Usted está aquí: sábado 4 de agosto de 2007 Política ''Para qué defiendes a esos mugrosos", dijeron policías a abogado herido

Miembro del comité de liberación oaxaqueño narra agresión que sufrió el 16 de julio

''Para qué defiendes a esos mugrosos", dijeron policías a abogado herido

OCTAVIO VELEZ ASCENCIO

Ampliar la imagen Momento en que policías detuvieron al litigante Jesús Alfredo López, el 16 de julio pasado Momento en que policías detuvieron al litigante Jesús Alfredo López, el 16 de julio pasado Foto: Comité Liberación 25 de Noviembre

Oaxaca, Oax., 3 de agosto. "Ahí tienes, para que no sigas defendiendo a esos pinches appos", bramó un furibundo policía antimotín al abogado Jesús Alfredo López García, quien yacía inerme en el asfalto, después de haber sido golpeado en las proximidades del auditorio Guelaguetza el 16 de julio pasado.

Iracundos, los uniformados lo golpearon con toletes, kendos y puntapiés, hasta verlo casi exánime por la gran cantidad de sangre que escurría de su cabeza.

Una herida en la frente que fue suturada con 10 puntadas y otras tres lesiones en la región occipital, una de ellas cocida con ocho puntos, así como contusiones y excoriaciones en la mayor parte del cuerpo son las huellas de la agresión.

"Dicen que en Oaxaca no hay represión, pero mi caso es un ejemplo de las atrocidades y brutalidades que aquí se cometen", apunta el defensor, miembro del Comité de Liberación 25 de Noviembre, creado por el pintor Francisco Toledo, para excarcelar a simpatizantes del movimiento magisterial y popular.

Algo similar vivió César Grijalva, de 28 años de edad, sicólogo del mismo colectivo, a quien un policía le cercenó los tendones de la mano derecha con un pedazo de una botella de vidrio que había roto previamente.

López García, licenciado en derecho por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, se unió a la marcha que profesores de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y simpatizantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) realizaron el 16 de julio pasado hacia el auditorio del Cerro del Fortín, para tratar de presentar ahí la "Guelaguetza Popular".

"Conocedor de la actitud intolerante y antidemocrática del gobierno de Ulises Ruiz, fui para asistir legalmente a quienes podrían ser detenidos de manera arbitraria en un posible acto de represión. A las once y media de la mañana, cuando esperábamos que el retén policiaco que restringía la garantía constitucional de tránsito diera el paso a los concurrentes, tristemente viene la agresión en contra de la población", relata.

"Me acerqué a donde se estaban llevando a cabo los peores actos de violencia para auxiliar jurídicamente a quienes estaban siendo aprehendidos, pero me encuentro a dos grupos policiacos y lo primero que hacen es abalanzarse sobre mí para golpearme de manera brutal y salvaje", recuerda.

-¿Trató usted de identificarse como abogado y como miembro del Comité de Liberación 25 de Noviembre?

-Sí, les dije: "soy abogado, soy defensor de derechos humanos, y que estaba haciendo labores jurídicas, pero de nada sirvió. La respuesta fue un severo golpe con un tolete en la frente que me provocó una enorme herida, además de las varas de kendo, con los escudos (antimotines), a patadas y hasta con las piedras que traían en la mano. Fue un sinnúmero de golpes que recibí en la cabeza lo que me hizo desplomarme. Tirado en el piso, todavía me siguieron pateando, hasta que vieron la gran cantidad de sangre que me escurría de la cabeza, oí que dijeron 'es suficiente' y me dejaron.

El hombre fue subido a una camioneta tipo pick up sin placas de circulación, donde también fue golpeado frente a las cámaras fotográficas y de video de diversos medios de comunicación.

En la batea de la camioneta, a donde fue lanzado junto con otros detenidos, y en la que había tambos con bombas de gas lacrimógeno, piedras y cohetones, dijo su identidad a sus captores, pero solamente recibió burlas e insultos.

"Me preguntaron: 'Si eres abogado, ¿para qué te metes en estos pinches desmadres''; y les contesté que como abogado era defensor de derechos humanos y respondieron: 'Eso vale madres' y vinieron más golpes. Cuando obtuvieron mi nombre, edad y mi domicilio al ver mis identificaciones, cambiaron un poco. 'Ahí está, tú debes de ser rico, para qué defiendes a esos pinches mugrosos'", narra.

Un paramédico de Protección Civil municipal lo vio tirado en la batea de la camioneta, sangrando profusamente de la cabeza, y sugirió a un oficial, al parecer un comandante, su traslado a un hospital.

Sin embargo, a la ambulancia "se suben dos policías y me siguen apaleando. Uno de ellos murmura 'no que se va a morir, todavía aguanta, se está haciendo pendejo', y me sueltan otros golpes. El paramédico que estaba dentro de la ambulancia no dijo nada. El comandante los ve y les ordena que se bajen para que me lleven al hospital", refiere.

Jesús Alfredo López fue internado en el Hospital Civil Aurelio Valdivieso, pero por seguridad, familiares y miembros del Comité de Liberación 25 de Noviembre lo trasladaron a un nosocomio privado.

"Pensé que estaba en calidad de detenido, pero no, ahí me abandonaron por creer que me iba a morir. A lo mejor de nada les servía un cuerpo... Sin embargo, los doctores me han dicho que las secuelas de un golpe en la cabeza tienen un periodo de evolución de dos, cuatro, seis o hasta 10 años. Como decimos popularmente todo golpe en la cabeza no sale luego", apunta.

Por la agresión, el abogado presentó una queja ante la misión de alto nivel de Amnistía Internacional (AI), encabezada por su secretaria general, Irene Khan, que recién visitó Oaxaca, y está en espera de recuperarse para interponer una denuncia penal en el Ministerio Público.

"Es una atrocidad lo que hicieron conmigo; es inconcebible que el gobierno que está obligado a cumplir la ley, sea el primero que la viola. A lo mejor (el Ministerio Público) me pide pruebas, pero afortunadamente existen un sinnúmero de fotografías y videos donde se pueden identificar claramente a los autores de mi agresión. Aunque también exigiré que se finquen responsabilidades a los mandos de quienes estuvieron al frente de los policías y que les ordenaron realizar estas canalladas", señala.

-Por haber estado en peligro su vida, ¿ha pensado usted dejar el Comité de Liberación 25 de Noviembre?

--No, para nada, Quiero decirle a este régimen represor, autoritario y fascista, que las severas lesiones que me causaron no han hecho la más mínima mella en mis convicciones jurídicas y de defensa de los derechos humanos.

 
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