Usted está aquí: domingo 18 de febrero de 2007 Política Navegaciones

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Pedro Miguel

Pastillas y cuentos de hadas

La Cenicienta texana

Erika Ortiz, hermana de la princesa

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Ampliar la imagen Reality show: Anne Nicole en la cesárea

Ampliar la imagen La hermana de la princesa

Marilyn Monroe es la vieja evidencia de que el glamour mata: surge de la nada, ábrete camino, bebe tragos amargos, asciende a la cima de la gloria, hazte querer y desear por toda una nación, conquista a los más poderosos, gana y gasta dinero a raudales, vuélvete el punto de referencia de la moda y la pornografía sentimental, y acabarás con un vacío interno tan pavoroso que pronto querrás llenarlo con pastillas para dormir. Marilyn sigue siendo la deidad tutelar de las divas que transitan por ese camino, la que las conduce, tras el suicidio, a un Paraíso apacible, repleto de cosas simples, reflectores apagados y afectos insípidos pero con alto valor nutritivo. Ya se habrá hecho cargo de la pobre Anne Nicole Smith, quien ni siquiera llegó a Hollywood pero que fue depositaria, al igual que la Monroe, de los deseos de millones, y a quien ese logró le echó a perder la existencia. De la que fuera conejita del Playboy hace 15 años sólo quedan, hoy, un cuerpo en disputa que permanece arraigado por disposición judicial en una gaveta forense y una bebé de seis meses que vale 450 millones de dólares y cuya paternidad es reclamada por tres hombres (un abogado voraz, un fotógrafo y un malentretenido príncipe alemán) que a la vista de esa suma han descubierto su pasión por cambiar pañales.

De recién nacida, la estrella se llamaba Vickie Lynn Hogan. Nació en 1967 en una localidad perdida de Texas llamada Mexia (pronúnciese "mehaia") en memoria del traidor José Antonio Mexía, de quien ya nos ocuparemos. Aunque solía vivir con sus tías, la muchacha se iba cambiando de apellido conforme su madre, Virgie Mae Tabers, cambiaba de matrimonio a un ritmo de uno cada cinco años: Hogan, Tacker, Hart, Thompson, Sanders... Su formación escolar se detuvo en primero de secundaria y su trayectoria laboral temprana parece un tributo al modelo de civilización que Texas propone al mundo: mesera en Jim's Krispy Fried Chicken, dependiente en Wal-Mart, bailarina nudista en un club nocturno. En el primero de esos establecimientos conoció a Billy Smith, quien trabajaba de cocinero (si es que puede llamarse cocinero el encargado de sumergir cadáveres de gallináceas en aceite hirviendo) y se casó con él. Vickie tenía 17 años y Billy 16, y pocos meses después les nació un hijo, Daniel. Ya con el niño a cuestas se mudó a Houston, entró al negocio de los escenarios con tubo y en el Gigi's Club encandiló a J. Howard Marshall, un magnate petrolero viudo que le financió un par de implantes mamarios dobles. Así provista, la joven, quien para entonces ya había escogido su nombre definitivo, ganó un concurso de la revista Playboy. Sus desnudos en las páginas centrales causaron furor y no pasó mucho tiempo antes de que alguien la describiera como "la nueva Marylin Monroe". Ya famosa, accedió a los ruegos matrimoniales de su protector, quien para entonces estaba casi agonizante, se divorció de Smith y contrajo nupcias con Marshall. Ella tenía 26 años y él 89. El hombre murió 13 meses después de una boda que habría hecho las delicias de Quevedo: "Ven, Himeneo, ven, canta este día / no cual sueles, cargado de alegría / pero de horror compuesto / éste, que funeral ha de ser presto..."

