El mandatario defiende sus operativos anticrimen y reitera que son el camino correcto
Algún día Baja California será un estado seguro, augura Calderón en Tijuana
Lo siguiente será lograr una policía confiable, dice en hospital atacado hace dos semanas
Tijuana, BC, 4 de mayo. Desde el hospital que fue escenario de una violenta balacera hace dos semanas, el presidente Felipe Calderón defendió sus operativos contra la criminalidad y prometió que "algún día" Baja California levantará la bandera blanca como estado seguro.
Aunque reconoció que quizás a este gobierno no le toque ver completados sus objetivos en la materia, insistió: "estamos ya en el camino correcto" y no nos vamos a rendir.
De gira por esta ciudad fronteriza, donde apenas ayer fue hallado otro cuerpo decapitado cerca de una base militar, convocó a la unidad de los mexicanos, porque de esa manera, dijo, serán no sólo fuertes, sino "invencibles" y anunció el reforzamiento del operativo en la entidad.
El michoacano visitó Tijuana fuertemente resguardado. A su alrededor había un reforzado cerco del Estado Mayor Presidencial y los elementos hicieron más ostensible su armamento.
A la tierra del priísta Jorge Hank Rhon, el panista llegó también para dar un velado espaldarazo a su partido a cuatro meses de las elecciones para la renovación de la gubernatura (5 de agosto).
Así, en su segunda visita al estado y acompañado por el gobernador del PAN, Eugenio Elorduy, entregó viviendas y declaró a Baja California la segunda entidad con cobertura universal del Seguro Popular.
También fue un día de evocaciones religiosas. Al entregarle las llaves de su vivienda a Edith Viveros, Calderón le pidió rezar por él, por su familia y por México. La mujer, que se declaró cristiana, correspondió obsequiándole una estampa alusiva a su iglesia y con la promesa de incluirlo siempre en sus oraciones.
En el recorrido del fraccionamiento Paseos del Vergel al Hospital General de Tijuana, el convoy presidencial avanzó a toda velocidad, sin detenerse, y a su llegada las rejas del nosocomio estaban cubiertas por plástico negro para mantener el acto alejado de la vista de los lugareños, y en los alrededores había guardias apostados en puntos estratégicos.
Ello porque fue en este hospital donde, el pasado 18 de abril, un grupo armado de los hermanos Arellano Félix desató un tiroteo cuando intentaba rescatar a un delicuente de nombre Javier Estrada Domínguez.
Y ante médicos y enfermeras que aún recuerdan esos hechos de violencia, Calderón reconoció la actuación "precisa y oportuna" de los policías estatales y federales, dado que evitó la muerte de un paciente, así como la valentía del personal que atendió a los enfermos a pesar de las críticas circunstancias.
No obstante que tan sólo en Baja California ha habido casi 90 ejecuciones, aseguró que el operativo ha dado resultados y los enunció: recuperación de las condiciones mínimas de seguridad para Tijuana, detención de mil 400 criminales, decomiso de 12 toneladas de mariguana, aseguramiento de 300 vehículos usados por la delincuencia y liberación de una decena de secuestrados.
De manera reiterada, señaló que los operativos son sólo un primer paso, y que el siguiente consiste en hacer que la policía sea confiable, ya que muchos cuerpos de seguridad han sido penetrados por la criminalidad.
Pero también insitió en que no cederá ni rendirá las plazas a los delincuentes, aunque reconoció que quizá a este gobierno no le toque ver completados estos objetivos. Insistió en que tomará mucho tiempo esta lucha y se justificó: "Ustedes saben todo lo que tenemos que enfrentar, ustedes saben todos los intereses que tenemos que mover, ustedes saben todo el poder al que estamos haciéndole frente con valor y determinación".
Minutos antes, durante la entrega de viviendas populares, anunció que su gobierno negocia con Estados Unidos por la vía diplomática para que se abran nuevas garitas y se mejore el flujo de las existentes, debido a que estas actividades no son una amenaza.