Usted está aquí: sábado 28 de julio de 2007 Cultura Los cuatro fantásticos

DISQUERO

DISQUERO

Los cuatro fantásticos

Pablo Espinosa

La música de cámara era considerada hasta antes de 1973, cuando apareció el Kronos Quartet, inaccesible para las mayorías hasta que cuatro músicos con pinta de roqueros irrumpieron en las salas del concierto del mundo con un baño refrescante de antisolemnidad, frescura, originalidad y un empuje vital que los mantiene, 34 años después, como protagonistas del cambio.

Esos cuatro jóvenes fueron organizados por el violinista David Harington, quien después de escuchar en vivo una composición de George Crumb (1929, uno de los más grandes compositores vivos), que forma ahora parte del vasto repertorio del Kronos, titulada Black Angels, con un claro mensaje antibélico, en su caso contra la guerra de Vietman y alto contenido social y que incluye sonidos producidos por vasijas con agua, pasajes poéticos declamados, efectos electrónicos e instrumentos propios del mundo sinfónico, decidió fundar un cuarteto de cuerdas para interpretar esa y muchas otras obras de vanguardia.

Convocó a su colega, el violinista John Sherba, al violista Hank Dutt y a la hermosa violonchelista Jean Jeanrenaud, quien dejó el grupo en 1999 y su lugar fue ocupado por otra chelista formidable, Jennifer Culp, quien a su vez fue remplazada en 2005 por Jeffrey Zeigler.

La discografía del Kronos Quartet es impresionante, a la fecha 43 discos de los cuales hemos reseñado uno a uno en el Disquero en el momento de su aparición, incluyendo el más reciente, dedicado a los cuartetos que el compositor polaco Henryk Gorecki escribió para ellos y que presentamos hace pocas semanas en este espacio. Los contenidos son sencillamente alucinógenos, desde el repertorio del, llamémosle así, mainstream (Bartok, Shostakovich, Webern) hasta las más osadas aventuras que incluyen la cultura rock (Jimi Hendrix, por ejemplo), el jazz (Bill Evans, Ornette Coleman, Charles Mingus, Thelonious Monk) hasta los linderos y más allá de la música hasta entonces ignota (el maestro hindú Pandit Pran Nath, el saxofonista de vanguardia John Zorn), así como la música de los nuevos grandes maestros que pasarán a la historia como lo hicieron en su momento Mozart, Mahler y Wagner, pero que ahora viven entre nosotros: Sofia Gubaidulina, Arvo Pärt, Alfred Schnittke, siempre en un manantial de descubrimientos.

De hecho, mucha de la música que ha grabado el Kronos constituye una novedad que crea adicción entre los miles y miles de fans del cuarteto, convertidos en expertos en música nueva y de todos los confines, merced al repertorio que ha creado este conjunto, dado que los compositores mencionados han escrito música ex profeso para estos maestros estadunidenses que han puesto en música la aldea global y han derribado las fronteras.

Tales navegaciones en el orbe han incluido a nuestro país, con el disco titulado Nuevo, que junta colaboraciones con el grupo Café Tacuba y música callejera de la ciudad de México, entre otras aportaciones, incluyendo el kitsch de la pieza que se fusiló Roberto Gómez Bolaños para la rúbrica de su mundial y tristemente célebre serie televisiva de El Chavo del Ocho.

Después de esa travesura, el Kronos grabó un disco serio, cuya portada presentamos aquí y su contenido es impresionante: la versión original de la Suite Lírica, de Alban Berg, con la participación de la soprano sublime Dwan Upshaw.

 
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