Usted está aquí: sábado 23 de diciembre de 2006 Política Con la restructuración de la PGR inicia la reforma del sistema de seguridad

Limitarán funciones de la procuraduría: sólo integrará averiguaciones previas

Con la restructuración de la PGR inicia la reforma del sistema de seguridad

Todas las policías operarán bajo un esquema común de información y supervisión

GUSTAVO CASTILLO, ALFREDO MENDEZ

La Procuraduría General de la República transformará su actual estructura en los próximos meses, a fin de ser sólo el órgano que integre las averiguaciones previas y atienda de manera primordial los procesos penales, ya que corresponderá a la policía nacional investigar inicialmente los delitos y denuncias, inclusive del fuero común.

Asimismo se modificarán las actuales policías municipales a fin de que todas las corporaciones tengan la misma capacidad operativa y funcionen bajo un esquema común de información y supervisión, para evitar que el narcotráfico y la delincuencia organizada continúe infiltrándolas.

En un diagnóstico elaborado por el equipo de transición del presidente Felipe Calderón, y que ahora se aplica en la transformación de todas las instituciones encargadas de seguridad y procuración de justicia, se considera que la corrupción existe en todas las estructuras gubernamentales, lo que ha permitido el desarrollo del narcotráfico y de otros grupos de delincuencia organizada.

Contraproducente, detener capos

Asimismo, se estima que la detención de grandes capos como Benjamín Arellano Félix (líder del cártel de Tijuana), Osiel Cárdenas Guillén (dirigente del cártel del Golfo) y miembros de la dirigencia del cártel de Juárez, provocó más daños que beneficios, pues desató luchas internas en todas las organizaciones y con ello violencia en distintas partes del país.

Y además, se reconoce en el seno de la PGR que este descabezamiento en las principales organizaciones provocó ­junto con la disminución en el consumo de cocaína en Estados Unidos­ la creación de mercados de consumo en territorio nacional, y mayores luchas entre los distintos grupos por mantener el control de áreas geográficas de recepción y distribución de drogas.

Por ello una de las pretensiones del gobierno federal es que ahora en lugar de actuar de manera reactiva en contra de los grupos, primero se pretende contar con datos de inteligencia que permitan ubicar los nodos de control, producción y distribución, a fin de que la policía ataque objetivos claros, y la PGR (es decir el Ministerio Público Federal) no lleve a los tribunales casos que resulten en fracasos, de allí que se esté trabajando en una restructuración de la PGR (será la tercera en menos de seis años), y con ello desaparezcan y se creen nuevas estructuras.

En ese contexto, se pretende que el presidente Felipe Calderón emita un nuevo reglamento de la PGR a fin de autorizar su nueva estructura, que trabajará de manera directa con las 500 estaciones de policía, en donde se recibirán todas las denuncias que se presenten, sin importar si son del fuero común, a fin de que sea la policía la que investigue y antes de que se inicie de manera directa una averiguación previa se tengan elementos suficientes para actuar contra los responsables, y no se inicien indagatorias en contra de quien resulte responsable.

La percepción gubernamental sobre la delincuencia y el narcotráfico es que con el descabezamiento de los cárteles y el combate a las estructuras operativas y financieras de cada grupo, se logró disminuir la capacidad de los integrantes de estas organizaciones y por ello se han dedicado a otras actividades delincuenciales, como es el secuestro, que se ha incrementado en entidades como Tamaulipas y Baja California.

De acuerdo con los datos obtenidos, además de haberse incrementado en México el consumo de drogas (cocaína sobre todo), la apertura de nuevos mercados internacionales como Europa, Centro y Sudamérica, ha provocado que los narcotraficantes nacionales protejan sus núcleos de distribución, y también enfilen sus baterías hacia otras latitudes.

Según el gobierno mexicano, el costo de un kilo de cocaína pura vale en el Distrito Federal entre 8 y 12 mil dólares, mientras que en los países productores como Colombia, Perú y Bolivia es de mil 500 dólares, en países como Guatemala su valor alcanza los seis mil dólares y en la frontera de México con Estados Unidos llega hasta los 25 mil dólares, mientras que en Estados Unidos llega a 50 mil y en mercados como España a 100 mil dólares.

 
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