Usted está aquí: jueves 26 de abril de 2007 Política Esposa de Kirchner cierra con broche de oro el "proceso de reconciliación"

Atrás quedaron las diferencias, dice embajador argentino

Esposa de Kirchner cierra con broche de oro el "proceso de reconciliación"

BLANCHE PETRICH

Con un protocolo y una comitiva propios de una visita de Estado, la senadora argentina Cristina Fernández de Kirchner concluyó ayer una gira de promoción de tres días en esta ciudad. Su agenda, que abarcó la academia, la comunidad argentina en el país, la cúpula de la iniciativa privada -incluida una reunión privada con el multimillonario Carlos Slim-, el Senado y la Secretaría de Relaciones Exteriores, sumó también un largo almuerzo con el presidente Felipe Calderón en Los Pinos.

La primera dama del país conosureño, que en la coyuntura prelectoral interna está midiendo fuerzas con su propio esposo, el presidente Néstor Kirchner, para definir cuál de los dos cónyuges se presentará como abanderado del oficialismo peronista en las próximas elecciones, llevó en su portafolio a Los Pinos un borrador del Tratado de Asociación y Complementación Estratégica que deberá ser firmado en breve por los dos gobiernos, una vez que se concluya su elaboración. Lisonjero y conocedor de las aspiraciones de la senadora de suceder en la Casa Rosada a su marido, Calderón le comentó -según trascendió- que si el texto no quedaba listo antes de que finalice la gestión de Néstor Kirchner, "a mí me da igual, lo firmo con usted".

Antes del almuerzo oficial hubo una reunión privada, en la que participó Margarita Zavala de Calderón. Ahí, en charla informal, se comentaron las "casualidades" y "paralelismos" existentes entre los dirigentes de ambos países y sus primeras damas, las dos profesionistas -abogadas- y militantes con carrera política propia.

También trascendió que, siempre rondando las similitudes entre los Calderón y los Kirchner -estos últimos opositores que fueron perseguidos en los años de la guerra sucia en su país-, el anfitrión comentó las dificultades que enfrentó durante su campaña electoral, en la que tuvo que remontar una desventaja que lo situaba 20 puntos porcentuales por debajo de su contrincante, lo mismo que el mandatario argentino, en su momento. El michoacano relató pasajes del pasado reciente en los procesos electorales de México; tiempos en los que el Partido Acción Nacional padecía las prácticas fraudulentas del Partido Revolucionario Institucional. Y ya en pleno deshielo, se dice que Calderón incluso recitó algunas líneas del gran Jorge Luis Borges, a cuyas costillas el antecesor de Los Pinos, Vicente Fox, cometió uno de sus gazapos más recordados.

En la comida estuvieron presentes, por el lado mexicano, Calderón, la canciller Patricia Espinosa y el jefe de la oficina de la Presidencia, Juan Camilo Mouriño. Por el lado argentino asistieron el canciller Jorge Taiana -apenas en su calidad de acompañante de la señora-, el vocero presidencial de la Casa Rosada, Miguel Núñez, y el embajador Jorge Yoma.

Este último expresó que la gira de la señora Kirchner "cerró con broche de oro" el proceso de reconciliación entre los dos gobiernos, después de los malos entendidos entre ambos países. Primero fue el choque entre Kirchner y el ex presidente Vicente Fox durante la Cumbre de Río de la Plata en noviembre de 2005, donde discreparon públicamente y con rudeza sobre el futuro del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Se supo que sobre ese incidente, Calderón dijo que "el problema es que Fox se puso a debatir con Maradona sobre el ALCA". Pero Calderón también contribuyó, en otro momento, al distanciamiento, cuando en la última Cumbre de Davos manfiestó que Venezuela, Bolivia y Argentina representaban "el pasado", ante la visión "de futuro" de Chile, Brasil y México. "Todo esto -afirmó Yoma- quedó atrás".

Y tan atrás, que la candidateable visitante ofreció a Calderón, como si ya fuera presidenta, que su gobierno será "el gestor de la incorporación de México a la integración sudamericana". Y que cuando llegue ese momento, ella estará "en la puerta para recibir a los mexicanos".

La noche del martes, Cristina Kirchner provocó, con su convocatoria, un verdadero tumulto en la embajada argentina, adonde acudieron futbolistas, restauranteros, gente del cine y la cultura, la familia Cárdenas Solórzano -el ingeniero Cuauhtémoc y sus dos hijos-, políticos e inclusive los tres vip del cuerpo diplomático -los embajadores de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia- para escuchar el encendido discurso de la primera dama en campaña.

Siempre impecable en su arreglo -"me gusta verme divina", ha dicho- se encontró con su amiga la periodista Olga Wornat, quien escribió su biografía, Reina Cristina, calificada como "oficialísima" por la crítica argentina. En su agenda, la senadora no aceptó algún espacio para hablar con la prensa mexicana; inclusive incumplió compromisos previos con algunos medios.

Antes de México, la justicialista visitó París, Caracas y Quito. Debido a su extensa comitiva y sus aires de jefa de Estado, o al menos de "presidenciable favorita", los gastos de estas giras son objeto de monitoreo por la organización Fundación Poder Ciudadano, asociada a Transparencia Internacional. De México viajó a Estados Unidos.

 
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