Usted está aquí: miércoles 30 de mayo de 2007 Espectáculos El silencio es un principio creador: Lisa Gerrard

El silencio es un principio creador: Lisa Gerrard

Ofrecerá concierto en México la compositora de la extinta banda Dead Can Dance

JUAN JOSE OLIVARES

"El silencio es Dios. Es el principio de la creación; llegar al nivel de ausencia del ruido habitual, aunque incluso lo tuyo sea la creación sonora, es un momento poderoso", asegura la australiana Lisa Gerrard, compositora y cantante de la extinta banda Dead Can Dance, agrupación que sobresalió por sus creaciones de música gótica, antigua, folclor europeo, con textos en lenguas muertas y de etnias perdidas, y que entra, a decir de sus seguidores, en el terreno de lo inclasificable.

Gerrard charla con La Jornada vía telefónica desde Holanda, previo a un concierto que ofrecerá en el Lunario del Auditorio Nacional el próximo viernes por la noche. Es creadora, junto con Brendan Perry, de sublimes álbumes como Dead Can Dance, Spleen and ideal, Within the realm of a dying Sun, The serpent's egg, Aion, Into the laberynt, Toward the within, Spiritchaser, editados por el legendario sello 4AD, y de otras placas en solitario: The mirror pool y The silver tree, así como bandas sonoras de las cintas El secreto de las ballenas (de Niki Caro), El informante (de Michael Mann), o Gladiador (Ridley Scott), entre otras.

Para una artista ecléctica y profunda como Gerrard, el equilibrio es un concepto fundamental en la vida, a la que considera como "el tiempo para experimentar cosas, que pueden ser fuertes o ligeras, pero en ese punto, cuando la dejas, es cuando realmente naces. La muerte es nacer".

Reconoce que no todo ha sido bueno en el trayecto de experimentar qué es la vida. "Como persona creo que algo de lo mejor es que no me detengo en el pasado; pero lo peor es que soy muy temerosa de no encontrar el equilibrio como ser humano".

Lisa y Brendan crecieron en el barrio East Prahan, un suburbio de Melbourne caracterizado por su multiculturalidad, que sin duda la influyó en esa búsqueda por expresar música de diversas latitudes. Comenta: "El haber vivido ahí me dio la pauta para ser más abierta y conocer personas de origen diverso. No sólo se hablaba inglés en esa zona y, por consiguiente, no había mucha conexión; pero cuando se daba alguna celebración podías asistir a una fiesta gitana o africana y entender que hay otro tipo de bailes, de colores... cosas hermosas, que sin duda influyeron en mi proceso creativo".

Qué puede decir una mujer sensible sobre temas como el imperialismo, la guerra, el calentamiento global, la extinción de grupos étnicos y de especies: "Cuando los mexicanos escuchen y sientan el programa de mi concierto, entenderán mi posición. Creo que desde la más microscópica partícula de vida hasta la más grande son importantes en el mundo, y si no están en equilibrio se acaba. En mi país incluso hay insectos que se están extinguiendo y el balance se ha ido acabando."

"¿Algo tan apasionante como el cine se puede concebir sin música?", se le cuestiona.

"Creo que no, pero la verdad es que me gusta el cine que no la tiene. El proceso con los cineastas es para expresar algo que a ambos nos guste. Tenemos que amar la historia para poder sonorizarla. Tiene que haber mucho respeto en el trabajo entre ambos".

Son 25 años de carrera, de sensaciones y pensamientos abstractos, en los que a la artista no le importa ofrecer un concierto para 10 mil personas o para una, porque "la energía puede fluir igual; no me importa. La gente crea sensaciones puras y totales. El concierto en la ciudad de México -en el que presentará su reciente disco The best of Lisa Gerrard- era algo que estaba buscando desde hace tiempo. Quería llevar muchos pedazos de Australia y de mí. Hermosos trozos, sonidos. Es importante mostrar esos trabajos. Son más de dos décadas de trabajo profundo, piezas viejas y nuevas que quiero interpretar en esta etapa como solista, y estoy encantada de hacerlo para un público reducido en un ambiente íntimo. No pretendo quedar bien, pero me encanta México, porque tiene una gente profunda; me gusta la conexión que tengo con ella".

Es muy probable que Dead Can Dance, disuelto en 1998, no regrese. Dice Lisa que no cree volver a trabajar con Brendan, quien vive en Irlanda. "No lo sé; no hay razón para no estar juntos de nuevo, pero no lo cuestiono. La distancia no es el conflicto, pero la gente cambia. No he tenido información o los porqués de no trabajar juntos"

 
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