Usted está aquí: lunes 26 de febrero de 2007 Espectáculos Acidos y fonquis, los conciertos de Medeski, Wood y Martin

El trío ofreció dos noches de jazz experimental

Acidos y fonquis, los conciertos de Medeski, Wood y Martin

JUAN JOSE OLIVARES

Ampliar la imagen Chris Wood y John Medeski durante su participación en Contemporánea en Vivo, en el Teatro de la Ciudad Foto: Notimex

John Medeski, Chris Wood y Billy Martin son tres músicos de jazz, tres chamanes sonoros que condujeron a un rito intenso y un viaje ácido devenido espectáculo de experimentos de música actual que tuvo como nicho el Teatro de la Ciudad, las noches del viernes y sábado.

Medeski (teclados Hammond b-3, secuencias, pianica) Wood (contrabajo y bajo eléctrico) y Martin (batería, percusiones y sonajas) regalaron una ecléctica y fina selección de sus discos Out Louder, Combustication, Uninvisible, The Dropper y de Note Blue-Best of the Blue Note Years 1998-2005, a manera de ceremonia curativa. "La música, se sabe, es una de las grandes fuentes de curación que los seres humanos han utilizado", dijo Medeski, en estas páginas días previos a sus conciertos.

Del bossanova al funk, del jazz al progresivo con una invisible frontera de ritmos. Música, sólo música sabrosa para dar de comer a cualquier paladar hambriento de beats encantadores. Piezas extendidas y entendidas de un jazz experimental sin concesiones... bizarro.

Medeski, Wood y Martin o viceversa, o invertidos, dan pauta al jazz que se puede bailar, a los grooves que se pueden escuchar en estática. "¡Lástima que en el teatro haya sólo sillas y no camas para viajar en horizontal!", lamentó una joven.

Como "funky, infeccioso", calificó Medeski las piezas de Out louder. Arrítmicos compases, aceitosos acordes de sus hammond emanaron lisérgicas palpitaciones que impedían descifrar las líneas divisorias entre un género u otro. Fragmentos de John Coltrane, Greatful Dead o Jefferson Airplane, se combinaron con efectos sicosexuales de un bossa a lo Carlos Jobim.

El trío de Medeski, o podría ser también de Wood o de Martin (los tres son virtuosos), demostró el bagaje de 15 años, adquirido de una escena neoyorquina de avanzada. Por algo el propio John Lurie y John Zorn los "apadrinaron" y los calificaron como los músicos del jazz futuro, la "música sin hogar", como lo reiteró Medeski en la comentada entrevista con La Jornada.

Los ex Coltrane's Wig (La peluca de Coltrane) experimentaron con la improvisación, pero esa que se puede desarrollar con años de estudio y academia. Es el paso para interpretar una música libertaria y sin tiempo o espacio. Por eso, la mayoría de los asistentes fluctuaba entre 20 y 40 años. ¿Jazz para jóvenes? Más bien música exquisita y de buen gusto que anida en cualquier escucha de cualquier edad. Inclusive en su encore, obsequiaron un arreglo de Hey Joe, de Jimi Hendrix, versión desenchufada.

Ellos habían afirmado tener más éxito en sitios frecuentados por jóvenes que en los clásicos club de jazz. "Eso los ha acercado a escuchar a jazzistas clásicos", dijo Medeski.

Otra vez el ciclo Contemporánea en Vivo acierta al traer a buenos músicos a una ciudad ávida de alimento acústico.

 
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