el mar crece la casa del rico y desaparece la del indígena. Del río, su agua se le quita al pueblo indio y se va para la casa del rico. El venado se esconde en la cueva y llora porque el mundo no es donde nació. Es perseguido el venado como es perseguido el indígena en nuestro país. El aire que caminaba libre ahora es encerrado en grandes ventiladores para hacer electricidad, y la luz no va a casa del indígena, va a casa del rico.

"La Tierra que tenemos que cuidar está muriendo. Allá en nuestra montaña nos contaron la historia del que derrotó al enemigo siendo lo que es, resistiendo, no desmayando, el rarámuri. Y pregunta el zapatista, nos mandan hasta acá a preguntar al rarámuri si igual piensa él, si igual ve que el mundo muere, que el blanco hace mercancía la madera, la tierra, el agua, los animales. Si igual siente que está muriendo el guardián que somos, que tenemos que cuidar la Tierra."

Marcos añadió que los indígenas zapatistas lo mandaron a escuchar. "Hicieron nuestro corazón una caja para guardar la palabra del rarámuri; un oído para aprender de la palabra del rarámuri; una morraleta para llevar en ella la palabra del rarámuri, y que conozcan en otros lados su dolor y su lucha. Para llegar a la casa del rarámuri caminamos lejos, encontramos otros pueblos indios guardianes del mundo. Y ahora llegamos y escuchamos su dolor, el árbol que muere, el venado perseguido, el robo de la tierra. Escuchamos aquí en la tierra del que resiste, del que no se vende, del que lucha mirando".

Les pidió que sigan resistiendo, "ya no más cada quién por su lado, sino juntos con todos los que estamos mal en nuestro país y lo queremos cambiar".

 
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