Usted está aquí: jueves 10 de mayo de 2007 Cultura Muestran en el escenario las virtudes curativas de la música

De la oreja al corazón, de Mercedes Gómez, se presenta en el teatro Orientación

Muestran en el escenario las virtudes curativas de la música

Se invita a personas ''de seis a 106 años'' que se dejen conducir de la desazón a la alegría

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen Ensayo de la obra infantil, con música de Lorena Orozco, que se escenifica sábados y domingos a las 12:30 horas en uno de los espacios del Centro Cultural del Bosque Ensayo de la obra infantil, con música de Lorena Orozco, que se escenifica sábados y domingos a las 12:30 horas en uno de los espacios del Centro Cultural del Bosque Foto: Marco Peláez

Sólo un niño es capaz de describir a la soledad, ''como llorar lágrimas calientes" y luego sentir que el alivio dado por la música es ''como volverse pájaro, y volar, volar". Así habla el pequeño protagonista de la obra de teatro De la oreja al corazón.

La puesta en escena aborda esos temas de manera directa pero tierna y está dedicada a personas ''de seis a 106 años" que tengan la sensibilidad e inteligencia para dejarse conducir, por unos minutos, de la desazón a la alegría.

El montaje de Mercedes Gómez, con música de Lorena Orozco, se escenifica en el teatro Orientación.

Hace un año se dio a conocer en el contexto del octavo Festival Internacional Música y Escena, y aunque quienes la vieron entonces extrañarán a los músicos en vivo, las actuales funciones lograrán, en la intimidad de un foro más pequeño, mostrar al público que la música sirve para curar.

Sencilla y divertida, generosa y destacable por el excelente manejo de títeres, la obra De la oreja al corazón cuenta la historia de Julián, un pequeño huérfano que aprendió el oficio de afilador de cuchillos y la profesión de músico, contra todo pronóstico del padre Naftalino, el encargado del orfanatorio ''de niños desafinados".

Esta no es una pieza complaciente ni fácil, no es un cuento de hadas ni un sueño rosa y ñoño. Es un fragmento de la vida real, eso sí, bien contado, pero sin engaños, ''un poco dolorida, pero graciosa", dicen los niños que salen de verla.

El director de escena, Emmanuel Márquez, señala que ''los títeres se llevan muy bien con la música porque los dos manejan un lenguaje abstracto, que a veces parece imposible o mágico.

''En este caso es muy clara la interdisciplina: teatro, música, títeres. Mercedes, como dramaturga, ha sido una buena novel. El primer borrador de la obra era muy largo y con toda confianza le dijimos córtale y no se sacó de onda. Estuvo dispuesta a presenciar los ensayos para ver cómo iba la obra, para oírla. Así fuimos amalgamando el lenguaje teatral con la música. Ha sido un trabajo muy vivo. Es muy importante que el dramaturgo esté cerca del desarrollo del proyecto, de los actores."

Sueños nacidos del talento

Padres e hijos se sentirán ''transformados" por el sonido de los instrumentos, que aquí aparecen como un protagonista más. Violín, arpa, trombón y oboe, con carácter y matices propios, no para rellenar espacios, acompañan a Julián y a su desorientado amigo Nicasio por la aventura de tomar decisiones de vida.

Los títeres tampoco son los tradicionales, sino una mezcla de muñecos y técnicas que le brindan humor, principalmente a don Pepe Ojeda, un viejo sonriente y comprensivo que fabrica los mejores cuchillos de la región.

Al final, por fin alguien advertirá que los sueños de Julián no son producto de la necedad, sino del talento, y lo apoyará para que, algún día, ''con su música llene el corazón de muchos".

En la obra participan Alejandro Benítez, Pilar Cerecedo, Ernesto García, Horacio Trujillo, Francisco Valdez, Ricardo Zárraga y Julieta Tabbush. Los intérpretes de la música fueron Alma Estrada Castillo, Luz Angela Ortiz, Raúl Quezada, Carmen Thierry y la propia Mercedes Gómez.

Si quiere conocer una probadita de este montaje, puede ver los videos que se encuentran en la página http://delaorejalcorazon.blogspot.com/

Las funciones, en el teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque (atrás del Auditorio Nacional) son sábados y domingos a las 12:30 horas. La temporada terminará el 15 de julio.

 
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