Usted está aquí: lunes 30 de abril de 2007 Cultura La plaza Río de Janeiro se convirtió en refugio de la poesía

Efectuaron la instalación Bancs Publics

La plaza Río de Janeiro se convirtió en refugio de la poesía

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen Escena en el Claro de la Fantasía durante la instalación poética Bancs Publics. El Jardín de los Amorosos, en la plaza Río de Janeiro Escena en el Claro de la Fantasía durante la instalación poética Bancs Publics. El Jardín de los Amorosos, en la plaza Río de Janeiro Foto: Víctor Camacho

El jueves, al caer la noche, cobró vida la réplica de la estatua del David de Miguel Angel que se ubica en centro de la plaza Río de Janeiro, en la colonia Roma. Algunos niños la miraron primero con temor, pero pronto sonrieron al escucharle decir: "yo no lo sé de cierto, pero supongo, que un hombre y una mujer algún día se aman".

Fue la poesía la que logró el prodigio: convertir ese lugar en El Jardín de los Amorosos, donde en cada rincón apareció un pretexto para regalar un beso, robar un guiño, ofrecer una caricia, soñar con un ángel, coquetear con Adán y Eva e inclusive casarse bajo una lluvia fina.

Más de 40 actores y músicos participaron en la "instalación poética" Bancs Publics, organizada por la embajada de Francia como parte de su programa cultural Primavera de los poetas.

El concepto artístico estuvo a cargo de Arnaud Charpentier, de la compañía Biznaga Teatro, con la producción de Dura García y con el apoyo de la delegación Cuauhtémoc.

Un par de bellas chicas francesas, vestidas como damas de la corte de María Antonieta, fueron las primeras que deambularon por la plaza para obsequiar a los transeúntes un mapa "con la ruta hacia la felicidad".

Un joven ángel, colgado en un columpio, anunciaba a todo pulmón las posibles rutas que debía tomar el público, para presenciar en cada "estación" una escena de siete minutos que se repetiría siete veces, y luego seguir andando a otra: "¡Vayan a las Cascadas del Deseo! ¡No se pierdan el Nidito de Amor! ¿ya fueron al Bosque de la Seducción?"

En el Claro de la Fantasía, una pareja bailaba sobre un espejo, mientras un granjero recorría la fuente donde está la estatua de David, buscando a quién obsequiarle una margarita y un poema en francés.

Una jovencita fue la elegida y su rostro se iluminó cuando escuchó: "cree en el amor, aunque esté lleno de dolor". Fue la envidia de sus amigas, quienes sólo comentaron: "¡está bien padre, wey!, ¡qué chingón!"

En las Frondas del Rencor, un hombre deambulaba entre rosas rojas, intentando encontrar el tono para pedir perdón a su amada, al tiempo que en el Nidito de Amor, construido en lo alto de las ramas de un árbol, el joven esposo le recordaba a su mujer el abecedario del buen hogar.

La plaza Río de Janeiro se llenó pronto de decenas de personas que iban de aquí para allá, en parejas, en familia, con niños pequeños, abuelos, todos felices, con una sonrisa en los labios, entusiasmados, al grado de que nadie huyó cuando empezó a llover.

En los Llanos de la Indolencia continuaron las almas en pena pregonando: "mi amor por ti no murió... llanto y sudor molidos", y en la Laguna de la Melancolía, el canto sefaradí, y en el Bosque de la Seducción, el enamorado con su credo: "tengo ganas de ser cursi, para decir la amo a usted tanto", y en la Cascada del Deseo, el demonio devorando todo y confesando: "mi nombre es Désirer".

En el registro civil que el juez Amado Porsiempre instaló en la plaza, sin pensarlo dos veces, acudieron el joven Román, de profesión "poeta guerrero", y su novia Mariana, de oficio "linda y bella", para casarse. Escucharon la epístola de Melchor Ocampo y un poema, mientras alrededor de la fuente del David un par de "cupidas" bailaban.

De repente, el hombre de la gabardina negra arrinconó a una señora, abrió los brazos, sacó de uno de los bolsillo un papel, se lo dio a la mujer, y huyó sin decir más. Era un poema de Octavio Paz: "Dos cuerpos/ frente a frente/ a veces son navajas/ y la noche/ relámpago".

Porque así, como un rayo que surca el cielo, fugaz e irrepetible, luminosas, transcurrieron las historias en El Jardín de los Amorosos.

Participaron en este espectáculo Ofelia Córdoba, Marcela Burgos, Reina Mendizábal, Alejandra Marín, Eitan Alcántara, François Durégne, Bernardo Velazco, Emilio Savinni, Miriam Calderón, Nancy Tamayo, Héctor Heillon, entre otros. Como artistas invitados estuvieron Mardonio Carballo, Miguel Angel Ortiz, el grupo Antik, el Colectivo Movimiento, Adonai Cabrera y el cuarteto Perata González.

 
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