Usted está aquí: sábado 26 de mayo de 2007 Cultura Recurre pintora a la explosión del color para reflejar ''la soledad, el despertar y el soñar''

Inauguran Espejos oníricos, exposición de Teolinca Escobedo

Recurre pintora a la explosión del color para reflejar ''la soledad, el despertar y el soñar''

MERRY MACMASTERS

Después de una etapa ''oscura" -hubo quien le preguntó si estaba deprimida-, la pintora Teolinca Escobedo optó por una explosión del color, como se puede apreciar en Espejos oníricos, exposición de óleos sobre tela, madera y yute, que hoy se abre a las 13 horas horas en el Centro Cultural San Angel, en avenida Revolución esquina Francisco I. Madero.

Hace ocho años, Escobedo exhibió Urbanidades en la Casa de la Primera Imprenta, de la Universidad Autónoma Metropolitana. Y aunque le encanta esta obra ''tan tétrica", decidió abrir otra vertiente creativa, con énfasis en el color, para darle ''nueva forma a mi espacio y tiempo".

Explica: ''Empecé a trabajar con texturas, con cargas de arenas sílicas, de mármol y, sobre todo, óleos, porque es una pintura que siempre ha sido mi compañera, tanto en espátula como en pincel, por su maleabilidad. Una lo puede manejar a su antojo con transparencias, con cargas, con empastes; le da calidad espontánea y fuerza al trabajo".

La vivacidad del colorido, no obstante, contrasta con una reflexión acerca de la soledad del ser humano, los encuentros y desencuentros, el despertar y el soñar. Cuadros como La hierba, el polvo y el cuervo, cuyo título proviene de la obra de poetas españoles como Miguel Hernández y Federico García Lorca, en la medida que Escobedo se identifica con la lírica, ''sobre todo de los que defendieron a ese país en la Guerra Civil.

''Me identifico -prosigue Escobedo- porque hablan del corazón, de la vejez de los pueblos, del dolor de la juventud, de la mujer abandonada, de los inmigrantes que dejan a sus familias, sus ciudades, mientras todo se convierte en guerra."

Si la lucha bélica está ausente en sus cuadros, e inclusive éstos adquieren un dejo infantil por el uso de figuras primitivas, Escobedo indica que el empleo del colorido también se relaciona con la pérdida que ''sufrimos de nuestra identidad, cultura y raíces como mexicanos".

Reflejos de nosotros y del otro

El título Espejos oníricos, tiene que ver con el hecho de que ''somos reflejos de nosotros mismos y del otro. Nos proyectamos hacia el infinito con nuestros mismos problemas, deseos, temores, miedos, frustraciones, y siempre lo que decimos, pensamos, es proyección del otro".

La obra principal de la muestra es el políptico en cuatro secciones, Cuatro tientos, óleo sobre yute, material que le sirve para crear atmósferas más grandes, porque los lienzos, ''luego, son difíciles de transportar". En éste, Escobedo se refiere al ciclo de vida humana.

Aunque le gusta ''lo bello", la artista más bien busca expresar la problemática social de su entorno. ''Cuando hablo de los espejos -indica-, también me proyecto en la pobreza, en el sufrimiento, en la soledad y la enfermedad".

 
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