Desde entonces hasta su muerte, Anne Nicole vivió inmersa en los tribunales por los asuntos más diversos: desde acusaciones por acoso sexual interpuestas en su contra por empleados, hasta la disputa por la herencia del esposo (mil 600 millones de dólares), pasando por los honorarios no cubiertos del médico legista que estudió el cadáver de su hijo Daniel, quien murió con el sistema digestivo lleno de calmantes poco después de que su madre saliera del trabajo de parto (perdón: fue cesárea) de la pequeña Dannielynn Hope. Hasta la fecha, Anne Nicole, guardada en la gaveta de un centro forense de Florida, sigue siendo materia de procesos judiciales y en el sitio Terra, bajo las notas que dan cuenta de su infortunio, aparece una etiqueta que dice: "Más entretenimiento".

http://www.thepeacetrain.org/modules.php?name=News&file=article&sid=227

http://www.mexiachamber.com/name.htm

http://www.20minutos.es/noticia/161624/3/anna/nicole/funeral/

http://www.terra.com/ocio/articulo/html/oci156910,2.htm

http://espanol.news.yahoo.com/s/ap/070206/entretenimiento/esp_cel_anna_nicole_smith

http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2007/02/15/
ordena-juez-de-florida-embalsamar-cadaver-de-anna-nicole-smith

http://www.askmen.com/women/models/59_anna_nicole_smith.html

http://iblnews.com/story.php?id=22857

Un día antes de que Anne Nicole fuera encontrada en agonía en la habitación del hotel casino Seminole Hard Rock Café, Erika Ortiz Rocasolano emprendía su viaje al Estigia desde su departamento de Madrid. El transporte fue el mismo en ambos casos: ingesta masiva de tranquilizantes. Fuera de eso, las vidas de una y otra son muy diferentes. Ocho años menor, Erika era una muchacha discreta, no muy guapa que digamos y sin grandes ambiciones; bien habría podido resignarse a la austeridad de la clase media. Nació en Oviedo en 1975, estudió la licenciatura de bellas artes y en la universidad conoció a Antonio Vigo, escultor, su pareja de varios años. Por escasez de recursos ambos jóvenes habitaron en casa de la madre de ella, procrearon a una niña y tal vez se habrían acomodado a la estrechez (o, en el mejor de los casos, a una mejoría económica muy paulatina), pero en 2004 tuvo lugar, en la vida de Erika, un suceso que la aniquiló: la boda de su hermana mayor, Letizia, con Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia, príncipe de Asturias y, si Dios no lo llama antes a su seno, futuro rey de España.

De súbito, la muchacha se encontró bajo el microscopio de la prensa especializada en cosas de princesas, obligada a asistir a grandes eventos en los que la familia Ortiz Rocasolano se veía claramente incómoda (la propia boda de Letizia, el bautizo de su primera sobrina, la infanta Leonor de Borbón Ortiz...) y, al mismo tiempo, compelida por las circunstancias a no hacer ruido. Cualquier cosa que hiciera o que dejara de hacer era amplificada por los medios, ya como motivo de conmiseración (la hermana de la princesa no tiene en qué caerse muerta) ya como razón de sospecha (no tiene en qué caerse muerta, pero acaba de inscribir a su hija en un colegio carísimo), y según algunas crónicas vivía mortificada por la posibilidad de causarle problemas a su hermana. Su relación conyugal naufragó en mayo del año pasado y su universo laboral resintió los periodos de estrés, depresión y, a juzgar por las fotos, anorexia. El 6 de febrero ya no pudo más: dejó encargada a su hija, se encerró en su departamento, se comió un frasco de sedantes y le regaló a la prensa rosa un nuevo gran negocio. Las galas sociales y las páginas del ¡Hola! también matan.

http://www.lavozdeasturias.es/noticias/noticia.asp?pkid=322555

http://es.news.yahoo.com/fot/ftxt/erika-ortiz-rocasolano.html

http://www.diariodenavarra.es/especiales/bodareal/familias/

http://www.noticiascadadia.com/noticias/articulo/
erika-ortiz-murio-intoxicada-tras-una-ingesta-masiva-de-pastillas.html

http://www.casareal.es/boda/cena/cena.html

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