Usted está aquí: sábado 28 de abril de 2007 Política Ayer, 15 ejecutados en 6 entidades

Cinco fueron ultimados en Sinaloa y tres en el DF

Ayer, 15 ejecutados en 6 entidades

Javier Valdez, Saúl Maldonado, Rubén Villalpando, Silvia Chávez, Javier Chávez, Antonio Heras, Andrés Morales y David Carrizales, y Agustín Salgado

La ola de violencia que azota varios estados, producto de pugnas entre narcotraficantes por el control del territorio, cobró la vida ayer de 15 personas en Sinaloa, Durango, Distrito Federal, Coahuila, Michoacán y Chihuahua.

En hechos distintos, cinco individuos fueron ejecutados en Sinaloa. Dos de las víctimas fueron halladas encajueladas en la colonia Ampliación Pemex de Culiacán. Estaban envueltas en una cobija, atadas de pies y manos y con impactos de bala.

También en esa ciudad, pero en la sindicatura de Costa Rica, fue descubierto el cuerpo semicalcinado de una persona. En la colonia Campesina El Barrio, Clemente Duarte López fue asesinado con una pistola calibre 38. Otro sujeto no identificado fue ultimado a tiros en el municipio de Badiraguato.

Patricio Sánchez Sánchez, Marcelo Montaño Galaviz y Alfredo Zaragoza Montes fueron ejecutados en el municipio de San Bernardo, Durango, cuando se dirigían al municipio de Villa Ocampo y les dispararon ráfagas de rifle AK-47.

Antes, las corporaciones duranguenses activaron el "código rojo" debido a que la noche del jueves desconocidos arrojaron tres granadas de fragmentación contra las instalaciones de la subprocuraduría estatal en Gómez Palacio y la dirección de seguridad municipal de esa localidad.

El subsecretario de Gobierno, Oliverio Reza Cuéllar, informó que se realizó un operativo conjunto entre las policías municipal, estatal, Federal Preventiva, Procuraduría General de la República y Ejército, en el cual se detuvo a Roberto Mesta Martínez y Saúl Cárdenas Maldonado, quienes, se afirma, participaron en los atentados contra las corporaciones.

Dos hombres presuntamente ligados a narcos murieron luego de enfrentarse a tiros afuera de una vivienda en el centro de Piedras Negras, Coahuila. Se trata de Salvador Reyes, El Cacho, quien tenía cuatro heridas de bala calibre 9 milímetros, y Salvador Jáuregui Cavaría, con un impacto de pistola calibre 45 en la cabeza.

Dos asesinados en Iztapalapa

Tres personas fueron ejecutadas en la ciudad de México. El primer caso ocurrió en la delegación Iztapalapa. Según testigos, dos sujetos a bordo de una motoneta dispararon contra Luis Antonio Gómez Rosas, de 18 años, quien resultó herido de gravedad, y a José Angel, de 15, quien falleció, en las inmediaciones de la Unidad Habitacional Ermita Zaragoza, Tercera Sección.

Más tarde, Christian Muciño Cruz fue acribillado de ocho tiros en la colonia Conchita Zapotitlán, en Tláhuac.

Fuentes de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal revelaron que en julio de 2005 la víctima fue aprehendida junto con otros cinco sujetos por su presunta responsabilidad en un secuestro exprés.

En la colonia Renovación, delegación Iztapalapa, Luis Fernando Peralta Hernández fue asesinado de un balazo a la altura de la oreja y su cuerpo fue hallado dentro de un vehículo.

En Lázaro Cárdenas, Michoacán, un ex militar, identificado como Roberto Bueno Pérez, fue ultimado de al menos 13 balazos.

En tanto, en Ciudad Juárez, Chihuahua, un hombre no identificado fue asesinado con el tiro de gracia. La víctima había sido levantada y torturada.

Agentes ministeriales del estado de México informaron que eran elementos de la PFP los tres hombres abandonados en la carretera Naucalpan-Toluca, con disparos de arma de fuego en la cabeza. José de la Cruz Moreno murió y Euler Murillo López y Gamail González Teodoro permanecen graves en el hospital de Traumatología del Seguro Social de Lomas Verdes.

Por otra parte, ante la Corte Federal de San Diego, California, Gilberto Higuera Guerrero, El Gilillo, declaró pertenecer a la Organización Arellano Félix y haber participado en la planeación de asesinatos de integrantes de agentes policiacos de la frontera y de bandas rivales.

Su hermano mayor, Ismael El Mayel, hizo lo propio, pero por escrito en un testimonio presentado en la víspera de la audiencia federal.

 
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