Usted está aquí: miércoles 25 de abril de 2007 Cultura Los que no han leído Cien años de soledad, ''les cambiará la vida cuando lo hagan''

Presentaron en Guadalajara la edición conmemorativa de la novela de García Márquez

Los que no han leído Cien años de soledad, ''les cambiará la vida cuando lo hagan''

MONICA MATEOS-VEGA ENVIADA

Guadalajara, Jal., 24 de abril. Hay una buena noticia para todos los que no han leído Cien años de soledad, obra cumbre de Gabriel García Márquez, pues ''cuando lo hagan, les cambiará la vida".

Así lo aseguró el escritor cubano Eliseo Alberto durante la presentación oficial en México de la edición conmemorativa de esa novela que preparó la Asociación de Academias de la Lengua Española (editada por Alfaguara), para celebrar los 80 años de vida del autor colombiano, los 25 de haber recibido el Nobel de Literatura y las cuatro décadas de la publicación de ese libro.

El escritor Pablo Boullosa fue el encargado de llevar la charla entre el cubano y Gonzalo Celorio, de quien se incluye un ensayo en esa edición especial.

''Trabajar con Gabriel García Márquez es una pesadilla, lo peor que le puede pasar a uno, porque no he conocido en mi vida a alguien más trabajador que él", agregó el escritor cubano, en un encuentro que se realizó este lunes en el paseo Rambla Cataluña de Guadalajara, luego de la lectura maratónica de esa novela, en el contexto del Día Mundial del Libro.

Eliseo Alberto narró al público que abarrotó el lugar que estuvo al lado del Nobel cuando éste escribía El amor en los tiempos del cólera y a todo aquel que llegaba a comer a su casa le platicaba fragmentos de la novela.

''Gabo me trajo de Cuba a México con la misión de estar presente en todas esas comidas y mi único papel era escuchar atentamente el cuento que le hacía al invitado, y luego avisarle cuando lo contara tres veces igual, porque esto significaba que ya estaba, que lo único que faltaba era escribirlo."

Añadió que ha leído como 20 veces Cien años de soledad, ''hasta que he decidido hacerlo como si fuera Rayuela (de Julio Cortázar), saltando de aquí para allá, arrancarle páginas y tirarlas al aire como si fuera poema surrealista.

''Les advierto que cuando comiencen a leer esa novela, les va a cambiar la vida, porque es sabia, divertida, entretenida, de una enorme representatividad.

''Desde los primeros lectores hace 40 años, hasta ahora, a todos nos ha pasado lo mismo con esta obra, pensamos: coño, ¿y cómo este colombiano se enteró de la historia de mi abuela?, o ¡caramba, este marica soy yo!, o ¿cómo me vio la cola de cochino, con lo bien que yo me la tapo?

''Esta novela llegó para quedarse, como se quedan muchas veces los álbumes de familia y esas posesiones que las familias latinoamericanas atesoran, porque se trata de la historia de cada uno de los lectores que se han aproximado a ella."

Portentoso espejo

Eliseo Alberto dijo que Gabo es un hombre sencillo y simple, ''extraordinariamente tímido, muy buen amigo, muy buen hijo, muy buen padre, muy buena persona.

''En este caso se da la feliz coincidencia de que un novela extraordinaria la ha escrito un hombre extraordinario, que a veces resuelve sus encrucijadas en público de una manera un poco arrogante debido a su profunda y prolongadísima timidez."

El autor de Caracol Beach agregó que García Márquez ''puede haberse equivocado muchas veces en el terreno de la política, por ejemplo, y algunos cubanos le guardamos por ahí algunos pendientes, pero en el terreno de la literatura, en ese estado de gracia en el que escribe, ahí jamás ha hecho una sola concesión, es de un rigor ejemplar.

''Hace 40 años esta era una novela más breve. Ahora ha ido creciendo, antes se leía hacia delante, sin pausa. Si se le lee por onceava vez ya se le lee para atrás, y cuando uno lleva 20 lecturas se lee para adentro, luego ya no se lee la novela, ya se le recuerda.

''Pero Gabo no estaba solo cuando apareció Cien años..., por ahí andaba otro loco que publicó El siglo de las luces (Alejo Carpentier); son los años de Violeta Parra, de un gordo cubano (José Lezama Lima) que publicó un libro igual de gordo que él, Paradiso.

''Y eran también los años de Tlatelolco, de la muerte del Che Guevara, de cuando empezaron a cantar Silvio (Rodríguez) y Pablo (Milanés). Los años de los Beatles, de la liberación sexual, del Mayo francés, de Praga, los tiempos de otro loco que andaba con una guitarrita por ahí, que se llama Bob Dylan. Todo eso es Cien años de soledad: todos los vivos y los muertos."

Por su parte, Celorio consideró que es poco probable que exista otro libro como Cien años de soledad en el que los latinoamericanos nos podamos reconocer tan fácilmente: ''aquí están nuestras motivaciones más profundas, nuestras convulsiones sociales, nuestros ideales, es un espejo portentoso''.

 
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